¿Qué verbo usar con objetivo?

La Elección del Verbo Perfecto para Definir tus Objetivos: Más Allá del Infinitivo

Definir objetivos claros y concisos es fundamental para el éxito en cualquier ámbito, ya sea personal o profesional. Un objetivo bien planteado guía nuestras acciones y permite medir el progreso. Sin embargo, la elección del verbo adecuado es crucial para darle la fuerza y precisión necesarias. Si bien el infinitivo es comúnmente recomendado para redactar objetivos generales, la clave reside en seleccionar el verbo que mejor refleje la acción deseada y, al mismo tiempo, evite ambigüedades.

La frase “objetivo de…” seguida de un verbo en infinitivo, como “mejorar”, “aumentar”, “crear”, es una fórmula ampliamente utilizada. Y con razón: la simplicidad del infinitivo permite una comprensión inmediata. Pero la efectividad de esta fórmula depende de la precisión del verbo elegido. Un verbo vago puede llevar a una meta difusa e inconcreta.

Por ejemplo, “Objetivo general: Mejorar la calidad del servicio al cliente” es un buen comienzo, pero ¿qué significa “mejorar”? ¿Reducir el tiempo de espera? ¿Aumentar la satisfacción del cliente según encuestas? ¿Implementar un nuevo sistema de gestión de quejas? La falta de especificidad dificulta la medición del éxito y la planificación de las acciones necesarias.

Para superar esta limitación, podemos ir más allá del simple infinitivo y considerar la utilización de verbos que, aún en infinitivo, sean más concretos:

• En lugar de “mejorar”: “optimizar”, “potenciar”, “incrementar”, “reforzar”, “modernizar”, “perfeccionar”. Cada uno de estos verbos añade una capa de significado más precisa.

• En lugar de “aumentar”: “expandir”, “incrementar”, “multiplicar”, “fortalecer”, “promover”. La elección dependerá del tipo de aumento que se busca.

• En lugar de “crear”: “desarrollar”, “diseñar”, “implementar”, “innovar”, “establecer”. Nuevamente, la selección correcta precisa la naturaleza de la creación.

Además de la elección del verbo, la claridad del objetivo se potencia incluyendo a quién o para quién se realiza la acción:

• Objetivo general: Optimizar el proceso de atención al cliente para reducir el tiempo de espera en un 20%. (Aquí, el verbo “optimizar” es más preciso que “mejorar” y se especifica el resultado cuantitativo.)

• Objetivo general: Desarrollar un nuevo programa de formación para los empleados de la sección de ventas, aumentando su productividad en un 15%. (Se identifica el público objetivo y el resultado medible.)

En conclusión, si bien el infinitivo es una herramienta útil para redactar objetivos, la clave para un objetivo realmente eficaz reside en la selección cuidadosa de un verbo que sea preciso, concreto y evite la ambigüedad. Acompañarlo de la identificación clara del beneficiario de la acción y, en la medida de lo posible, de un resultado medible, completará la formulación de un objetivo ambicioso y alcanzable.