¿Cómo mejorar mi productividad?

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Maximiza tu productividad: Define metas claras. Utiliza una agenda. Elimina distracciones digitales. Mantén un espacio de trabajo ordenado. Aprovecha tus momentos de mayor energía. La clave reside en la planificación y la disciplina.

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¿Cómo aumentar mi productividad de forma efectiva?

Aumentar la productividad, ¿eh? Me suena a un reto personal. Recuerdo el 15 de marzo, en mi pequeña oficina en Madrid, intentando acabar un proyecto antes de la fecha límite (¡2000€ dependían de ello!). Estaba un caos.

Entonces, empecé con metas, súper concretas. Nada de “ser más productivo”. “Terminar el informe X para el 20 de marzo” Eso sí funcionó. También me compré una agenda (12 euros en Casa del Libro), y anoté TODO.

Las distracciones digitales… ¡uff! Desactivé las notificaciones, cerré pestañas innecesarias. Un cambio radical. Mi espacio de trabajo también. Antes era un desastre. Ahora, limpio y ordenado.

Mi mejor momento es por la mañana. Aprovecho esa energía para lo que más me cuesta. De verdad que funciona. Es como descubrir un superpoder. Productividad: un viaje personal. No es magia, es método.

¿Qué hacer para aumentar mi productividad?

Aquí, a estas horas, todo pesa más. Incluso la productividad.

  • Simplificar… la vida, creo que empieza por ahí. No solo el trabajo. Menos ruido, menos cosas que me distraigan.

  • El tiempo… un río. A veces lo controlo, a veces me arrastra. Probar métodos, sí, pero sabiendo que no hay magia. Este año, el calendario me está sirviendo.

  • Rutina… la cárcel. Intentar escapar, aunque sea un poco. Automatizar lo que se pueda. Pero no olvidar respirar.

  • Picos de energía… fugaces. Conectarme a ellos. Cuando el cuerpo dice “ahora”, obedecer. Este año, me he dado cuenta de que es por la mañana.

  • Multitarea… la gran mentira. Concentración, aunque duela. Una cosa a la vez, como si fuera la última.

  • Priorizar… el caos. Lo urgente contra lo importante. Saber qué batallas librar y cuáles dejar pasar. Este año, estoy aprendiendo a decir no.

Información personal:

Este año he estado intentando dedicar más tiempo a la escritura por la noche. He descubierto que la luz azul me afecta mucho, así que uso un filtro en el ordenador y en el móvil. También he empezado a meditar diez minutos antes de dormir. No sé si funciona, pero al menos me obliga a parar y respirar. Me hace sentir un poco menos solo.

¿Cómo se logra una mayor productividad?

Productividad: un juego de supervivencia.

Innovación. Es la clave, o al menos, eso dicen. Mi experiencia personal, con mi startup de apps en 2024, confirma algo. Inversión. Riesgo calculado. No hay atajos. Las empresas que se estancan, mueren. Simple. Brutal. Verdad.

La eficiencia, eso sí, es otra historia. Automatización. Procesos optimizados. En mi caso, la automatización del marketing vía IA este año nos ha ahorrado tiempo. Pero no lo es todo. La innovación es el motor, la eficiencia, el combustible.

  • Recursos humanos: Gente motivada, sí, pero con objetivos claros. Esencial.
  • Tecnología: Herramientas adecuadas. No más.
  • Estrategia: No hay productividad sin visión. Un mapa, para no perderse.

No hay magia. Solo trabajo. A veces, implacable. Es así. 2024 es un año competitivo.

La falta de innovación es una sentencia de muerte. Así de claro.

El modelo de negocio, su adaptación al mercado. Es crucial. La competencia es feroz. Un detalle que se pasa por alto… Puede ser fatal. El fracaso? Es una posibilidad, lo aprendí este año.

He visto a empresas, grandes empresas, caer por no adaptarse. Les faltaba visión. O valentía. Quizás las dos cosas.

La productividad se mide en resultados, no en horas. Simple. Profundo. Innegable.

Recuerda: mi experiencia es con mi proyecto de apps, este 2024. Las cosas cambian. Siempre.

¿Cómo mejorar la falta de productividad?

Medianoche. Otra vez. La pantalla ilumina la habitación, una luz fría que no calienta. Productividad… una palabra que me pesa. Me aplasta.

Simplificar. Sí, claro. Como si fuera tan fácil. Mi escritorio es un reflejo de mi mente. Un caos. Papeles, libretas, el vaso de agua de… ¿ayer? Tengo que tirar las flores secas. Me recuerdan a… mejor no pensar.

Gestión del tiempo. He probado tantas apps… calendarios, recordatorios, alarmas. Un constante pitido que me martillea la cabeza. Silencio, eso necesito. Silencio. Y dejar de postergar. Ese curso online de diseño gráfico que empecé en marzo… ahí sigue, mirándome con reproche.

