¿Dónde está el sol cuando es de noche?

¿Dónde está el sol en la noche?

El sol no está en ningún sitio por la noche, ¡somos nosotros los que le damos la espalda!

Hace unos meses, en julio de 2024, estaba acampando con mis amigos en la Sierra de Gredos. La noche era súper oscura, de esas que ves la Vía Láctea como si la pudieras tocar. Estábamos sentados alrededor de la fogata, comiendo malvaviscos quemados y hablando de cosas sin sentido. De repente, a uno de mis amigos se le ocurrió preguntar dónde estaba el sol ahora.

Yo, que siempre me he creído un poco listo, le dije algo así como: “Pues, está alumbrando a la gente del otro lado del mundo, ¿no? Aquí es de noche porque la Tierra ha girado”.

• Sentí una pequeña satisfacción al dar esa explicación, aunque en realidad era algo obvio.
• Recuerdo que me entró una sensación de paz al ver las estrellas, y a la vez, un poco de vértigo al pensar en lo pequeños que somos en el universo.

Pero luego me puse a pensar mejor: ¡la Tierra está girando constantemente! No es que el sol “se vaya”, simplemente, nosotros, en España, nos movemos fuera de su luz. Es como cuando juegas al escondite con una linterna: si te pones detrás de un árbol, la luz no te alcanza. ¡Pues la Tierra es el árbol!

• Movimiento: La Tierra rota sobre su eje.
• Tiempo: Tarda 24 horas en dar una vuelta completa.
• Resultado: Día y noche en diferentes partes del mundo.

¡Menuda revelación! (bueno, para mí en ese momento). Me sentí como si hubiera descubierto algo súper importante, aunque ya lo supiera en el fondo. A veces, las cosas más sencillas son las que más te sorprenden, ¿no? Y pensar que todo esto pasa mientras yo como malvaviscos…

¿Por qué no podemos ver el Sol durante la noche?

¡Ay, amigo! ¡Que pregunta más obvia! ¿Por qué no vemos el Sol de noche? ¡Pues porque el muy pillo se esconde! ¡Es como mi gato cuando le toca comer pienso, desaparece en un santiamén! El Sol es un foco de luz tremendo, un bolazo de fuego que nos fríe si lo miramos fijamente (no lo hagan, ¡eh!).

Es como si quisieras ver una luciérnaga al lado de un faro gigante. ¡Imposible! La luz del Sol, ¡qué barbaridad!, es tan intensa que eclipsa a todo lo demás. Es como buscar una aguja en un pajar, pero el pajar es una central nuclear y la aguja una minúscula hormiga de neón. Las otras estrellas están ahí, ¡claro que sí!, pero el Sol las apaga cual churro en una piscina olímpica llena de leche con chocolate.

Y bueno, hablando de estrellas… la verdad es que mi vecina, Doña Emilia, cree que las estrellas son agujeros negros brillantes, pero yo digo que eso es una tontería. Como si alguien me preguntara si mis calcetines huelen a rosas. No. Huelen a pies después de una maratón de 10 km, de esos que recorrí en 2023. ¡Uf! Ya me estoy desviando…

En resumen: El Sol es mega-brillante y nos ciega con su luz. Las demás estrellas son como puntitos minúsculos, ¡invisibles durante el día!

• El Sol: ¡Una bola de fuego descomunal!
• Su luz es brutal, ¡nos deja sin respiración!
• Las demás estrellas son invisibles a pleno día. Es como si intentaras ver un ratón blanco en una discoteca. ¡Imposible!

Añado una curiosidad. Sabíais que el año pasado, 2023, vi un programa donde decían que el Sol algún día se convertirá en una gigante roja, ¡y se tragará a Mercurio, Venus y probablemente la Tierra también! ¡Qué susto, eh! Espero que ocurra cuando ya no esté por aquí.

¿Dónde es el sol de medianoche?

¡Uf, qué frío recuerdo! Verano de 2024, Tromsø, Noruega. El sol de medianoche es una pasada. Estaba allí, en la punta de una montaña, cerca de un fiordo, el viento me azotaba la cara, ¡qué barbaridad! Sentía el frío pese al sol, un sol que no se ponía. Increíble. Me quedé ahí, horas, mirándolo. Pensaba en lo absurdo de todo, el sol ahí, a medianoche, ¡qué locura! Era como si el tiempo se detuviera, una sensación extraña, una mezcla de paz y desconcierto. El aire era puro, casi transparente.

El sol de medianoche, explicado en pocas palabras: el sol que no se pone. Se ve en las zonas polares en verano.

• No se pone.
• Es impresionante.
• Enorme.
• Increíblemente brillante.
• Te deja helado, literalmente.

Ese viaje a Noruega fue una locura, el sol de medianoche, la naturaleza salvaje, los paisajes… ¡guau! ¡El fiordo de Tromsø, qué belleza! Me quedé sin batería en el móvil, ¡qué rabia! Por suerte, tenía la cámara de fotos, con las pilas cargadas al 100%. Ahí tengo fotos increíbles. De hecho, alguna vez subí fotos a Instagram, pero ya no me acuerdo ni siquiera el nombre de usuario que usaba.

Se ve en lugares al norte del Círculo Polar Ártico y al sur del antártico, ¡claro! ¡Olvídate de las noches oscuras en esos lugares durante el verano! Solo sol, sol y más sol.

Esa experiencia me marcó. Quedé maravillado con la magnitud de la naturaleza. Me hizo sentir pequeño, insignificante, frente a tanta belleza. Y el frío, ¡ay! Ese frío que calaba hasta los huesos. Pero, a pesar del frío, valió la pena. Un viaje inolvidable, uno de los mejores de mi vida.