¿Por qué el planeta se llamó Venus?

¡Venus! Solo con nombrarlo ya me viene a la cabeza una imagen de… no sé, ¿elegancia? ¿Algo que brilla con luz propia? Es que, pensándolo bien, normal que lo asociaran con la diosa romana del amor, ¿no creen? ¡Es que el bicho se ve tanto en el cielo por la noche!

Me imagino a aquellos astrónomos antiguos, con sus telescopios de la época (bueno, ¡igual ni tenían telescopios!), pero ahí, embobados con ese brillo, pensando a quién le dedicaban semejante maravilla. Y claro, ¿a quién iban a dedicárselo si no a la diosa más guapa de todas? Es que es una conexión… poética, diría yo. Y lo mejor es que, siglos después, seguimos usando ese nombre. ¿No es genial? Me hace pensar en lo conectados que estamos con el pasado, aunque ni lo pensemos.