¿Cómo clasifica la química a la materia?

¿Cómo clasifica la química la materia? Buf, ¡menuda pregunta! La química, esa ciencia que a veces me parecía un jeroglífico indescifrable en el colegio… Pero bueno, ahora, mirándolo con otros ojos, la verdad es que tiene su gracia. Esta cosa de clasificar la materia en heterogénea y homogénea… ¿No les parece un poco como la vida misma?

A ver, lo heterogéneo, ¿no? Es como… una ensalada mixta, ¡eso mismo! O como mi cajón de los calcetines, ¡un auténtico caos! Siempre hay algo distinto, una sorpresa escondida. Recuerdo una vez que estaba haciendo una tarta (¡sí, yo también cocino!), y la masa, antes de meterla al horno, era un ejemplo perfecto: la harina, los huevos, el azúcar… todo ahí, mezclado, pero cada ingrediente claramente distinguible. ¡Una fiesta de texturas y colores! Es fascinante, ¿verdad? Siempre hay algo nuevo que descubrir, algo que te llama la atención.

Y luego está lo homogéneo… A veces pienso, ¡qué rollo! Todo igual, uniforme, predecible. Como un vaso de agua, por ejemplo. O el aire que respiramos (aunque, pensándolo bien, ¡menos mal que es homogéneo! Si no, ¿quién sabe qué respiraríamos?). Es verdad que sin lo homogéneo muchas cosas no funcionarían. Imagina un café con la leche sin mezclar, ¡un horror! Supongo que todo tiene su lugar, ¿no? Aunque reconozco que me atrae mucho más lo complejo, lo diverso, lo heterogéneo.

Lo que sí me parece genial es esa idea de que las mezclas heterogéneas se pueden separar. Es como desentrañar un misterio. Como cuando de pequeña desarmaba mis juguetes para ver cómo funcionaban por dentro (y luego, claro, no conseguía volver a armarlos…). Recuerdo una vez en el laboratorio del colegio, separando arena y limaduras de hierro con un imán… ¡qué pasada! Era como magia, pero magia de la ciencia. En fin, la química tiene sus cosas, ¿eh? A veces te lía, pero otras te sorprende. Y la verdad, eso me gusta.