¿Qué dice Freud sobre la figura paterna?

A ver, Freud y la figura paterna… ¡Uf, tema denso! Pero importantísimo, ¿no creen? Siempre me he preguntado qué tanto de lo que decía Freud sigue siendo relevante hoy en día.

A ver, lo que yo entiendo es que, para Freud, el padre no es solo “el que trae el pan a la casa”, sino algo muchísimo más profundo. Algo que te estructura, te limita, pero a la vez, te permite crecer.

Dice que representa la ley, el orden… ¡Vaya rollo! Pero pensándolo bien, ¿no es verdad que, de alguna manera, el padre (o la figura paterna, que a veces no es literal el padre biológico, ¿verdad?) nos pone límites? Nos dice “hasta aquí llegas”. Y esa prohibición, en particular esa que menciona del incesto, ¡madre mía! Parece algo tan obvio, pero Freud lo veía como algo clave para no quedarnos atrapados en deseos infantiles, ¿no?

Ahora, lo del Edipo… ¡Ay, el Edipo! La famosísima fase donde el hijo quiere a la madre y ve al padre como un rival. Suena fatal, ¿verdad? Pero, ¿no les pasa que a veces uno se acuerda de la infancia y piensa “uy, igual sí que sentía celitos de mi padre cuando le daba un abrazo a mi madre”? No sé, a mí me ha pasado tener flashes así.

La verdad, creo que la idea de Freud de que el padre es fundamental para “pasar” esa fase edípica tiene mucho sentido. Es como si el padre, al “poner la ley”, te dijera: “Oye, que la madre no es tuya, tienes que buscarte a otra”. Y eso, aunque duela, es lo que te permite madurar y relacionarte con el mundo de manera sana, ¿no?

Y es que, si lo pienso bien, en mi propia vida, la figura de mi padre, aunque no siempre estuvimos de acuerdo en todo, sí que me marcó mucho. Me inculcó ciertos valores, me enseñó a ser responsable… Cosas que al principio me fastidiaban un montón, pero que ahora agradezco enormemente.

¿Qué opinan ustedes? ¿Creen que la figura paterna sigue teniendo este peso tan importante en la actualidad? O, ¿han cambiado las cosas? A mí me da que pensar…