¿Qué nervios intervienen en el sentido del gusto?

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El sentido del gusto depende de tres nervios craneales principales. El nervio facial transmite la información gustativa de los dos tercios frontales de la lengua. Por su parte, los nervios glosofaríngeo y vago se encargan de la percepción del gusto en el tercio posterior de la lengua, enviando señales al cerebro para su procesamiento.

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Los Nervios Involucrados en el Sentido del Gusto

El sentido del gusto, crucial para experimentar el sabor de los alimentos y bebidas, es un proceso complejo mediado por nervios craneales específicos. Estos nervios son los mensajeros que transmiten información gustativa desde la lengua al cerebro para su interpretación.

Existen tres nervios craneales principales involucrados en la función del gusto: el nervio facial, el nervio glosofaríngeo y el nervio vago. Cada nervio tiene un área específica de la lengua que inerva:

  • Nervio Facial (VII): Este nervio transmite la información del gusto de los dos tercios frontales de la lengua. Inerva las papilas gustativas ubicadas en la punta y los lados de la lengua, que son sensibles a los sabores salados y dulces.

  • Nervio Glosofaríngeo (IX): El nervio glosofaríngeo se encarga de la percepción del gusto en el tercio posterior de la lengua. Inerva las papilas gustativas en la parte posterior de la lengua, que detectan sabores amargos y ácidos.

  • Nervio Vago (X): La rama laríngea del nervio vago también juega un papel en el sentido del gusto. Inerva las papilas gustativas en la epiglotis y la parte superior del esófago, contribuyendo a la percepción del sabor en la parte posterior de la boca.

Estos nervios craneales transmiten señales gustativas al tronco encefálico, donde se procesan antes de llegar a la corteza cerebral. Específicamente, la información gustativa se procesa en el núcleo del tracto solitario del tronco encefálico y la corteza gustativa primaria en el lóbulo parietal.

Cualquier daño o disfunción de estos nervios puede provocar una alteración del sentido del gusto, lo que lleva a trastornos del gusto como la ageusia (incapacidad para saborear) o la disgeusia (alteración del sentido del sabor). Por lo tanto, la función adecuada de estos nervios craneales es esencial para nuestra capacidad de experimentar el sabor y disfrutar de los alimentos y bebidas.