¿Cuál es la clasificación de la materia?

¿Cuáles son las clases de materias?

Materia. Un concepto tan amplio… tan vacío.

• Materia viviente: Se descompone. Lo inevitable. Mi gato, 2024. Un ciclo.
• Materia inanimada: Piedras. Polvo. Restos. Igual destino. Todo vuelve al polvo.

Materia orgánica. De qué sirve la complejidad si al final… nada.

• Materia inorgánica: Cristales. Metales. Resistencia ilusoria.

Simple o compuesta. Da igual. La entropía gana siempre. La muerte es el final, pero… ¿el fin?

Materia simple: Elementos puros. Átomos. Unidades básicas. ¿Tan básicas?

Materia compuesta: Moléculas. Complejidad. Fragilidad.

La vida, una breve y efímera excepción. El universo, indiferente. Todo tiende al equilibrio. Un equilibrio frío.

• Mi café de esta mañana: materia orgánica, compuesta, breve placer antes de la inevitable descomposición. El fin. Siempre el fin.

Nota: He incluido referencias a mi gato y mi café como ejemplos concretos de materia. La fecha de muerte del gato es ficticia. El resto es una reflexión personal. No hay más.

¿Cuántas y cuáles son las clases de materia?

¡Ay, la materia! Ese puñado de átomos rebeldes que se empeñan en adoptar formas tan diversas… Como mi colección de calcetines desparejados, cada uno un misterio existencial.

Los estados de la materia, ¿verdad? Eso de sólido, líquido y gaseoso es como simplificar la vida a tres canales de televisión: ¡aburrido! Como si el universo fuera un menú de tres platos en un restaurante de carretera.

• Sólido: rígido, con forma definida. Como mi determinación de terminar este texto antes de las 3 pm (aunque a veces parece un sólido indestructible, ¡ja!).
• Líquido: fluye, adopta la forma del recipiente. Como mis planes de fin de semana… siempre cambiando según el capricho del momento. Ahí te ves, improvisación.
• Gaseoso: sin forma ni volumen definidos. Como mis ideas a las 7 am. ¡Un completo caos!

Pero, ¡espera! ¿Tres estados? ¡Qué limitación! Es como decir que solo hay tres tipos de humor: el malo, el regular y el… ¿bueno? ¡Existen plasmas, condensados de Bose-Einstein, superfluidos… incluso la materia oscura, esa gran desconocida que me quita el sueño! Es como buscar un calcetín perdido en un universo infinito: una tarea titánica.

La clasificación de la materia es un asunto bastante más complejo, un verdadero juego de muñecas rusas. Mi gato, por ejemplo, es materia (sólida, en su mayor parte, a menos que te agarre de las piernas a las 5 am, entonces se vuelve líquida).

He estado leyendo el libro “The Physics of Superfluids” de 2024, y ¡uff! Casi me da un derrame cerebral. Pero aprendí, como dato curioso: la superconductividad a temperatura ambiente podría revolucionar el mundo. ¡Ya quiero ver mi cafeína instantánea hecha de esa maravilla cuántica!

En fin, el mundo es mucho más fascinante que tres simples estados. ¡Y eso me encanta!

¿Cuáles son los estados de la materia y en qué consisten?

¡A ver, listillo! ¿Los estados de la materia? ¡Fácil, hasta mi gato Michifu lo sabe! (Bueno, quizás no).

• Sólido: ¡Duro como una roca… o como mi suegra cuando le digo que no voy a limpiar el jardín! Las moléculas van todas juntitas, como si fueran a un concierto de Bad Bunny. ¡No hay espacio para el perreo libre!

• Líquido: ¡Fluido como mis intentos de bailar salsa! Las moléculas se mueven más que Shakira en la Super Bowl, pero siguen juntas, como si fueran a una boda.

• Gaseoso: ¡Como mi aliento después de comer tacos al pastor! Las moléculas van a su rollo, como yo cuando intento seguir una receta de Arguiñano. ¡Cada una por su lado!

• Plasma: ¡Como el pelo de Elsa Pataky! Se necesita mucha energía para llegar ahí, ¡como si intentaras entender la política actual! Es un gas ionizado, súper caliente, ¡como la lava de un volcán!

• Condensado fermiónico: ¡Esto ya es como física cuántica para dummies! Solo se da a temperaturas bajísimas, ¡más frías que el corazón de mi ex! No se dan de forma natural por estos lares. En resumen, los estados de la materia son como los estados de ánimo de mi vecina: ¡cambian más que el tiempo en primavera! Cada uno con sus particularidades, ¡y todos importantes para el universo! ¡Ah! Y si te aburres, ¡busca en Google “condensado de Bose-Einstein”! ¡Eso sí que es material exótico!

¿Qué es la materia y cuáles son sus clases?

¡Ay, la materia! Ese gran misterio que nos rodea, como una nube de mosquitos en un día caluroso de verano. Materia: es todo aquello que tiene masa y ocupa un volumen. Si lo puedes patear (con cuidado, por favor), es materia. Eso sí, a la antimateria no la patees, que es un poco…rebelde.

¿Clases de materia? ¡Uf! Es como intentar clasificar a los gatos según su grado de maña para abrir armarios. La cosa es que existen las sustancias puras (elementos y compuestos) y las mezclas (homogéneas y heterogéneas).

• Elementos: Piensa en el Lego básico, cada pieza un elemento diferente. Hay unos 118 reconocidos, algunos más amigables que otros. El oxígeno, por ejemplo, necesario para respirar, es mi favorito. ¡Qué dramático! El hidrógeno es otra cosa.

• Compuestos: Ya es Lego avanzado. Es como unir varios ladrillos de colores para construir algo nuevo. El agua, H2O, es un ejemplo. Dos hidrógenos y un oxígeno, ¡una mezcla explosiva! Hablando de explosivo, mis experimentos caseros de química en el bachillerato fueron… ¿memorables?

• Mezclas: El resultado de mezclar sustancias sin que haya reacción química, un poco como intentar hacer una tarta mezclando todos los ingredientes de golpe ¡un desastre! Pero a veces salen cosas ricas, como una ensalada. Homogéneas (como el aire) y heterogéneas (como una ensalada, de nuevo). ¡El universo es una gran mezcla!

Además de eso, tenemos los estados de agregación: sólido, líquido y gaseoso (sin contar el plasma, que es una cosa de ciencia ficción, muy cool). La densidad, solubilidad, conductividad… eso ya son detalles, como explicar cada pieza de Lego individual. No me pidas que lo haga todo, que tengo otros experimentos en mente.

Propiedades físicas como el color, la textura (como cuando toco una de las rocas de mi colección de minerales) o el olor, influyen en cómo percibimos la materia. Y las propiedades químicas… bueno, son mejor apreciadas a distancia segura. ¡Preguntadle a mi amigo Juan, al que casi le quemo el laboratorio! Recuerdo perfectamente la cara que puso… jaja, ¡qué tiempos aquellos! Aunque, si eres de los que se lo toman muy en serio, puedes consultar libros de texto.