¿Qué tiene más proteína, la clara o la yema de huevo?

El Mito de la Yema: Descifrando la Proteína del Huevo

A menudo, al hablar de la proteína del huevo, la atención se centra casi exclusivamente en la clara, relegando a la yema a un segundo plano, incluso asociándola erróneamente con un alto contenido de grasa y colesterol. Si bien es cierto que la yema es rica en estos componentes, es importante no menospreciar su aporte proteico, aunque sea inferior al de la clara. Desmontemos, pues, el mito de la yema “vacía” de proteínas y analicemos la distribución de este nutriente en el huevo.

La clara, con su textura translúcida y viscosa, es indiscutiblemente la reina proteica del huevo. Un huevo grande aporta aproximadamente 4 gramos de proteína, provenientes casi en su totalidad de la clara. Esta proteína es de alta calidad biológica, lo que significa que contiene todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita y que no puede producir por sí mismo. Por esta razón, la clara de huevo se convierte en un alimento fundamental para deportistas, personas que buscan aumentar su masa muscular y, en general, para cualquier individuo que desee mantener una dieta equilibrada.

Sin embargo, la yema, a pesar de ser más pequeña, no se queda atrás en cuanto a su aporte nutricional. Aunque contiene menos proteína que la clara, aproximadamente 2,7 gramos en un huevo grande, su contribución no es despreciable. Además, la yema alberga una concentración significativa de vitaminas, minerales y antioxidantes, nutrientes que suelen pasarse por alto al enfocarse únicamente en la proteína.

En resumen, aunque la clara de huevo se corona como la principal fuente de proteína, la yema aporta una cantidad considerable y complementa el valor nutricional del huevo con otros micronutrientes esenciales. Por tanto, consumir el huevo entero, en lugar de solo la clara, permite aprovechar al máximo los beneficios que este alimento ofrece, siempre y cuando se ajuste a una dieta equilibrada y a las recomendaciones de un profesional de la salud. No se trata de demonizar la yema, sino de entender su papel dentro del conjunto del huevo y disfrutar de sus beneficios en su justa medida.