¿En qué nos afecta la tecnología?

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Uf, la tecnología… ¡qué locura! Por un lado, es una maravilla. Me facilita la vida, hago mil cosas en menos tiempo y puedo estar conectada con quien quiero al instante. Pero a veces me agobia, tanta información, tanta velocidad… Siento que me exige estar siempre enchufada y me preocupa que, aunque tomamos mejores decisiones, también nos volvemos dependientes y perdemos la capacidad de pensar por nosotros mismos. Es una espada de doble filo, ¿no crees?

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¿En qué nos afecta la tecnología? Uf… en serio, ¿en qué NO nos afecta? Es una locura pensarlo, ¿verdad? Por un lado, me salva la vida. No sé qué haría sin mi móvil, la verdad. Agenda, mapas, ¡hasta la lista de la compra ahí metida! Antes perdía la cabeza buscando las llaves, ahora las encuentro con una aplicación. Hablo con mi hermana que está en Australia como si estuviera aquí al lado. O sea, ¡una maravilla! Puedo hacer mil cosas en un suspiro, cosas que antes… buah, ni me imagino. Recuerdo cuando tenía que ir a la biblioteca a buscar información para un trabajo del instituto… ¡días enteros metidos entre libros! Ahora lo tienes todo en dos clics. Es alucinante.

Pero… (sí, siempre hay un “pero”). A veces siento que me ahoga. Es como una ola gigante de información que te arrastra y no te deja respirar. Tanta notificación, tanto ruido… Me agota. Y esa presión… Sientes que tienes que estar disponible las 24 horas. Como si te obligaran a estar siempre “enchufada”, ¿no? Y a veces pienso… ¿de verdad tomamos mejores decisiones gracias a la tecnología? O simplemente nos dejamos llevar por lo que nos dice el algoritmo de turno. El otro día, por ejemplo, me di cuenta de que estaba comprando un montón de cosas que no necesitaba, solo porque me salían en anuncios personalizados. ¡Es una trampa! Y lo peor es que nos volvemos dependientes. ¿Qué pasaría si de repente nos quedáramos sin internet? ¿Seríamos capaces de… no sé… orientarnos en un mapa de papel? A mí me daría un poco de miedo, la verdad. A veces me imagino en una cabaña en la montaña, sin cobertura, sin wifi… Por un lado me encantaría, desconectar de todo… pero, ¿aguantaría? Es que ya no sé vivir sin ella, la tecnología. Es como una relación tóxica, ¿sabes? Te da mucho, pero también te quita. Una espada de doble filo, totalmente. ¿Tú qué piensas?