¿Cómo se llaman las grietas de la Luna?

¿Cómo se llaman los agujeros de la Luna?

Los cráteres lunares, no “agujeros”: La nomenclatura lunar se centra en los cráteres de impacto, no en cavidades arbitrarias. Estos, abundantes y característicos del paisaje lunar, reciben nombres propios. ¡A diferencia de lo que se pueda pensar, no hay un “catálogo de agujeros”!

¿Nombres de quién? Predominan los nombres de figuras relevantes en la ciencia, filosofía y exploración; un reflejo de la admiración humana por el conocimiento y la aventura. Mi abuelo, aficionado a la astronomía, solía señalar Tycho y Clavius en su telescopio. ¡Recuerdo su entusiasmo! Es una cuestión de homenaje.

¿Y las estructuras subterráneas? Aquí, la asignación de nombres aún no ocurre. La exploración de nuestro satélite está en constante desarrollo. Puede que el 2024 traiga nuevas revelaciones y, con ellas, una nueva nomenclatura. Quizás hasta mi sobrina, apasionada por la astrofísica, proponga algún nombre en el futuro. Sería genial.

• Cráteres prominentes: Tycho, Copérnico, Kepler… nombres que evocan la historia del pensamiento humano.

• Nomenclatura en evolución: El avance tecnológico genera nuevos datos y, potencialmente, la necesidad de nombrar nuevas estructuras lunares.

• La reflexión filosófica: La denominación de estas formaciones lunares refleja nuestra necesidad de categorizar, nombrar y apropiarnos del universo, aunque sea simbólicamente. Un acto de imposición, o quizás de comunión. ¿O ambas cosas a la vez?

• Dato curioso: En el 2024, diversas misiones espaciales están ampliando nuestro conocimiento de la superficie y el subsuelo lunares. Esto podría conllevar la creación de un nuevo sistema de nomenclatura para las estructuras internas descubiertas, incluyendo posibles cavernas o túneles de lava.

¿Qué son las grietas en la luna?

¡Ay, las grietas lunares! Parecen arrugas cósmicas, ¿verdad? Como esas que te salen después de una noche de risas y copas… ¡pero a escala planetaria!

Son fracturas arqueadas, elegantes curvas en la piel lunar, esas zonas oscuras que llamamos “mares”. Piensa en ellas como cicatrices de un gigante que se enfrió demasiado rápido. ¡Un gigante que, por cierto, bebe lava a litros!

Se formaron, según los sabios, por el estrés térmico. La lava, al enfriarse, se contrajo, creando estas grietas tan peculiares. ¡Como cuando te encoges de hombros después de una larga jornada laboral!

• Causa: Enfriamiento y contracción de la lava.
• Ubicación: Bordes de los “mares” lunares (esas llanuras de basalto).
• Apariencia: Arcos suaves, elegantes y… ¡misteriosos!

A mi primo Luis, que es un poco friki de la astronomía, le encantan. Dice que son las arrugas de la luna, que está vieja y sabia, después de tanto tiempo dando vueltas por ahí. Él también añade que las grietas son como huellas dactilares cósmicas, únicas e irrepetibles. ¡Algo así como su colección de cromos de fútbol, pero a lo grande! Bueno, él ve esas cosas… a veces se le va la cabeza.

En resumen: Grietas curvas formadas por el enfriamiento de la lava lunar. Punto. ¡Fin de la historia! O casi.

Un dato curioso: La semana pasada estuve revisando fotos de la Luna a través del telescopio de mi abuelo (tiene uno increíble, ¡con una antigüedad similar a mi propia edad, 37 años!) y pude observar algunas de estas grietas con una nitidez impresionante. Fue… ¡un viaje!

Ah, casi lo olvido: En 2024, se publicaron nuevos estudios que sugieren una posible influencia de las mareas en la formación de algunas de las grietas más grandes. Como el tirón de las cuerdas en un títere cósmico, ¡imaginen!

¿Cómo se les conoce a los orificios que tiene la Luna?

Cráteres lunares.

A veces, alzo la vista… y allí está, ¿sabes? La Luna, llena de… cráteres. Cráteres, sí, esa palabra resuena. Como un eco en el vacío.

