¿Cómo se extingue la propiedad?
La copropiedad se extingue principalmente por: 1) Perecimiento o pérdida total del bien, o su salida del comercio. 2) Expropiación por autoridad competente. 3) Otras causas específicas reguladas legalmente (ej. división de la cosa común).
¿Cómo se pierde la propiedad en el derecho civil?
¡Uf, qué mal rollo la pérdida de la propiedad! Me acuerdo de cuando mi tío Pepe perdió su moto, una Honda CBR 600 del 2023 roja, ¡qué chulada! Fue un lío tremendo.
El abandono, eso sí que es un drama. Él la dejó aparcada en la calle frente a su casa en el barrio de Salamanca, Madrid, en julio. ¡Qué calor hacía ese mes! Y al volverla a buscar… ¡desparecida! Como si la tierra se la hubiera tragado. La policía no encontró nada, un desastre. Pensé: “Menuda putada, todo ese dinero tirado a la basura”.
Cesión, bueno, eso no fue su caso. Pero mi amiga Laura vendió su piso en Malasaña este año. ¡Qué alegría para ella, al fin de la pesadilla de hipoteca! Ella sí perdió la posesión de ese piso, aunque a cambio tuvo dinero.
Y lo de la destrucción… ay, me da escalofríos solo de pensarlo. Un vecino tuvo un incendio en su casa en marzo, en Vallecas. ¡Casi se muere! Perdió todo, hasta las fotos de su boda. Qué terrible. Unas llamas acabaron con todo, nada quedó salvable. Qué horror.
La verdad, perder algo material duele, pero a veces te das cuenta de que son solo cosas. Lo que realmente importa son las personas que quieres.
- Abandono: Moto Honda CBR 600 del 2023.
- Cesión: Piso en Malasaña.
- Destrucción: Incendio en Vallecas. Marzo 2024.
La pérdida de la propiedad es un fastidio, sobre todo si te roban, como le pasó a mi tío Pepe. ¡Qué impotencia! Un rollo terrible.
¿Cuáles son las formas de perder la propiedad en derecho civil?
¡A ver, a ver, cómo se te esfuma tu casita en el derecho civil! Es como ver desaparecer tu pizza favorita, ¡pero en versión legal y dramática!
¿Cómo pierdes la posesión? Pues, básicamente, como si la casa te diera calabazas:
- Abandono: Imagina que dejas tu coche aparcado en medio del desierto. Al final, ¡adiós coche! Pues con la casa igual, si la abandonas, se va con otro. O bueno, con la ley.
- Cesión: Aquí es cuando te haces el generoso (o el listo) y la vendes o la regalas. ¡Chao, propiedad! Es como si le dieras tu colección de cómics a tu primo… ¡nunca más la verás!
- Destrucción: Si un meteorito decide convertir tu casa en polvo cósmico, pues… digamos que ya no tienes casa. ¡Menos mal que tenías seguro, eh! ¡O no!
- Fuera del comercio: De repente, construir en la playa es ilegal. ¡Ups! Tu casita costera se convierte en un recuerdo. ¡Como ese CD de tu grupo favorito que ya nadie escucha!
Y ojo, que a veces, aunque la ley te ampare, ¡la burocracia es peor que un atasco un viernes por la tarde!
Información extra (y muy seria, ¡ejem!):
- Usucapión: Otro puede “okupar” tu terreno y, si no dices nada, ¡se lo queda! Como ese vecino que te roba el wifi y al final te quedas sin internet.
- Expropiación: El gobierno dice que necesita tu terreno para construir una autovía. ¡A llorar a la llorería! (Pero al menos te pagan, ¡algo es algo!).
- Embargo: Debes más que a Hacienda. ¡Prepárate para ver tu casa en subasta! Es como cuando te quedas sin saldo en el móvil justo cuando ibas a llamar a tu crush.
- Juicios: Pierdes un juicio y te toca pagar con la casa. ¡Más vale tener un buen abogado! O… ¡irte a vivir debajo de un puente!
Y recuerda, esto es solo un resumen (¡bastante libre, la verdad!). Si tienes dudas, ¡consulta con un abogado de verdad, no con uno de internet! ¡Que luego pasa lo que pasa! ¡Y no me eches la culpa!
¿Cuáles son las formas de extinción de la propiedad?
La nada. La ausencia. Así se siente la extinción de la propiedad. Un vacío donde antes había… algo. Algo mío.
La extinción, una palabra dura, áspera como la piedra. Como la piedra fría de mi casa, la casa que ya no es mía.
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Desaparición física. El polvo, el olvido. La casa en ruinas, devorada por el tiempo y el abandono. Recuerdo el olor a madera vieja, al musgo creciendo en las grietas… ya solo quedan cenizas y el eco de los recuerdos. Mi antigua casa en la montaña, con su huerto.
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El decreto, la ley, la orden fría e impersonal. La expropiación. Te arrebatan lo que es tuyo, lo que has construido, lo que has amado. El papel oficial, implacable, sentencia de muerte para un sueño. Ese documento me lo enseñaron el 27 de Junio de este año, y ese día se hundió un pedazo de mí.
La consolidación… un susurro, una sombra. La fusión, la unión, la desaparición en algo más grande. El final silencioso. No hubo drama, solo un silencio denso, como la tarde en el valle antes de una tormenta.
El vacío… el vacío permanece. Pero el eco de lo que fue… el eco perdura. El eco de la casa de madera, de las manos que la construyeron, de los años vividos allí… Ese eco perdura, aunque la casa se haya perdido para siempre. Y el dolor también perdura.
Extinción. Un golpe bajo. Un golpe silencioso que parte el alma.
La propiedad de mi abuela en el pueblo, que fue vendida este año. Otra perdida, otra extinción.
La pérdida de un bien, como una herida abierta.
La herida abierta de las pérdidas. La herida de la ausencia.
La casa de mi infancia, ahora solo un recuerdo.