¿Cuál es el papel de los hijos en el hogar?

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¡Ay, los hijos en el hogar! Más allá de dar de comer al perro (que sí, es importante), creo que su rol es aprender a ser parte de un equipo. Poner la mesa, ayudar con los platos... son pequeñas responsabilidades que les enseñan el valor del esfuerzo compartido y a contribuir en el bienestar familiar. ¡Y lo de peinarse solos es un avance! Fomenta su autonomía y autoestima. ¡Vamos, que no solo son ayudantes, sino miembros valiosos!

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¿Cuál es el papel de los hijos en el hogar? Ay, qué pregunta… ¡me trae tantos recuerdos! Recuerdo a mi pequeña, Lucía, de cinco años, intentando alcanzar el fregadero para ayudar a lavar los platos, toda seria y concentrada, salpicándome con agua y jabón. ¿Una ayuda eficiente? No exactamente, la verdad… pero… ¿el amor y la ilusión que ponía? ¡Eso sí que era eficiente! Y eso, ¿no es, al final, lo más importante?

Más allá de las tareas, ¿sabes? Creo que el rol principal de los hijos en casa es aprender a ser parte de algo más grande que ellos mismos. Un equipo, como dicen por ahí. Claro que poner la mesa, recoger sus juguetes… esas cosas son importantes, ayudan a la convivencia, a la rutina familiar. Enseña responsabilidad, ¿verdad? Les enseña a que su esfuerzo, por pequeño que parezca, suma. Incluso peinarse solos… ¡qué batalla eso a veces! Pero qué orgullo cuando lo logran, ¡qué subidón de autoestima! Verlos crecer, convertirse en pequeños seres independientes… es maravilloso. Aunque, a veces, me gustaría detener el tiempo, ¿no? Quisiera que Lucía siguiera siendo esa niña que intentaba lavar los platos con tanto entusiasmo. Que no crezca tan rápido…

Y es que, no solo son ayudantes, ¿eh? No, son mucho más que eso. Son la razón de ser, el corazón palpitante de este hogar. Recuerdo una vez que leí un estudio – no recuerdo los datos exactos, algo así como que el 70% de los niños que participan en las tareas domésticas desarrollan más autonomía… algo así. Pero no hace falta un estudio para saber que es cierto. Lo ves en ellos, en su forma de desenvolverse. ¡Son miembros valiosos de la familia, y punto! Con sus virtudes, sus defectos, sus llantos, sus risas… la esencia misma del hogar. Y eso… eso no se puede medir.