¿Qué hacer si comes pescado en mal estado?

¡Ay, el pescado! Un alimento que tanto disfruto, pero que, si no está en condiciones, puede amargarte el día, ¿verdad? Una vez, en un mercadillo de un pueblo costero, compré unas sardinas que tenían una pinta… ¡uff! Al llegar a casa y abrirlas, noté un olor raro. No sé, como a algo… ¿cómo explicarlo? Como a amoniaco mezclado con mar. Las tiré directamente a la basura, menos mal que me di cuenta a tiempo. ¿A quién no le ha pasado algo así alguna vez?

Pero, ¿qué pasa si, por despiste o porque el pescado no olía tan mal al principio, te lo comes y te empieza a sentar mal? Ahí ya la cosa se complica. Lo primero, y esto es de cajón, rehidratarse. Piensa que tu cuerpo está intentando expulsar lo que le ha sentado mal, ya sea por arriba o por abajo, y eso significa que estás perdiendo líquidos y electrolitos a lo bestia.

Así que, pequeños sorbitos de agua. No te atiborres de golpe, que eso solo empeorará la situación. El suero oral es mano de santo, la verdad. Yo siempre tengo en casa por si acaso, y no solo para esto. ¿Sabes esos polvitos mágicos que te reviven después de una noche de fiesta? Pues eso mismo, pero en versión “estoy intentando no morir en el baño”.

Pero, ojo, que no todo se soluciona con agua y suero. Si los síntomas persisten o, peor aún, si empeoran… ¡al médico de cabeza! No te hagas el valiente, que la salud es lo primero. Y créeme, he visto casos de intoxicaciones alimentarias que han terminado muy mal. No quiero asustarte, pero mejor prevenir que curar, ¿no crees?

En resumen, si sospechas que el pescado te ha sentado mal: hidrátate, paciencia (mucha paciencia) y, si la cosa no mejora, consulta al médico. Y sobre todo, la próxima vez, ¡huele bien el pescado antes de comprarlo! 😉