¿Cuántos tipos de cohesión existen?

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La cohesión textual se manifiesta en diversas formas, asegurando la coherencia del discurso. Podemos identificar cohesión causal, que establece relaciones de causa y efecto; lógica, que organiza las ideas coherentemente; temporal, que indica la secuencia de eventos; procedimental, que guía la ejecución de procesos; de comunicaciones, centrada en la interacción; secuencial, que encadena elementos; y funcional, basada en la relación de propósito.

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Más Allá de la Simple Conexión: Explorando la Multifacética Cohesión Textual

La cohesión textual es el pegamento invisible que mantiene unido un texto, garantizando su fluidez y comprensión. Más allá de la simple conexión entre oraciones, la cohesión opera a través de diversos mecanismos que reflejan la complejidad del pensamiento y la comunicación humana. Si bien no existe una clasificación universalmente aceptada y el número de tipos puede variar según la perspectiva teórica, podemos identificar, al menos, siete categorías principales que ilustran la riqueza de este fenómeno lingüístico:

1. Cohesión Causal: Este tipo de cohesión establece relaciones de causa y efecto entre las diferentes partes del texto. Se utilizan conectores como “por lo tanto”, “en consecuencia”, “debido a”, “como resultado”, etc., para vincular una acción, evento o situación con sus consecuencias. Ejemplo: “Llovió torrencialmente (causa); por lo tanto, las calles se inundaron (efecto).” La cohesión causal es fundamental para la argumentación y la explicación.

2. Cohesión Lógica: Se centra en la organización lógica de las ideas, presentándolas de manera coherente y secuencial. Esta cohesión utiliza conectores que indican relaciones de adición (“además”, “asimismo”), oposición (“sin embargo”, “no obstante”), ejemplificación (“por ejemplo”, “como”, “así”) o conclusión (“en resumen”, “en definitiva”). La cohesión lógica es esencial para la claridad y la precisión del mensaje.

3. Cohesión Temporal: Organiza el texto según la secuencia temporal de los eventos. Se utilizan adverbios y expresiones que indican tiempo (“primero”, “después”, “mientras tanto”, “finalmente”, “anteriormente”), creando una línea narrativa o cronológica. Esta cohesión es crucial en relatos, descripciones de procesos o narraciones históricas.

4. Cohesión Procedimental: Guía al lector a través de un proceso o una serie de instrucciones. Se utiliza en textos instructivos, recetas, manuales, etc., y se caracteriza por el uso de verbos imperativos, conectores que indican secuencia (“a continuación”, “luego”, “finalmente”) y una estructura paso a paso. La cohesión procedimental se enfoca en la acción y la ejecución.

5. Cohesión de Comunicaciones: Este tipo de cohesión se centra en la interacción entre los participantes en el discurso, ya sea un diálogo, una entrevista o una conversación escrita. Se manifiesta a través de elementos como preguntas, respuestas, turnos de habla, interjecciones y marcadores conversacionales (“bueno”, “mira”, “entonces”). Refleja la dinámica comunicativa en el texto.

6. Cohesión Secuencial: Encadena elementos de manera lineal, creando una progresión coherente. No necesariamente implica relaciones causales o temporales, sino una simple conexión entre ideas o elementos. Esta cohesión se basa en la yuxtaposición y la concatenación de frases u oraciones. Es una forma básica pero fundamental de cohesión textual.

7. Cohesión Funcional: Se centra en la relación de propósito o función entre las diferentes partes del texto. Cada elemento contribuye a un objetivo general, ya sea informar, persuadir, narrar o describir. Esta cohesión es transversal a las demás, ya que todas contribuyen a la función comunicativa del texto en su conjunto.

Es importante destacar que estas categorías no son mutuamente excluyentes. Un texto bien escrito suele emplear varias de estas formas de cohesión simultáneamente, creando una red compleja que asegura la unidad y la coherencia del discurso. La comprensión de estos tipos de cohesión permite no solo analizar textos con mayor profundidad, sino también mejorar la propia escritura, creando textos más claros, persuasivos y eficaces.