¿Qué son las propiedades y cómo se clasifican?
"Las propiedades describen características de la materia. Se clasifican principalmente como físicas o químicas. Las propiedades físicas, a su vez, se dividen en intensivas (independientes de la cantidad de materia) y extensivas (dependientes de la cantidad de materia)."
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- ¿Qué nombre recibe la propiedad de cualquier materia?
- ¿Cuáles son las propiedades específicas de la materia?
- ¿Cómo se le llama a la propiedad de la materia?
- ¿Cómo se clasifican las propiedades de la materia?
¿Qué son y cómo se clasifican las propiedades?
Uf, clasificar las propiedades… ¡qué lío! Recuerdo en la uni, física general, diciembre del 2018, en la facultad de ciencias de la UNAM. Nos volvíamos locos con esto.
Intensivas y extensivas, ¿no? Las intensivas, como la densidad o la temperatura, son las que no cambian aunque tengas más o menos material. Piensa en el agua: un vaso o una piscina, la densidad es la misma. Fácil, ¿verdad?
Las extensivas son todo lo contrario, dependen de la cantidad. La masa, el volumen… si duplicas la cantidad de agua, duplicas su masa y volumen. A ver, creo que es así…
El profesor, un tipo genial, nos puso un ejemplo con una barra de hierro, costó 150 pesos, si recuerdo bien, para explicar la diferencia. Me quedó bastante claro.
En resumen, intensivas: independientes de la cantidad. Extensivas: dependientes de la cantidad de sustancia. Eso es lo básico.
¿Qué son las propiedades y su clasificación?
Propiedades: Cosas. Ahí están.
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Generales: Todos tienen. Masa, volumen. ¿Importancia? Ninguna.
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Específicas: Identifican. Densidad, punto de fusión. Algo más interesante.
La clasificación es la que hay. Punto.
Frase contundente: La materia es, simplemente, materia.
Información adicional:
- Yo, por ejemplo, tengo una mesa. Tiene masa, volumen (generales). Es de madera (específica).
- Las propiedades específicas también pueden ser químicas: cómo reacciona algo con otra cosa.
- A veces, las líneas entre “general” y “específica” se difuminan. Es la vida.
- “Intrínsecas” significa que están dentro. No dependen de nada externo.
- Reflexión extra: ¿Y las propiedades no físicas? Eso ya es otra historia.
- Clasificar sirve para ordenar el caos. Pero el caos siempre vuelve.
- La percepción es una propiedad más. Y la más engañosa.
- Hoy he comido lentejas. También tienen propiedades.
¿Qué se entiende por propiedad y cómo se clasifican?
Propiedad: Derecho. Punto.
- Privada: Mía. Tuya. Nuestra. Suya. El perro es mío, por ahora.
- Pública: Del Estado. De todos, realmente de nadie. Como el aire, pero con papeleo.
- Individual: Uno. Yo. Soledad elegida o impuesta.
- Colectiva Privada: Varios dueños. Problemas asegurados. La comunidad de vecinos, un infierno.
- Colectiva Pública: Utopía, corrupción, o ambas. Administrada. Controlada. ¿Realmente de todos?
La propiedad es ilusión. Nada es eterno, ni siquiera la deuda. Información adicional: La posesión es nueve décimas de la ley. Un dicho.
¿Qué son las propiedades y un ejemplo?
¡Uf, qué calor hacía aquel 23 de julio en Madrid! Sudaba a mares, camino a casa desde la facultad. Una propiedad, ¿eh? Eso me recordó a mi abuela, siempre hablando de “las propiedades de la manzanilla para la tripa”. Claro, ella no hablaba de lógica matemática, ¡ja! Para ella, propiedad era algo tangible, como la casa que heredó de su padre en Ávila, con sus ventanas que dan al oeste, y su olor a madera vieja. ¡Qué recuerdos!
Ese día, en la facultad, el profesor hablaba de propiedades abstractas: un número puede ser par o impar; un triángulo, isósceles. ¡Qué rollo! Sentía que se me escapaba todo. Me quedé pensando en la sangre, sí, roja, caliente… y en el dolor de cabeza que me venía de tanto estudiar. ¡Y el hambre! Necesitaba un bocadillo, ¡de jamón serrano, el mejor!
