¿Qué pasa si como arroz rancio?
¡Ay, el arroz rancio! Personalmente, me da escalofríos solo de pensarlo. Más allá de que el sabor se arruine y la textura sea un asco, me preocupa la idea de pasar la noche en el baño por una intoxicación. Entiendo que a veces uno olvida el arroz en la nevera, ¡a todos nos pasa!, pero sinceramente, prefiero tirarlo a correr el riesgo de una mala noche. La salud es lo primero, ¿no creen?
¡Ay, el arroz rancio! Uf, solo de pensarlo me da como cosilla, ¿sabes? No es solo que se ponga malo de sabor y como chicloso (puaj!), es la idea de pasarme la noche vomitando… ¡horror!
A ver, entiendo que a veces, con las prisas, se te olvida el arroz cocido ahí, en un tupper en la nevera. ¡A todos nos ha pasado! Yo misma, el otro día, encontré uno que… mejor ni te cuento. Estaba como pegajoso y olía raro. Enseguida lo tiré, vamos, sin pensármelo dos veces.
Y es que, sinceramente, prefiero no arriesgarme. ¿Para qué jugártela por un puñado de arroz? ¿No crees que al final la salud es lo más importante? Recuerdo una vez que mi primo comió algo que no estaba bien (creo que era pollo, no arroz, pero da igual). ¡Madre mía, qué noche! No paraba de ir al baño y se puso fatal. ¡Un horror! Así que, la verdad, yo prefiero ser precavida.
Si el arroz ya lleva un par de días en la nevera, y huele raro, y tiene un aspecto… sospechoso, ¡a la basura! Mejor preparar arroz fresco. ¿No te parece? Al final, la tranquilidad de saber que no te vas a poner enfermo no tiene precio. ¿O tú qué harías?
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