¿Cuántos socios tiene el Eibar Club de fútbol?

El Eibar, un club de pueblo con 11.136 accionistas: Un modelo de gestión único en el fútbol español

El SD Eibar, modesto club guipuzcoano que ha maravillado al mundo del fútbol con sus gestas en LaLiga Santander, es mucho más que un equipo de fútbol. Es un proyecto social, una demostración palpable de cómo el esfuerzo, la gestión eficiente y un arraigo comunitario férreo pueden llevar a un club pequeño a competir con los gigantes. Y esa identidad se refleja, con contundencia, en su estructura societaria.

A diferencia de la mayoría de equipos de fútbol profesional, propiedad de grandes inversores o conglomerados económicos, el Eibar se sustenta sobre la base de 11.136 accionistas. Esta cifra, lejos de ser anecdótica, representa la columna vertebral del club armero, el verdadero motor que impulsa su funcionamiento y que lo distingue de la corriente principal del fútbol profesional español. Cada uno de estos accionistas, muchos de ellos vecinos de la ciudad y sus alrededores, ha contribuido a construir un proyecto ambicioso y sostenible, un ejemplo de cómo la propiedad colectiva puede garantizar la supervivencia y el crecimiento a largo plazo.

Esta singular estructura societaria no es solo un dato numérico; representa una filosofía. La implicación de la comunidad es total y se traduce en un apoyo incondicional, tanto económico como anímico. La pertenencia al Eibar trasciende lo deportivo, convirtiéndose en un símbolo de identidad local y un factor unificador para la ciudad. Es una forma diferente de entender el fútbol, alejada de los grandes capitales y cercana a la esencia misma del deporte: la pasión, el esfuerzo y la pertenencia a una comunidad.

Al frente de este proyecto colectivo se encuentra la presidenta Amaia Gorostiza, quien con su liderazgo ha guiado al club en sus años de gloria y ha sabido mantener el equilibrio entre el crecimiento deportivo y la fidelidad a los principios fundacionales del club. Su gestión, en consonancia con la filosofía societaria, ha sido clave para el éxito del SD Eibar, demostrando que es posible competir al más alto nivel sin renunciar a la esencia y a los valores de un club arraigado en su tierra.

En conclusión, los 11.136 accionistas del Eibar no son solo inversores, son los guardianes de un proyecto único en el panorama futbolístico español. Su historia es una lección de perseverancia, un ejemplo de cómo la unión y la gestión responsable pueden llevar a un club pequeño a alcanzar cotas inimaginables, consolidándolo como un modelo a seguir en la búsqueda de un fútbol más humano y cercano a su comunidad.