Rutina. Ironía. Mi vida es una rutina asfixiante. Casa, trabajo, casa. A veces voy al parque, a ver jugar a los niños. Me recuerda cuando mi hija era pequeña. Tenía tanta energía… Yo también la tenía.

Momentos de productividad. Los míos son de madrugada. Cuando el mundo duerme. Cuando los fantasmas del pasado me dan una tregua. Escribo. Dibujo. A veces, solo miro el techo, pensando en… nada. En todo.

Multitarea. Una trampa. Creo que puedo con todo, y al final no termino nada. Hoy empecé tres proyectos y solo avancé un poco en uno. Y ni siquiera estoy segura de si lo hice bien. Mañana lo revisaré… otra vez.

Priorizar. ¿Qué es importante? ¿Pagar las facturas? ¿Terminar ese informe interminable? ¿Llamar a mi madre? Siempre lo dejo para mañana. Mañana… un día que nunca llega.

Notificaciones. Un bombardeo constante. Mensajes, correos, noticias… ruido. Ruido que me aturde. Las apagué todas hace una semana. Excepto las de mi hija. Ella está en Londres. Le prometí que la llamaría hoy. Lo olvidé.

  • Simplificar el espacio de trabajo. Tirar todo lo innecesario. Plantas. Necesito plantas.
  • Elegir una sola herramienta de gestión del tiempo. Y usarla de verdad. No más experimentos.
  • Automatizar tareas repetitivas. Configurar pagos automáticos. Crear plantillas para los informes.
  • Identificar mis momentos de mayor productividad. Y respetarlos. No más interrupciones. Ni siquiera mías.
  • Concentrarme en una sola tarea. Terminarla. Y luego, la siguiente.
  • Establecer prioridades claras. Una lista corta. Realista. Alcanzable.
  • Silenciar todas las notificaciones. Desconectar. Respirar.
  • Llamar a mi hija. Ahora mismo.

¿Qué factores ayudan a mejorar la productividad?

Oye, ¿qué factores ayudan a mejorar la productividad, decías? ¡Pues mira! Es un tema que me trae de cabeza, eh. Porque yo, con mi trabajo freelance, ¡estoy siempre buscando la fórmula mágica!

Organización, eso es clave. Un desastre, un caos total. Sin organización, no hay productividad. Lo digo por experiencia propia, eh, que lo he vivido. Llevo tres meses con mi nuevo sistema de archivado digital y es la caña. Me facilita mucho la vida. ¡Antes era un horror! Un verdadero caos total.

Herramientas y tecnología, obvio. Si usas un martillo para atornillar… ¡mal vamos! Necesitas las herramientas adecuadas, ¡y eso incluye el software! Este año estoy usando un gestor de proyectos nuevo, ¡y es una pasada! No sé cómo he vivido sin él. También hay que tener un buen equipo, claro, un ordenador potente y una buena conexión a internet. Es que si no… ¡ni te cuento!

¿Salario emocional? Sí, sí, eso también cuenta, ¡y mucho! Un buen ambiente de trabajo, sentirse valorado… Eso hace que te muevas con más ganas. Aunque a mí, con mi trabajo en casa, me cuesta más, porque estoy un poco sola. Este año me he apuntado a un par de grupos de networking, y bueno, ayuda a conectar y a tener más feedback.

Buena gestión del trabajo, claro. Priorizar, delegar si se puede (eso lo estoy aprendiendo ahora mismo). Y organización, ¡ya te lo dije!. Eso sí que es esencial. Aprender a decir “no” también es parte de la buena gestión. ¡Esa es la clave!

Movilidad interna del talento, ¿en qué empresa trabajas tú? Porque esto no es algo que yo pueda aplicar en mi caso, ¡trabajo sola!

“Bridge Building”, ¿qué es eso? ¡Ni idea!

Clima laboral positivo, ¡ya lo dije antes! Es importante sentirse a gusto, rodeado de gente maja y con buen rollo. Ya te contaré como me va con eso de los grupos de networking.

  • Organización (sistemas de archivos, agendas, etc)
  • Tecnología (software, hardware, internet)
  • Ambiente de trabajo (motivación, valoración, etc.)
  • Gestión del tiempo (priorización, delegación)
  • Networking (para freelance o similar)

¡Ya ves! ¡Un montón de cosas! Espero que te sirva. A mí me ayuda pensar en todo esto. Y, ya sabes, cada persona es un mundo. Lo que funciona para mí, puede que para ti sea un desastre.

¿Qué puedo hacer para ser más productivo?

¡Uf! Productividad, ¿eh? Me suena a chino a veces. Este año, en mi curro en la oficina de calle Mayor, 32, Madrid, fue un caos. Julio fue infernal. Sentía que me ahogaba. El aire acondicionado estaba roto, hacía un calor de mil demonios, sudaba como un pollo. Priorizar era imposible. Había tantos emails… ¡insoportable!

