¿Cómo fue la muerte de Mitsuri y Obanai?

La desgarradora despedida: La muerte de Mitsuri y Obanai en la batalla final

En la épica confrontación final contra el Rey Demonio Muzan Kibutsuji, los Hashira de los Cazadores de Demonios lucharon con valentía y sacrificio. Entre ellos, Mitsuri Kanroji y Obanai Iguro enfrentaron un destino desgarrador que dejó una marca indeleble en sus compañeros y en los corazones de los lectores.

Mitsuri Kanroji: Una muerte heroica

La amable y afectuosa Mitsuri se enfrentó a Muzan con una determinación inquebrantable. Luchando junto a Obanai, su espada se convirtió en un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Sin embargo, la abrumadora fuerza de Muzan resultó ser demasiado para soportar.

Durante la encarnizada batalla, Mitsuri sufrió heridas horribles. Sus brazos fueron amputados, su oreja izquierda parcialmente arrancada y sus largas trenzas cortadas hasta los hombros. A pesar de su dolor y desesperación, Mitsuri se negó a rendirse.

Con su último aliento, Mitsuri utilizó su técnica de respiración de amor para crear un escudo protector alrededor de sus compañeros heridos. Este acto de sacrificio permitió a los demás Cazadores escapar y continuar la lucha contra Muzan.

Obanai Iguro: Un final trágico

El estoico y calculador Obanai también enfrentó un destino trágico en la batalla final. Luchando codo a codo con Mitsuri, su espada de serpiente se convirtió en un arma formidable contra Muzan.

Sin embargo, como Mitsuri, Obanai resultó gravemente herido. Su ojo derecho quedó ciego y su cuerpo quedó cubierto de heridas. A pesar de su dolor, Obanai se mantuvo firme, decidido a proteger a los inocentes.

En un momento desgarrador, Obanai y Mitsuri se encontraron rodeados por los secuaces de Muzan. Juntos, lucharon con valor, pero estaban superados en número. Cuando todo parecía perdido, Obanai utilizó su técnica de respiración de serpiente para crear una poderosa explosión, acabando con numerosos demonios pero también con su propia vida.

Legado perdurable

Las muertes de Mitsuri y Obanai fueron una pérdida devastadora para los Cazadores de Demonios y para los lectores por igual. Su valentía, sacrificio y amor mutuo dejaron una marca indeleble en la historia de la lucha contra Muzan.

Mitsuri, con su corazón amoroso y su espíritu inquebrantable, se convirtió en un símbolo de esperanza y compasión. Obanai, con su estoicismo y su lealtad inquebrantable, personificó la fuerza y la determinación.

Juntos, Mitsuri y Obanai demostraron que incluso en las batallas más oscuras, el amor y el sacrificio pueden prevalecer sobre el mal. Su memoria vivirá para siempre, inspirando a innumerables generaciones de Cazadores de Demonios a luchar por la justicia y la protección de los inocentes.