¿Qué diferencia hay entre profesión y profesional?

La sutil diferencia entre profesión y profesional: más que un título, una actitud

A menudo usamos los términos “profesión” y “profesional” indistintamente, como si fueran sinónimos. Sin embargo, existe una sutil pero significativa diferencia que radica no solo en la posesión de un título o certificación, sino en la actitud y el compromiso con la actividad desempeñada.

Una profesión se define como una ocupación que requiere de un conocimiento especializado, habilidades y formación, con el fin de brindar un servicio o producto. Es el campo de acción, el terreno donde se aplica el saber. Puede ser algo tan amplio como “la medicina” o tan específico como “la cirugía cardiovascular”. La profesión describe el qué se hace. Un carpintero, un programador o un artista, todos ellos ejercen una profesión, independientemente de si poseen un título universitario o un certificado oficial. Su profesión reside en la actividad misma, en la aplicación de sus conocimientos y destrezas.

Un profesional, por otro lado, describe cómo se realiza esa actividad. Si bien un profesional ejerce una profesión, no todos los que ejercen una profesión son profesionales. La diferencia reside en la actitud, la ética y el compromiso. Un profesional aplica sus conocimientos con diligencia, responsabilidad y un alto estándar de calidad. Se caracteriza por su dedicación, su actualización constante y su apego a un código de conducta, incluso si este código no está formalmente establecido. Un profesional se preocupa por la excelencia en su trabajo y busca la satisfacción del cliente o la resolución efectiva del problema.

La distinción se acentúa al hablar de profesionistas. Un profesionista es un profesional que, además de poseer las cualidades mencionadas, cuenta con una certificación formal que acredita su formación y competencia en un campo específico. Esto implica un nivel de especialización y un compromiso aún mayor, a menudo reflejado en una dedicación a tiempo completo a su profesión, y en la búsqueda continua de perfeccionamiento a través de cursos, seminarios o posgrados. El profesionista ha adoptado su profesión no solo como una fuente de ingresos, sino como un estilo de vida, una vocación.

En resumen: la profesión es el campo de actividad; el profesional, la forma en que se ejerce esa actividad con responsabilidad y ética; y el profesionista, el profesional formalmente acreditado y profundamente comprometido con su labor. Si bien la certificación es un elemento diferenciador importante entre profesional y profesionista, la esencia de la profesionalidad reside en la actitud, en la búsqueda de la excelencia y en la responsabilidad hacia el trabajo realizado, independientemente de la presencia o ausencia de un título.