¿Qué pasa si se toma limonada todos los días?

¿Qué pasa si tomo limonada todos los días? Bueno, ¡a ver! Para mí, es como un pequeño ritual de felicidad. ¿Hay algo más refrescante que ese primer sorbo de limonada bien fría en un día caluroso? No lo creo. En serio, me encanta. Siento que me despierta, me revitaliza… no sé, como que me pone de buen humor. Y sí, creo que hasta me ayuda con la piel, se ve como más luminosa, ¿no? Aunque, claro, el azúcar siempre me ha dado un poco de cosa. Por eso, la hago casera. Mucho más sana, ¿verdad? Le pongo poquita azúcar, a veces estevia, y listo. Además, es tan fácil de hacer… Exprimo unos limones, agua fresquita, un poquito de endulzante… ¡y a disfrutar! Recuerdo una vez, estábamos en la playa, un calor horrible, y mi abuela preparó una jarra enorme de limonada. ¡Nos salvó la vida! Ese saborcito ácido y dulce a la vez… ¡Mmm! Inolvidable. Y bueno, he leído por ahí –no sé dónde, la verdad– que es buena para el corazón. Algo de los antioxidantes y no sé qué más. No soy experta ni nada, pero si es verdad, ¡mejor que mejor! Total, un pequeño placer diario que además puede ser saludable… ¿Qué más se puede pedir? Aunque, pensándolo bien, igual no debería tomarla todos los días. A lo mejor tres o cuatro veces a la semana está bien, ¿no? No quiero abusar de lo bueno. En fin, ya veremos. Por ahora, ¡a disfrutar de mi limonada!