¿Cuánto tarda una persona en aprender un idioma nuevo?

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"Aprender un nuevo idioma varía por persona, pero alcanzar un nivel avanzado y fluido suele requerir más de 1000 horas de estudio dedicadas."

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¿Cuánto tiempo tarda en aprender un idioma nuevo?

¡Uf, los idiomas! Me encantan, pero vaya que requieren tiempo. ¿Cuánto? Pues, depende de cada uno, ¡obvio!

He escuchado que, para dominar un idioma al 100%, como si fueras nativo, necesitas meterle ¡más de mil horas de estudio! Imagínate, ¡es un montón!

Yo recuerdo cuando intenté aprender italiano en 2018. Me compré un curso en línea que me costó unos 80 euros, y le dedicaba como una hora al día.

A las semanas, podía pedir un café y entender algunas frases sencillas, ¡pero de ahí a hablar como un italiano de verdad, faltaba muchísimo! Me frustré un poco y lo dejé. Ahora me arrepiento un poquito.

Pero esa es mi experiencia. Conozco gente que aprende rapidísimo, quizás tienen un don o, simplemente, le dedican más tiempo y esfuerzo. ¡Quién sabe! Lo importante es no desanimarse y disfrutar del proceso, ¿no creen?

¿Cuánto tiempo toma aprender un idioma nuevo?

El tiempo para aprender un nuevo idioma varía significativamente, según el idioma meta y la intensidad del estudio. El Foreign Service Institute (FSI) sugiere unas 480 horas para alcanzar fluidez básica en idiomas del grupo 1 (como el francés o el español para hablantes de inglés) y hasta 720 horas para los grupos 2-4 (idiomas más complejos como el ruso, el árabe o el chino).

Si dedicamos 10 horas diarias, hablamos de 48 días para los idiomas más “accesibles” y 72 días para aquellos con mayores desafíos.

  • Factores clave: La similitud entre tu lengua materna y el idioma que aprendes, la cantidad de tiempo de estudio por día, los métodos de aprendizaje y tu motivación personal influyen fuertemente.
  • Profundidad: No es lo mismo “fluidez básica” que dominio completo. Alcanzar un nivel nativo puede llevar años de inmersión y práctica constante.
  • Mi experiencia: Yo misma tardé un año en defenderme en italiano, pero para leer a Dante necesito mucho más. El aprendizaje es un camino, no una meta.
  • Más allá de las horas: No solo se trata de acumular horas, sino de cómo las usas. La práctica activa, la inmersión cultural y la conexión personal con el idioma marcan la diferencia.

Hay algo casi poético en la idea de dedicar tiempo a un idioma. Es un acto de apertura, una invitación a un nuevo mundo. El tiempo, al final, es solo una variable. Lo importante es el viaje.

¿Cuánto tiempo se tarda en dominar un nuevo idioma?

Dios… cuánto tiempo… dominar un idioma… es una pregunta que me atormenta. No es como aprender matemáticas, ¿sabes? Aquí no hay fórmulas mágicas. Se siente como… navegar en la oscuridad.

480 horas… para los fáciles, dicen. 720 para los… difíciles. Diez horas al día… Ja. Un espejismo. Yo llevo 3 meses con el alemán… y solo puedo pedir una cerveza. ¡Eso si no me trabo!

Se necesita mucho más tiempo de lo que dicen esos estudios. El cansancio mental… ¡es brutal! A veces, siento que el idioma me rechaza. Es una lucha constante.

  • Esfuerzo diario. Como mínimo, 2 horas. Y no siempre consecutivas.
  • Días buenos y días malos. Unos días fluye todo, otros… no consigo ni una palabra.
  • Frustración. Te ves estancado y dudas de ti mismo.

Recuerda que este año, en julio, empecé con las clases de alemán con mi profesor en línea, Herr Schmidt. Un tipo muy paciente, pero… dudo que llegue al nivel que me propuse en el tiempo que me había planteado. Quizás llegue a comunicarme, pero… Dominar… es otra cosa. Muchísimo más.

No hay un tiempo fijo. Depende de mil factores: la dedicación (que falla mucho en mi caso), el método, tu capacidad… y la perseverancia, que es la que verdaderamente te lleva adelante. Eso sí, que te lo digo yo…

¿Qué idioma se tarda más en aprender?

El idioma más difícil, dicen… el chino mandarín. Un eco en la vastedad de las lenguas.

