¿Qué le dijo el piojo a la pulga?

El inesperado diálogo entre el piojo, la pulga y el yacaré

En medio de un frondoso follaje, se suscitó una peculiar conversación entre tres inusuales compañeros: un piojo, una pulga y un yacaré.

El piojo, conocido por su diminuto tamaño y su afinidad por el cuero cabelludo humano, rompió el silencio con un asombro palpable:

“¡Jamás me hubiera imaginado todo eso!”.

Sus palabras reflejaban una sorpresa genuina, como si una revelación no especificada hubiera desvelado un mundo completamente nuevo ante sus diminutos ojos. Su exclamación contrastaba con la pulga que permanecía en silencio, escuchando atentamente.

El yacaré, un reptil imponente con una mirada penetrante, agregó:

“Yo tampoco tenía la menor idea”.

Sus palabras confirmaban la naturaleza novedosa de la información que habían recibido. El trío se sumió en una profunda contemplación, procesando las implicaciones de lo que se les había revelado.

Sin embargo, el origen de su asombro y la naturaleza del tema discutido permanecieron envueltos en el enigma. La conversación se desvaneció en el aire de la jungla, dejando atrás un misterio sin resolver que invitaba a la especulación.

Quizás habían descubierto un secreto oculto en el corazón de la selva, o habían recibido un atisbo de una realidad más vasta que jamás habían considerado. Cualesquiera que fueran las implicaciones, el diálogo entre el piojo, la pulga y el yacaré se convirtió en un momento notable en la historia de la selva, un testimonio del poder de la sorpresa y la maravilla que aún puede encontrarse en los rincones más inesperados.