¿Cómo se le dice a un bebé en Chile?

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En Chile, a los bebés se les llama guagua, término extendido a otras naciones andinas y que proviene del quechua wawa. Su origen onomatopéyico refleja el llanto infantil, un sonido universalmente reconocible. La coincidencia con el nombre de los autobuses es pura casualidad.

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La omnipresente guagua: Del llanto infantil al transporte público en Chile

En Chile, la palabra “guagua” resuena con una ternura particular. No se refiere a un autobús, aunque la coincidencia fonética con el transporte público a menudo cause sorpresa a los extranjeros. En realidad, “guagua” es el término cariñoso y ampliamente utilizado para referirse a un bebé. Su uso se extiende más allá de las fronteras chilenas, encontrando eco en otros países andinos, un testimonio de su arraigo en la cultura regional.

La raíz de esta palabra se hunde en las profundidades del quechua, lengua ancestral de los Andes. “Wawa”, su predecesora, evoca directamente el llanto de un infante, ese sonido universal que trasciende idiomas y culturas. Su origen onomatopéyico, imitando el balbuceo y el llanto característico de los primeros meses de vida, le confiere una singular potencia expresiva. Imaginemos a las madres quechuas, acunando a sus pequeños mientras repiten “wawa, wawa”, consolando y nombrando a la vez esa nueva vida.

Este vocablo, viajando a través del tiempo y las montañas, se adaptó al español chileno transformándose en “guagua”. La dulzura fonética de la palabra, con la repetición de la “u”, parece mimetizar el arrullo maternal y la tierna redondez de un bebé.

La curiosa coincidencia con el término utilizado para los autobuses, aunque genera anécdotas divertidas, no comparte ninguna relación etimológica. La palabra “guagua” para referirse al transporte público, probablemente deriva de la adaptación fonética de la marca inglesa de autobuses “Guy”. Esta curiosa dualidad semántica, exclusiva del español chileno, añade una capa de singularidad a la palabra, convirtiéndola en un símbolo de la identidad cultural del país. Así, en Chile, la “guagua” puede transportarte tanto a tu infancia como a tu destino, un viaje lingüístico tan peculiar como entrañable.