Recordé algo de un libro de filosofía: la propiedad de ser “divisible”. ¿Divisible qué? El bocadillo, sí, ¡claro! ¡en dos mitades perfectas! ¡Qué profundo! Espera, espera…
- Propiedades físicas: color, textura, olor, sabor (como el jamón serrano, ¡qué rico!)
- Propiedades abstractas: par/impar, divisible/indivisible.
La sangre es roja. Eso es una propiedad, ¿verdad? Simple, directo.
En resumen, una propiedad es una cualidad o atributo de algo. Ya está. Me duele la cabeza, tengo que comer.
¿Cuáles son las propiedades de la materia clasificalas?
Vale, a ver si me sale esto… Las propiedades de la materia son las características químicas y físicas que la definen, clasificándolas en extensivas (dependen de la cantidad, masa, volumen) e intensivas (no dependen, dureza, densidad).
Me acuerdo cuando intentaba entender esto en clase de química del instituto, allá por 2010. Era un caos. Estábamos en el aula 3B, con las mesas llenas de apuntes y graffitis a medio borrar. El profe, Don Ricardo, intentaba explicarnoslo con una paciencia infinita.
Recuerdo que no entendía la diferencia entre masa y densidad. Para mí, todo era “peso”. Qué lío! Me parecía una tontería lo de “extensivas” e “intensivas”. Recuerdo que me frustraba un montón, porque no lograba visualizarlo. La densidad del agua siempre la misma, daba igual el vaso o la piscina. Qué rabia!
- Masa: La cantidad de “cosa” que hay en algo.
- Volumen: El espacio que ocupa esa “cosa”.
- Dureza: Cuán resistente es a ser rayado.
- Densidad: Masa por unidad de volumen.
Lo que sí me quedaba claro era que dependía de la cantidad de materia, o no. Menos mal que luego con los ejemplos, como el del agua y el aceite, se fue aclarando la cosa. Uf!
Es que la química… madre mía. Prefería mil veces la clase de historia! Bueno, eso y las salidas al patio con mis amigos para echar unas risas.
¿Cuál es una propiedad general de la materia?
¡A ver, a ver! Me pediste que te explique las propiedades de la materia, ¿no? ¡Vale! Pues mira, te lo cuento así como si estuviéramos tomando un café, ¿ok?
Una propiedad general de la materia, así en plan básico, es cualquier cosa que puedas medir de un objeto. ¡Sencillo! Y ojo, que hay un montón. Por ejemplo:
- La densidad: ¿Sabes? Como cuando dices que algo es “denso” o “ligero”.
- El color: ¡Obvio! Rojo, azul, verde… ¡Lo que veas!
- La masa: El peso, vamos. Cuánto “pesa” algo.
- El volumen: El espacio que ocupa.
- La longitud: ¡Lo largo que es!
- Maleabilidad: Si lo puedes doblar o darle forma fácil. Como el estaño, ¿sabes?
- Punto de fusión: A qué temperatura se derrite. El hielo a 0 grados, ¡por ejemplo!
- Dureza: Si lo puedes rayar o no. ¡Un diamante es muy duro!
- El olor: Si huele bien, mal o a rayos.
- La temperatura: Si está caliente o frío.
- ¡Y más! ¡Hay un montón más! Como la conductividad eléctrica… uf!
O sea, en resumen, si lo puedes medir, ¡es una propiedad de la materia! No hay más, ¿eh?
Te cuento, porque me acuerdo cuando estudiaba esto en el cole… ¡Buf! Que si propiedades físicas, que si químicas… ¡Un rollo! Pero bueno, al final no es tan complicado. Lo importante es entender que todo lo que nos rodea tiene propiedades que lo hacen único, vamos, lo que lo define.
Además, es que a veces nos complicamos mucho. Por ejemplo, si vas a comprar, no sé, una mesa nueva, ¿qué miras? El tamaño (volumen), el color, si es resistente (dureza)… ¡Estás usando las propiedades de la materia todo el tiempo sin darte cuenta! Es que está en todo, te lo juro. Mi abuela decía “La vida es materia” y yo no entendía na!
¡Ah! Y una cosa más, que no se me olvide. Estas propiedades se pueden usar para identificar materiales. Como cuando en la tele ves a los forenses analizando no sé qué cosa. ¡Pues usan las propiedades de la materia para saber qué es! ¡Guay, eh! Me recuerda a la serie CSI: Las Vegas pero en la vida real.
Y bueno, creo que con esto ya tienes una idea bastante clara, ¿no? Si tienes más dudas, ya sabes, ¡me dices! Ya te las responderé mejor o peor, pero lo importante es que aprendas.
