¿Por qué en España se cena tarde?

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Los horarios de España se vieron influidos por la jornada partida laboral, que permitía una pausa de dos horas para el almuerzo, de 14:00 a 16:00 horas. Esta pausa retrasó la cena, que pasó a realizarse entre las 21:00 y las 23:00 horas.

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La Hora de la Cena en España: Un Reflejo de la Historia y la Cultura

La peculiar costumbre española de cenar tarde, a menudo entre las 21:00 y las 23:00 horas, es un tema recurrente de conversación, tanto para los propios españoles como para los visitantes extranjeros. Más que una simple preferencia, este horario refleja una compleja interacción entre la historia laboral del país, las costumbres sociales y, en cierta medida, el clima. Desmitificar la razón detrás de esta tradición requiere ir más allá de una simple afirmación de causa-efecto.

La jornada laboral partida, con su extensa pausa para el almuerzo, ha sido tradicionalmente señalada como el principal factor. Sin embargo, reducir la explicación a esto sería una simplificación excesiva. Si bien es cierto que la pausa para comer, que se extendía (y en algunos sectores aún se extiende) entre las 14:00 y las 16:00 horas, dejaba un considerable espacio de tiempo antes de la siguiente comida, el impacto de esta pausa se ve amplificado por otros elementos.

La intensidad de la jornada laboral en sí misma contribuyó al retraso. Trabajar hasta las 14:00 horas, luego realizar un almuerzo que no solo incluía la comida sino también un periodo de descanso y socialización, y finalmente volver al trabajo hasta la tarde, generaba una fatiga que hacía impensable una cena temprana. La larga jornada se convertía en un ciclo que naturalmente desplazaba el horario de la cena.

Además, el clima español juega un papel sutil pero significativo. Las altas temperaturas del verano en muchas regiones del país hacen que la idea de una comida caliente a primera hora de la tarde resulte poco atractiva. Por el contrario, la fresca brisa nocturna hacía, y hace, de la cena una comida más agradable y soportable.

Finalmente, la cultura española, con su énfasis en la socialización y las relaciones interpersonales, ha contribuido a consolidar la cena como un evento social importante. La cena se convertía (y sigue siendo en muchos casos) un momento de encuentro familiar, de reunión con amigos o de disfrute de una comida más relajada que el rápido almuerzo del mediodía. Este aspecto social refuerza y perpetúa el horario tardío, transformando la cena en algo más que una simple ingesta de alimentos.

En conclusión, la costumbre de cenar tarde en España no es una mera anomalía, sino un reflejo de una intrincada interacción entre factores históricos, laborales, climáticos y culturales. La jornada laboral partida actuó como catalizador, pero la persistencia de este horario se debe a una compleja red de influencias que han moldeado las costumbres españolas a lo largo de décadas. Comprender esta tradición requiere una mirada más allá de la superficie, reconociendo la profundidad y la complejidad de su arraigo en la identidad española.