¿Cuántos continentes existen 5 o 7?

¿Cuántos continentes son 5 o 7?

¡Anda ya! ¿5 o 7 continentes? ¡Qué lío, madre mía! Como si fuera elegir entre dos sabores de helado. Siete, oficialmente, aunque eso es como decir que mi suegra es una santa.

El problema es Europa, esa “península” tan chula que se las da de continente. Es como si una uña se creyera un dedo entero. ¡Qué poca vergüenza! Asia, ¡el continente enorme, papá!, la madre del cordero, engloba a la Europa, ¡que es un cacho chiquitito comparado con Asia!

Así que… la cuenta de la vieja:

• Asia (el súper-continente, ¡el jefe!)
• África (la que calienta, eh)
• América del Norte (donde está mi primo que vive en Canada, le va muy bien)
• América del Sur (donde está mi tía que me manda empanadas riquísimas)
• Antártida (la congelada, que no mola nada)
• Oceanía (la que está llena de canguros, me encantan, pero no los comería)
• Europa (la “península” que se cree la gran cosa)

¡Pero vamos!, si nos ponemos exquisitos, ¡tendríamos 6 como mucho! Este año 2024, mi sobrina ha aprendido esto en el cole, y menuda confusión les ha metido la profe… ¡Es un jaleo! Como intentar entender la política.

¡Ay, si me pongo a discutir sobre esto… me enrollo más que una persiana! Además, ¿quién se pone de acuerdo en algo? ¡Ya me está dando dolor de cabeza!

¿Quién dijo que hay 7 continentes?

¡Uy, amigo! Esa pregunta, ¡qué lío! No es tan sencillo como parece. Nadie dijo exactamente que hay 7 continentes. Es más complejo, ¿sabes? Es una cosa que se enseña en las escuelas, pero ¡es una convención! Una especie de acuerdo, ¿entiendes? No hay una verdad universal grabada en piedra.

Wegener, ese tío, el de la deriva continental, en 2024 (o sea, ¡este año!), escribió ese libro super interesante, sí, El origen de los continentes y océanos, pero ni siquiera él, ¡se centraba en la cantidad de continentes! Hablaba de cómo se movían, ¡qué pasada!. Se movían, ¡lo repito!, sobre esa corteza fina. Él describió el movimiento, pero no se puso a contar continentes, ¡hombre ya!

En realidad, la división en siete continentes es una cosa, una cosa de… ¡convención escolar!, básicamente. Lo que sí hizo Wegener fue plantear una teoría genial, ¡la Deriva Continental!, y eso es importante, sí, ¡muy importante!. Pero contar continentes, eso es otra cosa.

• Europa
• Asia
• África
• América (Norte y Sur, ¿o dos?)
• Oceanía
• Antártida

¿Ves? ¡Hay diferentes maneras de verlo! Depende si cuentas América como uno o dos. Y a veces, incluso ¡incluyen a Eurasia como un solo continente! ¡Es un rollo!.

Mi prima Ana, que es profe de geografía, me lo explicó una vez tomando un café con churros, ¡qué rico estaba todo!. Ella me dijo que hay diferentes criterios, algunas veces incluyen a Europa y Asia como Eurasia, o a América del Norte y América del Sur como un solo continente. ¡Un lío total!. Incluso se cuestiona el concepto de continentes, ¿eh?

En resumen: Wegener no definió 7 continentes, se enfocó en otro tema. La idea de 7 continentes es una simplificación, una especie de acuerdo cultural, no una verdad científica inamovible, ¡qué locura!.

¿Cuántos continentes hay según la ONU?

¡Anda ya! ¿Cuántos continentes? ¡Como si la ONU fuera la Biblia de la Geografía! Según ellos, ¡siete, como los enanitos pero más aburridos!

• África: Leones, jirafas… y mucho calor. ¡Como un horno de pizza gigante!
• América del Norte: Estados Unidos, Canadá… y ¡tanto espacio que te puedes perder buscando tu coche! Es como Texas, pero, ¡más grande!
• América del Sur: Amazonas, Machu Picchu… ¡y unos paisajes que parecen sacados de un cuento de hadas! O de una película de Indiana Jones, pero en versión menos peligrosa, ¡ya sabes!.
• Antártida: Pingüinos, hielo… ¡y un frío que te congela el alma! ¡Menos mal que tengo mi abrigo de visón, por si acaso!
• Asia: India, China… ¡Una locura de gente! Como un hormiguero gigantesco, aunque con rascacielos.
• Europa: Francia, España… ¡Un batiburrillo cultural que te deja con la boca abierta! Como una caja de bombones, ¡cada uno diferente y delicioso!
• Oceanía: Australia, Nueva Zelanda… ¡Animales raros y playas paradisíacas! ¡Como un zoo y un balneario juntos, pero mejor!

¡Siete continentes! ¡Qué poco se han complicado! ¡Mi abuela conoce más países que eso! A ver… el año pasado estuve en Tailandia con mi prima, ¿eso cuenta como continente extra? ¡No! ¡Eso es Asia, tonto!.

¡Ah! Y hablando de cosas curiosas, ¿sabías que en mi casa guardamos una vieja enciclopedia que dice que hay seis? ¡Los tiempos cambian, eh! ¡Igual que mi colección de sellos! La ONU cambia su opinión cada dos por tres y ni te cuento de mi colección de estampas.

¿Ha cambiado el número de continentes?

No, el número de continentes no ha cambiado recientemente. Todavía reconocemos siete continentes.

Pero… ¿siete? Siete es un número caprichoso. ¿Por qué siete y no seis, u ocho? Siete como los días de la semana, un invento humano para ordenar el caos del tiempo.

