¿Qué son 2000 mg de sodio?

¡Ay, los 2000 mg de sodio! Uf, sólo de pensarlo se me pone la piel de gallina. ¿Te imaginas? ¡Casi una cucharadita entera de sal! Madre mía, eso es… ¿cómo decirlo? Exageradísimo.

A ver, que sé que todos nos pasamos a veces, ¿quién no ha pecado con unas patatas fritas de bolsa que saben a gloria bendita? Pero 2000 mg… eso ya es otra liga. ¡Es que supera con creces la cantidad recomendada para un día! Ya sabes, esos expertos que nos dicen que deberíamos andar por los 1500 mg o así.

Me preocupa, de verdad. ¿Quién estará comiendo tanto sodio? Porque, vamos a ser sinceros, eso no puede ser bueno. Es una bomba de relojería para la presión arterial, y ya sabemos cómo acaba la cosa si no le prestas atención. Mi abuelo, sin ir más lejos, era de esos que echaban sal a todo, ¡a todo! Y mira, al final le dio un disgusto el corazón.

De verdad, yo creo que hay que tener mucho cuidado con la sal. Es importantísima para la salud, sí, el cuerpo la necesita, pero en su justa medida. Y controlar su ingesta es fundamental. ¿Sabes? A veces me pregunto si no nos están metiendo sal a escondidas en todas partes, ¡es que todo sabe salado!

Recuerdo una vez, en un restaurante supuestamente saludable, pedí una ensalada y… ¡madre mía, la cantidad de sal que le habían echado! Tuve que devolverla. Y no me vale que me digan que es para “realzar el sabor”. No, no, no. Prefiero que la comida sepa a lo que tiene que saber, a tomate, a lechuga, a… a comida, ¡no solo a sal!

Así que, ya sabes, ¡ojo con el sodio! Que no nos engañen. Lee las etiquetas, cocina en casa con poca sal y, sobre todo, escucha a tu cuerpo. Él te dirá si estás abusando. Y si ves que te pasas… ¡corre a beber agua! Que eso ayuda a limpiar un poco el riñón. 😉