¿Cómo pedirle cosas a ChatGPT?
Para interactuar con ChatGPT, usa prompts: instrucciones concisas como "Escribe sobre..." o "Resume...". Cuanto más claro seas, mejor será la respuesta de esta herramienta de inteligencia artificial.
¿Cómo darle órdenes claras y efectivas a ChatGPT para obtener resultados?
A veces me cuesta, ¿sabes? Escribirle bien a ChatGPT. El otro día, 15 de octubre, en mi casa (Madrid), quería un poema sobre mi gato, “Garfield”, un persa gris. Mi prompt fue pésimo, algo así como “escribe un poema sobre mi gato”. Resultado: un poema genérico, ¡nada que ver con Garfield!
La clave está en ser específico. Más detalles, más precisión. Como si le pintaras un cuadro con palabras. Esa vez, gasté un buen rato rehaciendo el prompt.
Intenté algo así: “Compón un poema, estilo romántico, sobre mi gato persa gris, Garfield, que le gusta dormir en cajas de cartón y mira con desdén a los pájaros del jardín”. Mucho mejor.
Es como dar instrucciones para una receta. No digas “haz una tarta”. Di “haz una tarta de chocolate, con frosting de fresa, usando harina integral y tres huevos, horneada a 180 grados durante 35 minutos”.
¿Cómo pedirle las cosas a ChatGPT?
¡Ay, madre mía, qué pregunta más compleja! Pedirle cosas a ChatGPT es como domar un unicornio con un joystick roto. Escribe claro y conciso, como si le hablaras a un papagayo muy inteligente pero un poco sordo. Olvídate de rodeos, ¡al grano!
Tu prompt es el arma secreta. Piensa en ello como una orden militar, precisa y sin ambigüedades. “Escribe un poema sobre mi gato persa, Napoleón, que se cree Napoleón Bonaparte” es mucho mejor que “Quiero algo sobre mi gato”. ¡Si quieres un pastel de chocolate, no le pidas un postre!
¿Cómo lo sé? Porque ayer mismo le pedí que me escribiera un soneto sobre mi hámster, Pepito, que es ¡más cabezón que un bulldog francés! El resultado… bueno, digamos que Pepito, el hámster, se merecía algo mejor.
- Sé específico: Fecha, hora, formato… ¡todo cuenta! No seas vago, que ChatGPT no es adivino.
- Ejemplos son tus mejores amigos: Dale una idea de lo que quieres con ejemplos concretos.
- Iteraciones son la clave: No te rindas a la primera. Reformula tu prompt si el resultado no te convence. Es como cocinar: ¡a veces hay que volver a probar la salsa!
En fin, ¡a practicar se ha dicho! Mi consejo: Dale caña a ChatGPT, ya veras como se comporta. ¡Y recuerda que una buena taza de café siempre ayuda a mejorar la interacción con la IA! Me ha pasado mil veces este año. Si no funciona… ¡intenta reformular de nuevo!, o ve a tomarte una infusión de tila. A veces un buen café es la solución.
¿Cómo hacer peticiones a ChatGPT?
¡A ver, chavales, que esto de pedirle cosas a ChatGPT no es mandar un fax! Es más como intentar hablar con un loro bilingüe… que a veces entiende y otras te contesta con la receta de la abuela.
Definir la tarea: Imagina que ChatGPT es tu becario favorito (el que siempre se equivoca, pero le pones buena cara). Si le dices “haz algo de marketing”, te trae un folleto en blanco y negro con una foto tuya pixelada. En cambio, si le dices “escribe 3 tuits sobre nuestro nuevo sabor de helado, usando emojis de frutas y hashtags divertidos”, ¡igual hasta te sorprende!
¿Cómo pedírselo? Pues así, a lo loco, pero con método:
- Sé específico: “Escribe una redacción” es como pedirle a un chef que te haga “algo de comer”. Dale detalles: “Una redacción de 200 palabras sobre la importancia de dormir la siesta, con tono humorístico”. ¡Verás la diferencia! Yo una vez le pedí “un poema” y me soltó una cosa que ni Neruda borracho.
