¿Qué pasa en la etapa latente?
Fragmento reescrito (47 palabras):
Según Freud, la etapa de latencia se caracteriza por una disminución de la curiosidad sexual infantil. Sentimientos de pudor, asco y vergüenza actúan como fuerzas represoras, inhibiendo las pulsiones libidinales. Esta fase se presenta como un periodo de calma relativa en el desarrollo psicosexual, anterior al resurgimiento de los impulsos en la adolescencia.
La Etapa Latente: Un Periodo de Calma Relativa
En la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, la etapa latente es una fase del desarrollo psicosexual que abarca desde aproximadamente los 6 hasta los 12 años. Se caracteriza por una disminución significativa de la curiosidad sexual infantil y un aumento de la represión de los impulsos libidinales.
Durante la etapa latente, los complejos de Edipo y Electra, que dominaron la etapa fálica anterior, se resuelven gradualmente. El niño se identifica con el progenitor del mismo sexo y desarrolla sentimientos de pudor, asco y vergüenza. Estas emociones actúan como fuerzas represoras, reprimiendo las pulsiones sexuales y dirigiendo la energía libidinal hacia actividades socialmente aceptables, como la escuela y el juego con compañeros del mismo sexo.
El período de latencia es esencial para el desarrollo del superego, la parte de la psique que contiene la conciencia moral y el ideal del yo. A través de la internalización de las normas sociales y las expectativas de los padres, el niño desarrolla un sentido de lo correcto y lo incorrecto, lo que ayuda a regular su comportamiento.
Esta fase se considera un período de calma relativa en el desarrollo psicosexual, ya que los impulsos instintivos están en gran medida reprimidos. El niño se centra en desarrollar habilidades sociales, académicas y físicas, preparándose para los cambios y desafíos que vendrán con la adolescencia.
Aunque la etapa latente se caracteriza por una disminución de la actividad sexual, no es un período de abstinencia completa. Los niños pueden experimentar sueños eróticos, juegos sexuales inocentes y masturbación ocasional. Sin embargo, estas actividades son generalmente fugaces y no indican un resurgimiento de las pulsiones sexuales de la etapa fálica.
La transición hacia la adolescencia marca el fin de la etapa latente y el resurgimiento de las pulsiones libidinales. El aumento de las hormonas sexuales desencadena cambios físicos y psicológicos que reavivan los impulsos sexuales reprimidos y conducen a una nueva fase de desarrollo psicosexual: la etapa genital.
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