¿Cómo podemos ayudar a las personas sin empleo?

¿Cómo podemos ayudar a la gente que está pasando por esto? Me duele, de verdad, ver a tantos amigos, conocidos, incluso gente que cruzo por la calle, con esa mirada… esa mirada perdida, esa incertidumbre que te cala hasta los huesos. Más allá de los programas gubernamentales, ¿de qué sirve una feria de empleo si no tienes ni para el pasaje? Sí, los apoyos administrativos son importantes, claro que sí, pero… ¿es suficiente?

Recuerdo a mi primo, Miguel. Un tipo brillante, con dos másteres, y durante casi dos años sin encontrar nada. Dos años viendo cómo se le caía el mundo encima. Dos años de angustia, de auto-desprecio, ¿sabes? Eso me marcó, me hizo ver que el problema no es solo la falta de trabajo, sino la falta de… ¿cómo se dice?… de humanidad.

Necesitamos, de verdad, algo más que cursos genéricos de “gestión del tiempo”. Necesitamos fomentar la formación en oficios reales, en lo que las empresas de verdad necesitan. He visto con mis propios ojos el anuncio de una empresa de construcción que necesitaba albañiles y, al mismo tiempo, otro de un instituto de formación ofreciendo cursos de… ¡marketing digital! ¿En serio? Es como si vivieran en mundos distintos. ¡Alguien tiene que conectarlos!

Y, sobre todo, ¡la empatía! Es que, muchas veces, las empresas ven solo un puesto que cubrir, una ficha más en la plantilla, y se olvidan de la persona. Mi vecina, Ana, una mujer de 50 años con una experiencia enorme en atención al cliente, la rechazaron en una entrevista porque “no era la imagen que buscaban”. ¡No era la imagen! ¡Cincuenta años de experiencia por la borda! Eso no es justo. Necesitan mentorías, programas de acompañamiento, ¡algo que les dé una oportunidad real de crecer, no solo de sobrevivir un mes más! Se necesita una inversión real en la persona, no solo un contrato temporal. Se necesitan más que cursillos; se necesita un cambio de mentalidad, un cambio de corazón. Hay un estudio que decía que… espera, creo que fue un 70%… sí, un 70% de las empresas dicen que les cuesta encontrar personal cualificado. ¿Y entonces qué pasa? ¿Dónde está la falla? No lo entiendo. ¿Dónde está la conexión entre la oferta y la demanda? Algo falla gravemente. Y necesitamos arreglarlo, ¡ya!