¿Qué opina Muzan de Kokushibo?

La Perspectiva de Muzan sobre Kokushibo: Un Instrumento del Poder

Muzan Kibutsuji, el progenitor de los demonios, es una figura enigmática y despiadada que gobierna el mundo demoníaco con puño de hierro. Entre sus innumerables subordinados, Kokushibo ocupa un lugar único, habiendo ganado tanto su respeto como su temor.

En los primeros años de su existencia, Muzan se encontró con Kokushibo, un hábil cazador humano obsesionado con acumular poder. Al presenciar su destreza y sed de dominación, Muzan quedó intrigado. Reconociendo el potencial de Kokushibo, Muzan lo convirtió en un demonio, otorgándole un poder inimaginable.

El despertar de Kokushibo como demonio suscitó un gran interés en Muzan. Vio en él un reflejo de su propia voluntad inquebrantable y su deseo de supremacía. A diferencia de sus otros subordinados, Muzan no veía a Kokushibo como un mero peón, sino como un igual en su búsqueda de poder.

A medida que pasaban los siglos, Muzan llegó a confiar cada vez más en Kokushibo. Lo seleccionó como el segundo rango superior de las Doce Lunas Demoniacas, un testimonio de sus extraordinarias habilidades y lealtad inquebrantable. Kokushibo demostró ser un activo invaluable para Muzan, dirigiendo ejércitos demoníacos y eliminando a los enemigos que amenazaban sus planes.

Sin embargo, a pesar de su admiración por Kokushibo, Muzan nunca se olvidó de su propia naturaleza egoísta. Consideraba a Kokushibo, y a todos sus subordinados, como herramientas para lograr sus propios fines. Muzan estaba dispuesto a sacrificar a cualquiera que se interpusiera en su camino, incluso a sus seguidores más leales.

En última instancia, la relación entre Muzan y Kokushibo era una alianza construida sobre el respeto mutuo y el temor. Muzan veía a Kokushibo como un instrumento indispensable en su búsqueda de la inmortalidad, mientras que Kokushibo valoraba la protección y el poder que Muzan le proporcionaba.