Reducir notificaciones fue lo primero que intenté. Silencié el móvil, pero igual, era un bombardeo constante. ¡Ay, Dios! Necesitaba un sistema, algo que me ayudara. Probando, probando…

Lo que sí me ayudó fue aprovechar mis momentos de productividad. Descubrí que a las 9 am, después del café, estaba en mi mejor momento. Las tareas más complejas, a esa hora. Luego, a las 11 o 12, ya estaba como un flan, perfecto para las tareas más sencillas, lo rutinario. Y lo mejor… ¡descubrir que odiaba hacer varias cosas a la vez! Concéntrate en una cosa solo, ¡eso sí ayuda!

  • Eliminar emails innecesarios ( ¡qué alivio!).
  • Usar un temporizador para tareas (25 minutos de trabajo, 5 de descanso…Pomodoro, ¿lo conoces?)
  • Hacer una lista de tareas, escribirlas todas, no dejar ninguna en el aire. ¡Eso sí que me relaja!

Pero a veces, ni con esas… ¡el jefe! Más reuniones, más informes… ¡ay, qué rollo! Simplificar el trabajo rutinario es esencial, pero es difícil cuando te echan más trabajo encima cada semana. Necesito encontrar un nuevo trabajo, urgentemente. Necesito más control.

Este año, nada cambió radicalmente, pero sigo intentando. La productividad es una guerra constante, una batalla diaria que jamás se termina, ja.

¿Cómo aumentar el nivel de productividad?

¡Dios mío, la productividad! Necesito más café. ¿Cómo aumentar esa cosa? Capacitar a la gente, sí, eso es clave. Mi equipo necesita un curso de… ¿Photoshop? No, espera, algo más útil… ¡Gestión del tiempo! Eso sí que lo necesitamos.

Invertir en tecnología, ¡claro! Pero ¿qué? Nueva impresora, ¿o software de gestión de proyectos? Estoy hasta las narices de las hojas de cálculo. Necesitamos algo moderno. Ya me imagino el lío… ¡Otro gasto!

¿Técnicas innovadoras? ¿Qué innovador? ¿Metodología ágil? Leí algo sobre eso, pero me mareó. Mejor dejarlo. Quizás soy demasiado vieja escuela. O quizás soy demasiado… perezosa. Tengo que hacer algo al respecto, joder. Esto no funciona así.

Optimizar la comunicación… ¡WhatsApp grupos a tope! Necesito una herramienta mejor, pero ¿cuál? Slack? Teams? ¿Es lo mismo? ¡Ay, qué lío! Ya estoy harta. Necesito un respiro. Luego lo pienso.

Trabajo en equipo, ¿o más bien, trabajo en contra del equipo? Algunos son un desastre. ¿Cómo lo soluciono? No lo sé. La verdad es que necesito un nuevo compañero, pero la empresa no está para más gastos. Más café, por favor.

Menos reuniones, ¡amén! La mitad son inútiles. Perdón, pero me estoy desahogando. Esto es un caos. Llevo 2 semanas sin dormir bien.

Flexibilidad, me encantaría tenerla, pero mi jefe… ay, mejor no hablo de mi jefe. Ni siquiera puedo ir a comprar el pan a mediodía.

Digitalizar procesos, ¡lo necesitamos urgentemente! Aunque luego hay que aprender a usar las nuevas herramientas. El otro día estuve 3 horas intentando entender el nuevo software de facturación. ¡Tres horas! ¿Vale la pena?

  • Capacitación en gestión del tiempo (¡para todos!)
  • Software nuevo (¿Asana? ¿Trello?)
  • Menos reuniones (mucho menos)
  • Digitalización (¡ya!)
  • Nueva impresora (es urgente)

Necesito vacaciones. Urgentemente. Y un aumento de sueldo. También urgente. Y un nuevo compañero. No, espera, dos. ¿Tres? Mejor dejo de pensar.

¿Cómo elevar el nivel de producción?

Aquí, la cruda verdad para exprimir hasta la última gota de tu empresa:

  • Empodera o deshazte. Formación implacable, o la puerta. No hay medias tintas. Mi mentor decía: “Invierte o muere”.
  • Tecnología, no juguete. Herramientas que multipliquen, no que distraigan. Lo barato sale caro.
  • Innovación constante. Estancarse es retroceder. El mercado no espera a nadie.
  • Comunicación brutalmente honesta. Sin rodeos, sin egos. La verdad duele, pero cura.
  • Equipo, no rebaño. Individuos excepcionales, alineados. Sin ovejas negras.
  • Reuniones, lo mínimo indispensable. Cada minuto cuenta. Tiempo es dinero, ¿recuerdas?
  • Flexibilidad controlada. Libertad con responsabilidad. Sin caos.
  • Digitalización implacable. Papel cero. Si no está en la nube, no existe.

Información adicional:

Implementa un sistema de bonificaciones agresivo por objetivos. El dinero siempre motiva. Analiza datos, no intuiciones. Las cifras no mienten, los instintos sí. Elimina procesos redundantes. La eficiencia es la clave. Mi propia experiencia: Automatización radical en 2024 redujo costes un 30%. Sin piedad.

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