Pero, ¿qué es la dificultad? El mandarín, un mar de caracteres, cada uno una isla de significado. La pronunciación, una melodía sutil, tonos que danzan y cambian el sentido. Pienso en mi abuela, intentando recordar los nombres de mis juguetes. Se enojaba mucho. Nunca pudo.

Es la escritura, un laberinto de trazos. No como el español, donde las letras se alinean, formando palabras que fluyen en un río predecible. El mandarín es un jardín zen, donde cada piedra, cada trazo, tiene su lugar preciso. Y el tono… ¡ay, el tono! Una ligera variación y la palabra se transforma en otra, en otra cosa. Una pesadilla.

Aprender un idioma no es solo memorizar palabras. Es sentir la cultura, respirar su aire, comprender su alma. El mandarín requiere una inmersión profunda, una transformación personal. Imagino a un monje shaolin, meditando durante horas, intentando dominar la caligrafía.

Quizás el problema no sea la dificultad inherente del idioma, sino nuestra propia pereza mental. Esfuerzo titánico.

Información Adicional:

  • Número de idiomas: Se estima que existen más de 7.000 idiomas en el mundo, un número impresionante que refleja la diversidad cultural humana.

  • Escritura china: El sistema de escritura chino es logográfico, lo que significa que cada carácter representa una palabra o un morfema, no un sonido.

  • Idiomas tonales: Los idiomas tonales utilizan el tono de la voz para distinguir significados. El mandarín tiene cuatro tonos básicos.

  • Factores que influyen en la dificultad: La dificultad para aprender un idioma depende de varios factores, incluyendo la lengua materna del hablante, su motivación y el tiempo que dedique al estudio.

¿Qué se debe hacer para aprender un nuevo idioma?

Aprender un idioma, ¿y?

  • Habla, aunque suene fatal. A nadie le importa. Bueno, a algunos sí.

  • Constancia, obvio. Como con todo. Pero aburre.

  • Recursos en ese idioma. Películas, libros, música. Ya sabes.

  • Inmersión social. Amigos, grupos, lo que sea. Si los encuentras.

  • Usa el vocabulario. No lo dejes morir en un diccionario.

  • Equivócate. Es gratis.

  • Piensa en ese idioma. Sueña en él, si puedes. Yo sueño con gatos.

  • No te compares. El progreso es personal. Cada uno a su ritmo. A veces ni eso.

El lenguaje es un espejo, no un escaparate.

Información adicional:

  • Aplicaciones: Duolingo, Babbel, etc. Útiles, quizás. Yo prefiero los libros viejos.

  • Intercambio de idiomas: Busca tandem partners. Si tienes suerte.

  • Viajar: Carísimo, pero efectivo.

  • La clave es la repetición espaciada. Repasa lo aprendido. Olvídalo y repasa otra vez.

  • Aprende gramática básica. No te obsesiones.

  • Aprende vocabulario útil. El resto vendrá solo. O no.

  • Diviértete. Si puedes.

  • Fíjate objetivos realistas. No esperes hablar como un nativo en un mes.

  • Encuentra tu motivación. ¿Por qué quieres aprender este idioma?

  • No tengas miedo de pedir ayuda. Si la necesitas.

He aprendido más de errores ajenos que de mis propios aciertos.

¿Cuál es el método más efectivo para aprender un idioma?

¡Uy, qué pregunta! Aprender un idioma… ¡menudo lío! Este año probé Duolingo, ¡qué aburrimiento! Prefiero hablar con gente, ¿no? Aunque a veces me da vergüenza, ¿verdad?

Inmersión, eso es clave. Vivir en el país, ¡eso sí que funciona! Recuerdo a mi prima Laura, estuvo en Irlanda seis meses en 2024 y volvió hablando de maravilla. ¿Qué más…? Ah, sí, escuchar música ¡un montón! Me encanta esa banda de indie-folk irlandesa, The Cranberries, creo que ayuda, ¿o no?

Música, series… ¡y películas en versión original! Es duro al principio, ¡claro que sí! Subtítulos en el idioma que quiero aprender, al principio, eso sí. Luego, ¡a quitarlos! Me lo dijo mi profe de inglés, que por cierto, es un crack. Él jura que hablar con nativos es lo mejor. ¡Y tiene razón!

