¿Cuáles son las dimensiones del ocio?

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¡Vaya, qué interesante! Personalmente, encuentro la categorización de Cuenca bastante acertada. La dimensión lúdica es fundamental, ¡todos necesitamos jugar y divertirnos! Pero también valoro mucho la dimensión creativa, esa necesidad de expresarnos y crear algo nuevo. Y ni hablar de la dimensión solidaria, ¡qué importante es sentir que contribuimos a algo más grande! Para mí, un ocio completo debe nutrir todas estas dimensiones, no solo una o dos.

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¿Dimensiones del ocio? A ver… ¿cómo lo explico? Me suena a algo muy teórico, ¿no? Pero pensándolo bien, sí que tiene sentido. Leí algo de un tal Cuenca que lo categorizaba, y la verdad, me hizo clic. Hablaba de la dimensión lúdica, que, ¡vamos!, es la que a todos se nos viene a la cabeza, ¿o no? Jugar, reírse, desconectar… ¡Eso es ocio puro y duro! Yo, por ejemplo, recuerdo las tardes de verano en el pueblo, jugando al escondite hasta que oscurecía… ¡qué tiempos! Eran todo risas y carreras, pura dimensión lúdica.

Luego está la creativa. Y esta me resuena mucho también. A mí me encanta pintar, aunque no sea ninguna experta. Pero ese ratito que le dedico, aunque sea solo garabatear, me llena muchísimo. Es como… ¿una vía de escape? Sí, algo así. Crear algo, por pequeño que sea, te da una satisfacción enorme. ¿No les pasa? Cuenca, creo recordar, la llamaba dimensión creativa. ¡Un nombre perfecto!

Y la que a veces se nos olvida, la dimensión solidaria. Ayudar a los demás, involucrarse en algo que va más allá de uno mismo… Eso también es ocio, ¿verdad? No todo es fiesta y diversión. Yo colaboro en un comedor social los fines de semana, y aunque a veces sea cansado, la sensación que te deja… no tiene precio. Es como si el ocio cobrara un significado más profundo. Como si aportara algo de verdad. No sé si me explico.

En fin, que Cuenca, o quien sea que definiera estas dimensiones, tenía toda la razón. Un ocio completo, creo yo, debería tocar un poco de cada una. No sé, a lo mejor hay estudios que dicen lo contrario, porcentajes y cosas así, pero… ¿qué más da? Al final, lo que importa es cómo lo vivas tú, ¿no? Que te llene, que te haga sentir bien. Y eso, para mí, pasa por jugar, por crear y por ayudar. Un poquito de cada.