¿Qué hacer con tu hijo antes de dormir?

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Antes de dormir, crea un ambiente relajante para tu hijo: baja las luces, elimina las pantallas, y opta por actividades tranquilas y consistentes, como leer o cantar. Un ritual suave y predecible, incluso con apoyo visual, facilitará la transición al sueño. Prioriza la calma y el afecto.
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Rutina nocturna relajante para preparar a los niños para el sueño

A medida que se acerca la hora de dormir, es esencial crear un ambiente relajante para los niños. Estas sencillas estrategias te ayudarán a fomentar un ritual tranquilo y constante que facilitará la transición al sueño.

Crea un entorno propicio para el sueño:

  • Atenúa las luces: La exposición a la luz azul de las pantallas puede suprimir la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño. Por eso, es crucial atenuar las luces una o dos horas antes de acostarse.
  • Elimina las pantallas: La estimulación visual y mental de los dispositivos electrónicos dificulta la relajación. Retira las pantallas de los dormitorios de los niños al menos una hora antes de dormir.
  • Opta por actividades tranquilas: Participa en actividades relajantes como leer cuentos, cantar canciones de cuna o dibujar. Estas actividades tranquilas promueven la calma y la relajación.

Establece un ritual constante:

  • Rutina predecible: El cuerpo de los niños responde mejor a los patrones regulares. Crea una rutina nocturna consistente que se repita cada noche, incluso los fines de semana.
  • Apoyo visual: Los niños pequeños pueden tener dificultades para comprender los conceptos abstractos. Utiliza un gráfico o un calendario visual que ilustre los pasos de la rutina nocturna, como “primero, leer un cuento; luego, cepillarse los dientes”.
  • Transición gradual: Comienza el ritual de la hora de dormir con suficiente tiempo, permitiendo que tu hijo se calme y se relaje gradualmente.

Prioriza la calma y el afecto:

  • Relájate tú mismo: Tu hijo percibirá tu propio nivel de estrés. Toma medidas para relajarte antes de la hora de dormir, como tomar un baño tibio o leer un libro.
  • Contacto físico: El contacto físico, como abrazos o caricias, libera oxitocina, que tiene efectos calmantes.
  • Ambiente positivo: Crea un ambiente positivo y de apoyo. Evita las reprimendas o las discusiones antes de acostarse, centrándote en cambio en la conexión y la afectividad.

Recuerda que cada niño es diferente y puede necesitar ajustes en la rutina. Sé paciente y flexible, y con el tiempo, establecerás un ritual nocturno relajante que facilitará el sueño de tu hijo. Al crear un entorno propicio para el sueño, priorizando la calma y el afecto, puedes ayudar a tu hijo a conciliar el sueño más fácilmente y a disfrutar de un descanso reparador.