¿Qué inspira alegría o ganas de reír?

¿Qué inspira alegría o ganas de reír? Uf, ¡qué pregunta! Me hace pensar… ¿verdad? Es como si te preguntaran qué te hace sentir vivo. Para mí, la alegría, bueno, es como una chispa. A veces surge de la nada, ¿no te pasa? Como cuando ves a un perrito correr tras su cola, o escuchas a un niño decir alguna ocurrencia… ¡Puf! Y ya estás sonriendo. Otras veces es algo más profundo, una charla con mi abuela, por ejemplo, que aunque esté llena de achaques siempre tiene una historia divertida que contar. Me acuerdo una vez, estábamos en Navidad, y de repente… ¡Bum! Se le cayó el diente postizo en el ponche. Todos nos quedamos en silencio un segundo, y luego… ¡a reír! Fue un caos, pero de esos caóticos bonitos, ¿sabes? De esos que te hacen sentir conectado con los demás. Y bueno, también están las cosas simples, el olor a café por la mañana, el sol calentito en la cara… Esas pequeñas cosas que, sin darte cuenta, te van llenando de una alegría tranquila, como un abrazo por dentro. Leí por ahí que la risa es contagiosa, no sé si será cierto al 100%, pero a mí me pasa. Si alguien a mi alrededor se ríe con ganas, es casi imposible no unirse. Es como un imán, ¿no? Y sí, el gas hilarante y esas cosas… pues también, supongo, pero ¿para qué buscar la risa artificial cuando la vida ya te da tantas oportunidades de reír de verdad? A veces me pregunto si nos tomamos la vida demasiado en serio. Deberíamos reírnos más, ¿no crees? Total, al final, ¿qué más da?