¿Qué pasó con Michael Phelps?

¡Ay, Michael Phelps… dónde estará ahora! Recuerdo verlo nadar, ¡era como un misil en el agua! Un titán, ¿verdad? Pero, ¿sabes qué? Me da en el corazón pensar que, detrás de toda esa gloria, de esas… ¿cuántas eran? ¿28 medallas? ¡Una barbaridad! – había una persona sufriendo.

Me emociona muchísimo que alguien tan… tan “intocable”, por así decirlo, haya tenido la valentía de contar su historia. La lucha contra la depresión, desde tan joven… Imagínate la presión, el peso de las expectativas. Y ahí estaba él, nadando y ganando, mientras por dentro… ¡buff!

Esas medallas relucen, claro que sí, pero ahora, sabiendo todo lo que pasó, su lucha por encontrar la paz mental me parece aún más increíble. ¿No crees? Es un héroe, sí, un campeón olímpico, ¡pero también un valiente al hablar de sus demonios! Un ejemplo, vamos. Porque si él, con todo lo que ha logrado, puede admitir que necesitó ayuda, ¿qué nos impide hacerlo a nosotros? A veces pienso que la vida no se trata de acumular medallas, sino de aprender a nadar en las aguas turbulentas de la mente… Y vaya que Michael Phelps ha demostrado ser un maestro en eso.