¿Cuando una sal es ácida?

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Una sal es ácida cuando el ácido de la reacción conserva al menos un hidrógeno (H) en su estructura. Esto contrasta con las sales neutras, donde el ácido cede todos sus hidrógenos.
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La acidez oculta en las sales: Cuando un protón se queda atrás

A menudo, al hablar de sales, pensamos en compuestos neutros, como el cloruro de sodio (la sal de mesa). Sin embargo, el mundo de las sales es mucho más diverso, y algunas de ellas pueden presentar un comportamiento ácido. ¿Cuándo ocurre esto? La clave reside en la reacción de neutralización que las origina.

Recordemos que una sal se forma a partir de la reacción entre un ácido y una base. En una neutralización “completa” o “total”, el ácido cede todos sus iones hidrógeno (H⁺), también llamados protones, a la base. Por ejemplo, el ácido clorhídrico (HCl) cede su único protón al hidróxido de sodio (NaOH) para formar cloruro de sodio (NaCl) y agua (H₂O). En este caso, la sal resultante es neutra.

Sin embargo, la historia cambia cuando el ácido involucrado es poliprótico, es decir, que posee más de un hidrógeno ionizable. En estos casos, la neutralización puede ser parcial. Una sal es ácida cuando el ácido de la reacción conserva al menos un hidrógeno (H) en su estructura después de reaccionar con la base. Este hidrógeno “residual” es el responsable del comportamiento ácido de la sal.

Tomemos como ejemplo el ácido sulfúrico (H₂SO₄), un ácido diprótico. Si reaccionara completamente con dos moles de hidróxido de sodio, se formaría sulfato de sodio (Na₂SO₄), una sal neutra. Pero si solo reacciona con un mol de hidróxido de sodio, se formará bisulfato de sodio (NaHSO₄). Observe la presencia de un hidrógeno en la fórmula de la sal. Este hidrógeno puede disociarse en solución acuosa, liberando iones H⁺ y confiriendo a la solución un pH ácido. El bisulfato de sodio, por lo tanto, es una sal ácida.

Otro ejemplo es el fosfato diácido de sodio (NaH₂PO₄), derivado del ácido fosfórico (H₃PO₄). En este caso, el ácido fosfórico, que es triprótico, ha cedido solo uno de sus tres hidrógenos, conservando dos en la estructura de la sal. Estos hidrógenos residuales le otorgan a la sal su carácter ácido.

En resumen, la acidez de una sal no se define por su composición elemental, sino por la naturaleza incompleta de la neutralización que la origina. La presencia de hidrógenos “sobrantes” del ácido original en la estructura de la sal es la señal inequívoca de su potencial para liberar protones y comportarse como un ácido en solución. Este concepto es fundamental para comprender la química de las soluciones y predecir el comportamiento de diferentes sales en diversos contextos.