¿Qué significa el dicho tal para cuál?

¿Tal para cuál? ¿Qué significa eso en realidad? No es una frase bonita, ¿verdad? Suena a… a rechazo, ¿no? Como si estuvieras mirando a dos personas y pensando “puf, se merecen”. Es como decir que son iguales, pero en lo malo. Dos caras de la misma, fea, moneda.

Te pinta la imagen de dos personas… insignificantes, ¿o quizás es demasiado fuerte? Bueno, a veces sí, a veces no. Pero siempre hay algo negativo ahí, como una sombra. Defectos compartidos, como si se hubieran buscado el uno al otro para… ¿para qué? ¿Para confirmarse en sus miserias? No sé, a veces me pregunto estas cosas.

Recuerdo una vez, en el instituto, que dos chicos, siempre metidos en líos, empezaron a salir. Eran… bueno, no eran la alegría de la huerto, precisamente. Y todos decían “tal para cual”. Rompían ventanas, se saltaban las clases… La verdad es que no eran mala gente, solo… perdidos. ¿Y qué? ¿Tal para cual significaba que estaban condenados a estar juntos para siempre en su… ¿mediocridad? No lo sé. Me daba un poco de pena, la verdad.

Se usa mucho eso de “(Ser) tal para cual”. Como una sentencia. Y claro, lo peyorativo se te queda pegado. Como una etiqueta. He leído por ahí, no sé dónde, que el lenguaje condiciona nuestro pensamiento. Algo así como que si lo dices mucho, terminas creyéndolo. Y eso da un poco de miedo, ¿no? ¿Quién decide quién es “tal para cual”?

A lo mejor a veces la gente lo dice sin pensar. O a lo mejor realmente ven una correspondencia… una conexión… pero en lo malo. No lo sé. Es una frase complicada, ¿no te parece? Te deja con un sabor amargo en la boca. Como cuando te comes una almendra amarga sin querer.