¿Cómo puedo hacer un indicador de pH casero?

Vale, vamos a darle un toque personal a esto de hacer un indicador de pH casero con zanahoria. Me encanta la idea de usar algo tan cotidiano como una zanahoria para la ciencia, ¿no te parece genial? A veces pensamos que la química es cosa de laboratorios con bata blanca, ¡pero está en todas partes!

Entonces, la pregunta es: ¿Cómo podemos hacernos nuestro propio medidor de pH con zanahoria? Aquí te va mi versión, un poco más… yo:

Indicador de pH casero: La zanahoria al rescate (y a la licuadora!)

A ver, a quién se le ocurrió esto por primera vez, ¡es un genio! ¿Quién iba a pensar que una simple zanahoria podría revelar el secreto de la acidez o la alcalinidad de una sustancia? Yo no, seguro. Pero bueno, ¡a probar!

Aquí te va el paso a paso, pero como si te lo estuviera contando en la cocina mientras preparamos el almuerzo:

1. ¡A la licuadora con la zanahoria!: Cortamos la zanahoria en trozos. No hace falta que sean perfectos, eh. Yo suelo usar las zanahorias que ya están empezando a ponerse un poco blanduchas, así no las desperdicio. Le echamos un poquito de agua, solo lo justo para que la licuadora pueda hacer su magia y conseguir una mezcla suavecita y homogénea. Piensa en un puré, pero más líquido. ¿Te imaginas el olor? A mí me encanta, ¡huele a campo!

2. El gran filtrado: Ahora viene la parte “científica”, aunque no te asustes, ¡es súper fácil! Cogemos un filtro de café (de esos de papel) o, si no tienes, una gasa sirve también. Lo importante es separar la pulpa del líquido. Yo, una vez usé un colador fino porque no tenía otra cosa, y funcionó, pero tardé un poco más. Se trata de ir echando la mezcla poco a poco y dejar que el líquido vaya cayendo. La paciencia es una virtud, sobre todo en la ciencia (y en la cocina, ¡y en la vida!).

3. ¡Voilà! Tu indicador casero: Este líquido que hemos conseguido es nuestro indicador de pH. ¡Fácil, eh! Ya está listo para que lo pongamos a prueba. ¿Y ahora qué? Bueno, la magia viene cuando lo mezclamos con diferentes sustancias y vemos cómo cambia de color. ¡Es como un experimento de alquimia en miniatura! ¿Qué te parece?

Personalmente, he usado este indicador para ver si el agua de lluvia que recogí era ácida (debido a la contaminación). ¡Y sí, lo era! No te voy a mentir, al principio estaba un poco escéptica de que esto funcionara de verdad, pero ¡me sorprendió!

La verdad es que me parece una forma muy chula de acercar la ciencia a los niños, y también a los adultos, ¿por qué no? Además, es una alternativa natural a los indicadores de pH químicos, que a veces pueden ser difíciles de conseguir.

Así que ya sabes, la próxima vez que veas una zanahoria, piensa en todo el potencial que tiene escondido. ¿Quién sabe qué otros secretos nos guardan las verduras? ¡A experimentar!

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