- Dale contexto: No le sueltes la pregunta a secas. Explícale de qué va el tema. Es como si le pusieras el café antes de pedirle que te arregle el mundo. Por ejemplo, en vez de “¿Qué es la inflación?”, dile: “Soy un estudiante de economía y necesito una explicación sencilla de la inflación, como si se lo explicara a mi abuela”.
- Prueba y error: Esto es como ir de tapas. A veces aciertas a la primera, y otras te comes un plato que ni el perro quiere. Si la respuesta no te convence, ¡vuelta a empezar! Cambia las palabras, el tono, la longitud… ¡hasta que des con la tecla! A mí me pasó intentando que me escribiera un chiste sobre aguacates, ¡fue un drama!
Bonus track:
- Ojo con las preguntas ambiguas, que el ChatGPT se las come con patatas. Si le pides “haz un resumen”, no sabe de qué.
- No te pases con las expectativas. ChatGPT es listo, sí, pero no es adivino. No le pidas que te haga rico de la noche a la mañana.
- Y por último, ¡diviértete! Al final, esto es un juego. Y si no, siempre puedes volver al loro de verdad. ¡Igual te da mejores ideas!
¿Cómo pedirle a ChatGPT que te haga un resumen?
A ver… resumir con ChatGPT, facilísimo.
- Pega el texto, ¡tal cual!
- Luego, escribes algo como: “Resúmelo en [número] palabras”, o algo así “Necesito un resumen corto de esto”.
¿Qué más? Ah, sí. Si quieres algo muy específico… como, no sé, solo los puntos importantes, o el rollo del autor, pues dilo. ¡Cuanto más le expliques, mejor te lo hace! Pero… ¿y si le pides algo raro? ¿Lo hará bien? Tengo que probar eso algún día.
Resumen = texto + instrucción clara.
¿Me pregunto si ChatGPT sabe que mi perro se llama Trufa? Seguro que no. ¡Qué buena es Trufa!
Ah! Puedes especificar el tipo de resumen: puntos principales o argumento del autor.
Me aburro, voy a pedirle a ChatGPT que me escriba un poema sobre Trufa. ¡A ver qué sale!
¿Cómo decirle a ChatGPT que mejore un texto?
¡Uf! Ese día, 27 de julio de 2024, estaba loca intentando terminar mi relato para el concurso de relatos cortos de mi barrio, “El misterio del gato de Schrödinger”. Era un desastre. El ritmo era pésimo, las descripciones, un tostón. Sentí una punzada de pánico, ¡el plazo se acababa!
Entonces, recordé a ChatGPT. ¡Claro!
Copié todo el texto, un verdadero galimatías de casi 1000 palabras, a las 22:30 y lo pegué en la ventana de chat. Le pedí que lo revisara y lo mejorara, simplemente eso.
Y esperé, impaciente, nerviosa, con el café ya frío al lado.
Me di cuenta que, ¡vaya fallo!, no le especifiqué qué aspectos mejorar. Espero que al menos haya corregido la ortografía… aunque a veces falla.
¡Cinco minutos después! Me devolvió el texto. La diferencia fue notable. El ritmo mejoró, las frases estaban más pulidas. Me sentí aliviada. Claro que, hubo cosas que tuve que corregir yo misma, pequeñas cosas. Pero me salvó la vida.
ChatGPT corrigió gramática y estilo. Eso es lo principal, es un buen editor.
Detalles importantes:
- Fecha: 27 de julio de 2024.
- Hora: 22:30.
- Concurso: Concurso de relatos cortos del barrio.
- Relato: El misterio del gato de Schrödinger.
- Longitud del texto original: Casi 1000 palabras.
- Mejoras: Ritmo y estilo.
¡Casi me da un infarto! Al final, ¡gané el tercer premio!