• Un eco lunar, diría yo.

Imagínate, Webb. El cráter Webb, allá arriba. Lo fotografió Lunar Orbiter 1. ¡Qué visión! Dentro, otros cráteres. Más pequeños. Anidados. Como muñecas rusas de piedra y polvo.

Los cráteres son huellas, ¿no?

• Huellas de impactos.
• De meteoritos.
• De asteroides.

Cicatrices de una danza cósmica brutal y hermosa. ¡Brutal y hermosa! El tiempo, allá arriba, es diferente. Un segundo es una eternidad. Un cráter… una historia.

¿Qué son las manchas que apreciamos de la Luna?

La Luna, espejo de antiguas batallas cósmicas, nos revela sus cicatrices: los mares lunares.

La Luna. Mare. Oscuridad sobre la luz. ¿Qué son esas manchas? Recuerdo, sí, recuerdo noches mirando al cielo, preguntándome lo mismo. Mares, dicen. Pero no son agua, no son olas, sino silencio petrificado. Planicies extensas, oscuras, como la noche misma condensada sobre la superficie.

¿Pero de qué están hechos? Basalto. Erupciones de un pasado lejano, un pasado ardiente, cuando la Luna aún respiraba fuego. Afloramientos basálticos, la sangre de la Luna solidificada. Y los impactos… ¡ah, los impactos! Meteoritos, furia celestial golpeando la delicada piel lunar. Causas y consecuencias entrelazadas en una danza eterna. La huella imborrable de la colisión.

• Mares lunares: Llanuras oscuras, extensiones vastas.
• Basalto: Roca volcánica, testimonio de un pasado ígneo.
• Impactos: Meteoritos, el cincel del cosmos esculpiendo la Luna.

Y pienso en mi abuela, que también miraba la Luna, buscando figuras, buscando historias. Ella veía un conejo. Yo, veo las cicatrices de la creación. Y tal vez, solo tal vez, ambas estamos viendo lo mismo.

Este año, cuando la miro, veo aún más. Veo la historia, veo el tiempo, veo la fragilidad. Y me pregunto… ¿qué verá la Luna en nosotros?

¿Cuál es el cráter más antiguo de la Luna y qué edad tiene?

Serenitatis: 4.200 millones de años. Fin.

• Impacto primigenio: Forjado en un crisol de fuego cósmico.

• Resiliencia lunar: Testigo silencioso de la danza implacable del tiempo.

• Cicatriz imborrable: Mar de la Serenidad, espejo de la creación.

Yo vi el eclipse total de 2024. Impresionante.

¿Cómo se llama el cráter más brillante de la luna?

¡Ah, Aristarco! El farolillo lunar, el cráter más deslumbrante de la Luna. No confundir con Aristóteles, que también tiene su hueco allá arriba, pero es menos “disco de discoteca”.

• Aristarco debe su nombre a Aristarco de Samos, un astrónomo griego que, para que te hagas una idea, ya en el siglo III a.C., ¡¡¡se atrevió a sugerir que la Tierra giraba alrededor del Sol!!! Una especie de Galileo Galilei avant la lettre, solo que sin la Inquisición llamando a su puerta, afortunadamente. Aunque, ¿quién sabe? Igual le castigaron a contar cráteres todas las noches.

• El nombre se lo debemos a Giovanni Riccioli, un jesuita que, curiosamente, prefería el modelo geocéntrico (la Tierra en el centro, vaya). Cosas de la vida, bautizar algo en honor a alguien con quien no estás de acuerdo. Yo una vez le puse a mi tortuga el nombre del vecino que me caía mal.

• La “oficialización” del nombre, en plan “sello de la casa”, llegó en 1935. Imagino a un señor muy serio con gafas y un sello enorme diciendo: “¡Declarado Aristarco! ¡Que conste en acta!”. Probablemente no fue así, pero me gusta imaginarlo.

¿Por qué es tan brillante Aristarco? Bueno, tiene que ver con su juventud y la composición del material que lo rodea. Es como si la Luna tuviera una joya de plata recién pulida.