¿Cuáles son los objetivos de la ingeniería?

¿Cuáles son los objetivos de la ingeniería? Uf, ¡qué pregunta! A ver… ¿cómo lo explico? Para mí, no se trata solo de cables, chips y algoritmos, ni de “mejorar sistemas” como si fuera una fría ecuación matemática. ¡No, no, no! Se trata de algo mucho más profundo, más humano. ¿De qué sirve una tecnología súper avanzada si nadie la usa? Me acuerdo de aquel aparato para cortar verduras que me regalaron… complicadísimo, ¡terminé usando el cuchillo de toda la vida! Y es que la ingeniería de verdad, la que me apasiona, se centra en la gente, en entender sus problemas reales, los de a pie. ¿Cuántas veces hemos visto inventos que parecen geniales pero que no solucionan nada práctico? Demasiadas, ¿verdad?

Un ingeniero, para mí, tiene que ser como un artista, un solucionador creativo, alguien que usa la tecnología como un pincel, como una herramienta para pintar un mundo mejor. Y no solo para unos pocos, ¡eh! Me indigna eso, la tecnología que solo beneficia a los que ya lo tienen todo. No, la buena ingeniería tiene que ser inclusiva, tiene que hacer la vida más fácil y mejor para todos, para mi abuela, para el panadero de la esquina, para ese chaval que está aprendiendo a leer.

Dicen por ahí –no sé dónde lo leí, creo que en un artículo– que el 80% de los nuevos productos tecnológicos fracasan. ¿Y por qué será? Pues seguramente porque no se pensaron desde la perspectiva humana, porque no se preguntaron: “¿A quién va a ayudar esto?”. Para mí, ese es el quid de la cuestión, el verdadero objetivo de la ingeniería: poner la tecnología al servicio de la humanidad. Eso es lo que le da sentido, lo que me motiva a seguir aprendiendo, a seguir buscando soluciones. Y sí, ¡a seguir soñando con un mundo mejor!