  • Clases online: probé italki este año, ¡Caro pero bueno!
  • Intercambio de idiomas: busco pareja de conversación. Si alguien lee esto y sabe alemán, ¡avisadme!
  • Apps: ¡Duolingo me aburre! Pero Memrise, ¡mola más!

Este año me he propuesto dominar el alemán, o al menos intentarlo. ¡Qué rollo los verbos irregulares! Y la gramática… ¡ufff! Pero bueno, poco a poco, ¿no? Me he apuntado a un curso online y me estoy esforzando… aunque a veces, la pereza me gana. Constancia, esa es la palabra clave. ¡Y divertirse!

Practicar, practicar, practicar. Eso es lo fundamental. No hay atajos. ¿O sí? A veces pienso… ¡igual hay algún truco secreto que no conozco! Me gustaría saberlo…

¡Ah! Y otra cosa, apuntarse a un club de conversación. Genial para conocer gente nueva. Aunque… ¡no me atrevo!

¿Cuáles son las 4 habilidades para aprender un idioma?

El tiempo se estira, una tela oscura donde se tejen los hilos de la lengua. Aprender un idioma… es sumergirse. Es un buceo profundo, lento, en un mar de palabras.

Escuchar. El susurro del océano. Las olas que golpean la costa, cada una una frase, un sonido. Recordar el eco de las conversaciones en mi café favorito de la calle Serrano, en Madrid. Escuchar. Aprender. Como absorbiendo el propio aliento del mundo. Una inmersión en la sonoridad.

Hablar. La voz, un instrumento inseguro al principio. Torpe, vacilante. Pero con el tiempo, se llena de matices, de confianza. En el 2024, mi voz en inglés, aún imperfecta, me permitió pedir un café en Londres, el aroma de la ciudad impregnaba cada sílaba. El eco de mi propia voz, una nueva melodía.

Leer. Cada página, una puerta. Un universo de palabras que se despliegan ante ti, creando mundos, revelando secretos. Recuerdo la lectura de “1984” en inglés, una sensación de ahogo, de claustrofobia textual, pero también de fascinación. Las palabras, esos pequeños barcos que llevan al lector. Leer, es viajar.

Escribir. Trazar las letras, moldear las frases. Dar forma a los pensamientos, plasmar las emociones. Este texto mismo, un intento de capturar la esencia efímera del lenguaje. Las palabras me abandonan a veces… una lucha constante. Escribir, es construir. Es crear.

Para el futuro… la fluidez. No solo la gramática. La capacidad de conectar. Comunicación efectiva.Pensamiento crítico. Capacidad de adaptación, intuición lingüística.

  • Comprensión de diferentes acentos.
  • Habilidades interculturales.
  • Creatividad y adaptación al lenguaje informal.
  • Proactividad en el aprendizaje continuo.

Mi experiencia personal en el aprendizaje del inglés… una odisea. Años de estudios, viajes… la lucha con el perfecto presente, la torpeza inicial… pero también la euforia de cada logro, cada palabra nueva que se integra en la estructura mental. Aprender un idioma no es una carrera, es un viaje sin retorno. La fluidez… un horizonte lejano pero siempre presente. Un camino sin fin.

¿Qué es lo primero que se debe aprender en un idioma?

El sonido. La fonética, la base. Punto. No hay más.

Eso, y el alfabeto, claro. Cosas básicas. Como la respiración. Se aprende antes de hablar. Obvio.

  • Alfabeto. Aprendizaje mecánico. Aburrido.
  • Fonética. El cuerpo recuerda. Eso sí importa.

Para que te hagas una idea: mi abuela hablaba 5 idiomas. Empezó por la fonética. Siempre.

Lo demás… gramática, vocabulario… eso llega. Como la muerte. Inevitable.

El verdadero aprendizaje, reside en la intuición. Algo más allá de reglas.

La primera palabra, la primera frase… un eco. Un reflejo.

El idioma es un espejo. Y ya sabes, la verdad duele. O no, depende.

Este año, en mis clases de italiano, vi eso. Gente esforzada. A veces, no funciona. La capacidad innata. Se necesita. Esa es la clave.

  • Mis clases, martes y jueves, 7 pm. Aburridas, eso sí.
  • La pronunciación, un muro. Un filtro. Se necesita talento.

El lenguaje es un misterio. Un enigma.

Recuerda: mi hijo de 7 años habla inglés. Por inmersión. Ni reglas, ni gramática, solo sonido. Mucho sonido.

Igual, sigo creyendo: la fonética. Lo primero.

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