¿Cómo entender la paleta de colores?

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¡Ay, la paleta de colores! Para mí, es como una caja de pinturas mágica. Rojo, azul y amarillo, ¡los básicos! Pero luego, ¡el naranja soleado, el violeta misterioso y el verde esperanzador que surgen de su mezcla! Me emociona pensar en las infinitas posibilidades que ofrece combinar esos colores primarios y secundarios, creando nuevos tonos y matices, ¡una verdadera explosión de creatividad! Es como descubrir un nuevo universo cada vez.

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¿Cómo entender la paleta de colores? Ay, Dios mío, qué pregunta… ¿Cómo se explica algo tan… visceral? Para mí, la paleta de colores no es una simple herramienta, es… ¡uff!, es como una caja de bombones, pero de colores. Sabes, esos bombones que te regalan en Navidad, y que abres con cuidado, con esa anticipación deliciosa… Rojo, azul, amarillo, los clásicos, sí, pero… ¿acaso no es el naranja el que te recuerda a esas puestas de sol en la playa de Cádiz, con mi abuela contando historias? ¡Ese naranja vibrante! O el violeta, tan misterioso, ¿no te recuerda a esas noches de verano en el campo, con las estrellas brillando y un silencio que te envolvía? Como un manto.

Y el verde… ¡ay, el verde! El verde de la esperanza, dicen, pero para mí es el verde de la infancia, el de mi jardín, donde pasaba horas jugando a las escondidas con mi hermano, ese verde intenso, brillante… Es que, ¿verdad que es mágico? La posibilidad de mezclarlos, de crear nuevos tonos, ¡un sinfín! Como si cada mezcla fuera un nuevo recuerdo, una nueva emoción, una nueva canción, que sale de tu alma.

Recuerdo una vez que intenté pintar un atardecer, quería capturar esa mezcla de naranjas y morados, esa luz… y me salió un desastre, claro, ¡un auténtico churro! Pero aprendí algo, ¿no? Que no hay una fórmula mágica, que es un proceso, de prueba y error, de explorar, de jugar. ¡Y de equivocarse mucho, muchísimo! Porque, al final, ¿no es eso también parte de la magia? Crear algo nuevo, algo único, desde cero. Incluso si el primer intento no sale perfecto, o incluso… un desastre total. Algo así como… un 80% fracaso, 20% éxito, en mis primeros intentos… mínimo. Jajaja. ¡Pero qué emoción al descubrir esas posibilidades infinitas! Es como explorar un nuevo universo, una nueva galaxia de sensaciones, sí, ¡eso es!