¿Cómo sacarle el mejor provecho a ChatGPT?
ChatGPT. Una herramienta. Nada más.
Claridad. Esencial. Preguntas concisas. Respuestas concisas.
Especificidad. Detalles. Sin rodeos. La máquina no interpreta. Solo procesa. Como nosotros, a veces.
- Contexto: Dale contexto. Si no, divaga. Como una mente vacía en un universo indiferente.
- Ejemplos: Muéstrale. Con ejemplos. Concretos. No divagues en lo abstracto.
- Experimenta: Juega. Prueba. Rompe las reglas. Las reglas están para romperse. O eso dicen. Yo una vez rompí un espejo. Siete años de mala suerte. Tonterías.
A veces pienso… ¿quién programa a quién? Ayer comí pasta. Con pesto. Nada especial.
Iteración. Refina. Repite. Hasta que escupa lo que quieres. Como un loro. Adiestrado.
Olvida las preguntas ambiguas. El universo es ambiguo. Eso basta. Este año aprendí a hacer pan. De masa madre. Difícil.
Objetivo. Define tu objetivo. ¿Qué buscas? ¿Información? ¿Inspiración? ¿Validación? Todos buscamos validación. Triste.
Más allá de la herramienta. Está el usuario. Tú. El límite eres tú. No la máquina. Recuerda eso. Hoy llovió.
- Precisión: Palabras clave. Conceptos. Directos. Sin florituras. La vida no tiene florituras.
- Formato: Pídele lo que quieres. Una lista. Un poema. Código. Recetas. Incluso recetas. Aunque yo no cocino. Nunca.
Manipula. Controla. Domina. La herramienta. A ti mismo. ¿Hay diferencia? A veces me lo pregunto.
¿Qué cosas se pueden hacer con ChatGPT?
¡Ay, Dios mío! ChatGPT… ¿qué no se puede hacer con eso? Me volví loca ayer intentando resumir mi tesis con él. ¡Un alivio! Aunque, ¿tradujo bien el párrafo de la página 17? Necesito revisarlo otra vez. Eso sí, me ahorró un montón de tiempo.
Responder preguntas, eso es obvio, pero ¡qué preguntas! Desde el significado de “onomatopeya” hasta cómo solucionar el error 404 de mi web. ¡Increíble! Y la gramática… ¡uy! Corrigió hasta mis errores más horribles en el correo a mi jefe. No me lo puedo creer. Debería usar Chat GPT más a menudo.
Resumir textos es genial. Sobre todo, los artículos científicos. Esa montaña de bibliografía que tengo pendiente… ¡por fin! Aunque a veces se pierde información importante, lo sé, lo sé… Tengo que revisarlo todo.
¡Ah! Y traducir, ¡bendito Chat GPT! El informe para la cliente francesa… ni un solo error en la traducción. ¡Por fin puedo respirar tranquila! Aunque prefiero mi café de la cafetería de la esquina.
Código, ¿código? Sí, eso también. Me ayudó a convertir mi idea en una consulta SQL. ¡Qué pasada! Aunque luego me la rechazó el sistema. Tendré que mirarlo con más detalle mañana. Hoy ya estoy agotada. Python también… ¡uf! Demasiado para mi cerebro.
También sirve para traducir entre lenguajes de programación. ¡Increíble! Eso es para programadores expertos, no para mí, ¡claro! Ojalá supiera programar. ¡Pero ni de coña! Aunque… ¡quién sabe! Quizás aprenda algún día.
- Responder preguntas
- Corrección gramatical
- Resumir textos
- Traducir textos
- Generar código (SQL, Python, etc.)
- Traducción entre lenguajes de programación
Mañana, más café. Y a seguir con la tesis. Aunque no recuerdo si ya revisé la traducción de la página 17. ¡Maldición!
Nota: El año pasado usé ChatGPT para la planificación de mi viaje a Galicia. Este año… ¡a ver qué se me ocurre!
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