¿Aceptan con tatuajes en la policía?

¿Tatuajes y la policía? ¡Ay, qué tema tan espinoso! Recuerdo a mi primo, un tipo majísimo, que soñaba con ser policía desde crío. Tenía un dragón precioso en el brazo, una obra de arte, de verdad. ¿Y qué pasó? Pues que se quedó con las ganas. Porque, ¿adivinan? No le dejaron entrar, por el dichoso dragón. Me dio tanta rabia… ¡una pena enorme!

La cosa es que, según tengo entendido, en el Servicio de Protección Federal – ¡qué nombre tan formal, ¿no? – te miran con lupa si llevas algo que se vea con el uniforme de manga corta, pantalón largo y botas. O sea, si te asomas una mínima parte del tatuaje… ¡olvídalo! ¿Qué sentido tiene eso? Es que me parece un poco… injusto, ¿sabes? A ver, ¿de verdad un tatuaje en el hombro va a afectar a la eficiencia de un agente? No lo creo. Un tipo con un tatuaje puede ser igual de responsable y eficiente que uno que no los tenga, ¿o no?

Claro que entiendo que debe haber ciertas normas, que no se puede ir por la vida como si nada, con cualquier cosa tatuada a la vista. Pero, ¿tan estrictos tienen que ser? Mi vecina, por ejemplo, es una mujer de armas tomar; trabaja en Protección Civil y tiene una manga entera llena de flores preciosas. Y es una crack, ¡eh!, una salvavidas, de verdad. Nunca ha tenido ningún problema. ¿Será que depende del tipo de tatuaje? ¿O simplemente de la suerte que uno tiene? Porque la verdad, a veces, parece que el reglamento se aplica como al buen tuntún, ¿no crees?

Total, que lo de los tatuajes y la policía es un tema complejo. Hay normas, eso está claro, pero a veces me pregunto si son justas, si no son demasiado rígidas… Si hay un porcentaje, ¿cuántos aspirantes son rechazados por los tatuajes? ¡Me encantaría saber esas estadísticas! Porque la verdad, es una pena que gente válida se quede fuera por algo tan… personal. Como decía mi abuelo, “cada uno es como es”. Y a veces, esos “como es” se ven en la piel.