¿Qué nivel es 4to de primaria?

0 ver

¡Cuarto de primaria! Ay, qué recuerdos… ¡Esa etapa es maravillosa! Recuerdo la ilusión de aprender cosas nuevas, la explosión de creatividad en las manualidades y la emoción de las primeras lecturas más complejas. Es un nivel clave, donde se consolida lo básico y se empieza a volar con la imaginación. Es como la antesala de la adolescencia, ¡tan llena de energía y ganas de aprender! Me emociona pensar en lo que esos niños están descubriendo.

Comentarios 0 gustos

¡Cuarto de primaria! Ay, Dios mío, ¿cómo pasa el tiempo? Cuarto… me acuerdo perfectamente. ¡Qué etapa tan bonita! ¿Se acuerdan ustedes de esa sensación de “¡Wow, el mundo es enorme y yo lo voy a conquistar!”? Para mí, cuarto era como… bueno, era LA etapa.

Recuerdo la emoción de aprender cosas nuevas, ¿no? Esos momentos “¡Eureka!” que te hacían sentir como un pequeño genio. Y las manualidades… ay, ¡los desastres con el pegamento! Pero qué orgullosa me sentía con mi “obra maestra”, aunque fuera un churro total. ¿Quién no ha hecho un volcán con bicarbonato y vinagre en cuarto de primaria? ¡Momento cumbre de la ciencia!

Y las primeras lecturas más complejas… ¡qué subidón! Pasabas de leer cosas sencillitas a enfrentarte a libros con personajes y tramas que te enganchaban de verdad. Recuerdo un libro sobre una niña que viajaba en el tiempo… ¡me flipó! Me pasaba las tardes imaginando que yo también podía viajar y conocer a dinosaurios o a Cleopatra.

Es un nivel clave, eso sí. Se consolida lo básico, lo que aprendiste en primero, segundo y tercero, y de repente… ¡boom! Empiezas a volar con la imaginación. Es como la antesala de la adolescencia, ¿verdad? Tan llena de energía, de ganas de aprender, de explorar, de descubrir.

No sé, me emociona pensar en lo que esos niños están descubriendo ahora mismo. Seguramente, alguno de ellos está pintando un cuadro horrible que para él es la cosa más preciosa del mundo. O aprendiendo a sumar fracciones y sintiéndose el rey de las matemáticas. O simplemente, jugando con sus amigos en el recreo y siendo feliz. ¡Qué envidia sana!