¿Cómo se llama el museo de arte de Francia?

¿Cómo se llama el museo de arte de Francia? Ay, esa pregunta… me trae tantos recuerdos. El Louvre, claro, ¡el Louvre! ¿Quién no lo sabe? Pero para mí, no es solo un nombre, ¿sabes? Es un recuerdo imborrable, casi como un olor a viejo papel y pintura que se queda pegado a ti.

Recuerdo mi primera vez allí, ¡qué nervios! Estaba con mi abuelo, un hombre con la paciencia de un santo, y un amor por el arte que me contagió. Íbamos en un día lluvioso de esos que te calan hasta los huesos, pero dentro, ¡ay, dentro! Era una explosión de colores, una jungla de esculturas… ¡casi me sentí pequeña, insignificante, ante tanta belleza! Recuerdo específicamente la Gioconda, claro, rodeada de esa multitud que te empujaba y te mareaba… Y aún así, logré sentir algo, ¿verdad? Una especie de conexión con ella, o con la idea de ella, con la historia que hay detrás de cada pincelada. Te preguntas, ¿cómo pudieron crear algo tan… perfecto?

Y luego, las salas infinitas, llenas de cuadros, de esculturas… ¡Dios mío, qué cantidad de arte! Me dicen que hay más de 35.000 obras expuestas, ¡casi me quedo sin aliento sólo de pensarlo! Ni siquiera sé si llegué a ver la mitad, ¡era un laberinto fascinante! Recuerdo que me perdí, ¡qué susto! Y mi abuelo, riéndose, me encontró buscando entre las estatuas, un poquito asustada, pero totalmente embelesada.

El Louvre… es más que un museo, ¿no? Es un pedazo de historia, una cápsula del tiempo donde te sientes chiquitito frente a la grandeza de la humanidad. Si alguna vez van a París, no se lo pierdan. Es una experiencia… inolvidable, lo prometo. Y si pudieran, busquen un día lluvioso, ¡para que el contraste sea aún más mágico!