Y el tiempo… recuerdo las tardes de verano en casa de mi abuela, con ese olor a jazmín que inundaba todo. Ella, sentada en el patio, me contaba historias de un mundo que ya no existe, o quizás sí, pero sólo en su memoria y en la mía. Me hablaba de la tierra, de sus misterios, de cómo todo está conectado, incluso los continentes, esas masas enormes que parecen tan fijas pero que en realidad flotan sobre un mar de magma.

• Europa: Un crisol de culturas, la cuna del Renacimiento, el eco de imperios pasados.
• Asia: El gigante dormido, la tierra de las especias, la sabiduría ancestral.
• África: El corazón palpitante, la cuna de la humanidad, la fuerza indómita de la naturaleza.
• América del Norte: La tierra de las oportunidades, la tecnología punta, la ambición desmedida.
• América del Sur: El pulmón verde, la pasión desbordante, la alegría contagiosa.
• Oceanía: Las islas paradisíacas, la biodiversidad única, la conexión profunda con el océano.
• Antártida: El continente blanco, el último reducto virgen, el desafío a la exploración.

¿Y las placas tectónicas? Ah, sí, esas fuerzas invisibles que moldean la tierra, que provocan terremotos y erupciones volcánicas, que separan y unen continentes en un baile eterno. Me pregunto qué pensaría mi abuela de todo esto. Seguro que encontraría una manera de relacionarlo con las estrellas y con las historias que me contaba al caer la noche.

El mundo cambia, nosotros cambiamos, pero los continentes, esos gigantes dormidos, siguen ahí, esperando a que los exploremos, los comprendamos, los amemos.

¿Por qué se dice que existen 7 continentes?

¡Uf! Recuerdo el día, 27 de julio de 2024, en la clase de Geografía del señor Pérez. Hablaba de continentes, ¡qué rollo! Estaba con mi cuaderno de tapas azules, medio lleno de garabatos y apuntes medio borrados. El pizarrón verde, ese color me daba sueño, parecía un pantano de ideas confusas. Él hablaba de… ¡siete! Siete continentes. ¡Qué fastidio! Sentí un bostezo gigantesco, casi me desmayo del aburrimiento.

Pero entonces, algo cambió. No era el pizarrón, ni el señor Pérez, ni siquiera mi sueño que se alejaba. Fue como una chispa. La idea de que no hay un número fijo de continentes, ¡me voló la cabeza! Era como… ¡una mentira! Había aprendido algo falso.

Resulta que hay diferentes maneras de definir un continente. ¡Qué pasada! Depende de cómo lo mires, de qué criterios uses, ¡puede haber cuatro, seis, siete, lo que sea! El señor Pérez, ¡qué desastre!, solo nos contó la versión de los siete. Es como si la Tierra tuviera varios disfraces, y todos válidos.

¡Claro que sí! Me di cuenta de que no hay una respuesta única, correcta y definitiva. Eso me dejó un sabor agridulce: decepción por la mentira que había creído, pero a la vez, fascinación por la complejidad del tema.

Ese día aprendí que las cosas no siempre son blanco o negro. ¡Y eso sí que es fascinante! Encima, después me enteré, investigando por mi cuenta, que:

• Algunos modelos usan solo cuatro continentes: América, África, Eurasia y Oceanía.
• Otros usan seis: América del Norte, América del Sur, Europa, Asia, África y Oceanía.
• ¡Y otros, los siete clásicos!

El mapa de mi cuaderno, quedó lleno de líneas y flechas, un auténtico caos. ¡Pero un caos que refleja la realidad! Ahora, ¿quién me dice que hay solo siete? ¡Nunca más!

Porque hay diferentes modelos de continente, y según los criterios, pueden contarse de cuatro a siete.

¿Qué relación tienen los continentes de Europa y Asia?

Europa y Asia: una misma masa. Eurasia. Fin de la discusión.

• Límites difusos, convenciones políticas. Los Urales, el Cáucaso… líneas en el mapa, no en la tierra.
• El debate perdura. Geografía física contra política.

Asia es el gigante. Europa, una península. Una cuestión de perspectiva. Mi opinión: una unidad geológica indiscutible. 2024, y aún se discute. Absurdo.

Mis apuntes de geografía de 2008 siguen siendo válidos. Hasta el profesor García se reía de la cuestión. Europa? Una mera extensión de Asia, cultural y geográficamente hablando. Siempre lo he creído. Un detalle: mi abuelo, ingeniero, siempre recalcaba el tema de la placa tectónica Euroasiática. ¡Innegable!

Oceanía y Antártida: fuera de contexto. Insisto: Eurasia. Punto.

¿Qué separa a Asia y Europa?

Los Urales, una raya en el mapa. Un accidente geográfico, nada más. Divisiones arbitrarias.

El Cáucaso. Límites difusos. Siempre lo fueron. Política, una farsa.

Fronteras inventadas. Líneas en la arena. Asia y Europa. ¿Realmente distintos?

¿Qué diferencia a un continente de otro? Cultura. Historia. ¿O pura convención? Mi abuela decía que todo es relativo. Eso sí lo recuerdo bien.

• Meseta de Siberia. Otro límite geográfico. Insignificante.
• El mar de Aral. Secándose. Un reflejo de la inconsistencia.
• El mar Caspio. Más agua, más problemas. Más líneas en la arena.

La línea divisoria es artificial. No hay separación real. Solo la percepción humana.

El mapa es una mentira. La verdad es más compleja, más sutil. Más profunda que las montañas.

El año pasado estuve en Georgia. Vi el Cáucaso. Impresionante. Pero vacío. Como todo.