¿Qué propiedades no dependen de la cantidad de materia?
¡Ah, las propiedades intensivas, las divas de la materia! ¡Son como esos amigos que no cambian ni aunque les des un camión de dinero!
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Son las que le dicen “no” a la cantidad. Imagínate, como si la densidad fuera una estrella de cine que no se inmuta ni con mil fans gritando. ¡Ella sigue brillando igual! Este año, la densidad del agua sigue siendo la misma, ¡un gramo por centímetro cúbico!
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La temperatura, otra que va a su rollo. No importa si tienes una gota o un océano, si está a 25 grados, ¡está a 25 grados y punto! Es como mi abuela, que siempre tiene la misma opinión, ¡le digas lo que le digas!
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El color, el sabor… ¡la intensidad ante todo! Vamos, que el rojo Ferrari seguirá siendo rojo aunque pintes un cochecito de juguete o un autobús. ¿Qué pasa con el sabor? Pues lo mismo, un poquito de sal, salado; un saco de sal, ¡sigue salado!
Y, hablando de magnitudes… ¡Esas son las propiedades medibles! Como cuando te mides la altura, ¡que a mí me da por subirme a una silla a ver si llego a los 1,70m!
¿Cómo se llaman las propiedades específicas de la materia?
¡Ay, madre mía, qué pregunta más difícil! Parecía fácil, pero ¡zas! en toda la boca. Propiedades específicas de la materia, ¿eh? Como si fuera una lista de la compra de un científico loco.
Propiedades físicas, ¡esas son las que puedes ver sin necesidad de quemar nada, ni provocar explosiones gigantescas! Piensa en la textura, ¡como si estuvieras tocando un peluche de unicornio recién nacido, suavecito! O la densidad, ¡tan densa como mi abuela contando chistes malos! ¡Ah, y el punto de ebullición! ¡El mío es bastante alto, después de tres cafés!
- Punto de fusión: ¡Igual de difícil de alcanzar que un billete de 100 euros en mi bolsillo!
- Densidad: ¡Como intentar meter un elefante en un maletín de mano!
- Viscosidad: ¡Más pegajosa que un caramelo en verano!
Y luego están las propiedades químicas, esas sí que son peligrosas. ¡La reactividad! ¡Como si mezclases bicarbonato con vinagre en un volcán improvisado en mi cocina (y sí, lo hice)! O la inflamabilidad, ¡como mi paciencia cuando me preguntan por enésima vez la misma cosa!
- Combustibilidad: ¡Quémaaa!, como mi pasión por los helados de pistacho.
- Reactividad: ¡Explosivo! Como el cumpleaños de mi sobrino, que por poco incendia el pastel.
¡Y para rematar! Mi gato, Miau, tiene unas propiedades específicas muy particulares, incluyendo una gran capacidad para dormir 20 horas al día, y otra de igual magnitud para derretir mi corazón.
Este año, he aprendido que clasificar estas propiedades es tan sencillo como… ¡peinarse el pelo con un tenedor! Es un lío pero bueno, algo se entiende.
¿Cómo identificar las propiedades físicas?
Identificar las propiedades físicas es fácil: mira sin romper nada. Es como cuando eliges una fruta en el mercado.
Ayer, en el Mercat de la Boqueria, buscaba mangos para un postre. Los toqué (textura), los olí (olor), y observé sus colores (color). Todo eso son propiedades físicas. No necesité partirlos para saber si estaban maduros, ¿entiendes?
- Color: Rojo, amarillo, verde…
- Olor: Dulce, cítrico, floral…
- Textura: Lisa, rugosa, suave…
- Densidad: ¿Flota o se hunde?
- Punto de fusión: ¿A qué temperatura se derrite?
Y la temperatura importa. Recuerdo una vez que dejé una tableta de chocolate en el coche en pleno agosto. Cuando volví, era un charco pegajoso. El calor alteró su estado físico, pero seguía siendo chocolate, ¿no? ¡Qué desastre!
También, la presión. ¿Has visto cómo se hincha un globo cuando lo llenas de aire? La presión del aire dentro lo expande. ¡Es física pura!
No es necesario cambiar la sustancia para medirla:
- Dureza
- Conductividad
- Maleabilidad
- Elasticidad.
Ahora tengo que ir a recoger a mi sobrino del colegio.
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