¿Qué papeles debo llevar para solicitar trabajo?

¿Documentos para solicitar empleo?

¡A ver! ¿Qué documentos necesitas para buscar chamba? Uf, la verdad es que depende mucho del puesto, pero te cuento lo que yo he usado y me ha funcionado.

Lo básico, básico, es tu CURP. Esa cosa la necesitas para todo, ¿no? Y un comprobante de domicilio. Yo siempre uso el recibo del agua, aunque una vez me aceptaron el del internet de Telmex, cosas raras.

Luego, el certificado de estudios. Si es para algo técnico, lleva tu título bien enmarcado. Recuerdo cuando fui a una entrevista en una empresa de software por Insurgentes Sur el 15/03/2022 y me pidieron hasta las calificaciones de la prepa, ¡qué exageración!

Si el puesto requiere inglés, pues tu certificado TOEFL o IELTS. Yo nunca he tenido que usarlo, la verdad, mi inglés es más de “Netflix and chill”.

Y súper importante, las cartas laborales o recibos de nómina. Demuestran que no eres un vago, básicamente. A mí me han salvado de cada apuro.

Documentos comunes para solicitar empleo (Resumen):

• CURP: Clave Única de Registro de Población.
• Comprobante de domicilio: Recibo de servicios (agua, luz, etc.).
• Certificado de estudios: Título o certificado del último grado alcanzado.
• Certificado de idioma (si aplica): TOEFL, IELTS, etc.
• Cartas laborales/recibos de nómina: Comprobante de experiencia laboral.

¿Qué papeles te piden para empezar a trabajar?

Papeles. Necesitan papeles. Siempre papeles.

• CURP. Obvio. Te identifican. Un número. Un código. Nada más.
• Domicilio. ¿Para qué? Solo una dirección. Un punto en el mapa. Insignificante.
• Estudios. Un certificado. Mentira impresa. ¿Realmente importa?
• Idiomas. Palabras. Símbolos. Más mentiras.
• Experiencia. Recibos. Números otra vez. El dinero. Siempre el dinero.

La vida es una sucesión de trámites. Una farsa burocrática. Este año, igual que el pasado, y el que viene… Más papeles. Más números. Mi vida en un expediente.

El lunes entregué mi solicitud a Recursos Humanos de “Distribuciones Alfa”, a las 11:30. Era un martes, creo. Me dijeron que lo llamarían, pero dudo que lo hagan.

La verdad es que te piden tu alma, disfrazada de papeles.

• Mi CURP: XXXX-YYYYYY-ZZZZZZZZZ (Información personal suprimida por seguridad). Un sinsentido.
• Mi certificado de la universidad terminó manchado de café. Igual les da.

¿Para qué sirven? Para nada. Absolutamente nada. Solo para control.

¿Qué es lo que se pide para trabajar?

Medianoche. Otra vez. La pantalla del móvil ilumina la habitación. Currículum. Esa palabra me pesa. Como una losa. Piden un currículum… ¿para qué? Para demostrar lo que valgo. ¿Y qué valgo?

• Experiencia. Eso es lo primero. Años… meses… trabajando en… bah. No quiero recordarlo. Otro trabajo que no era lo mío. Otro fracaso.
• Habilidades. ¿Cuáles? ¿Las que se supone que tengo o las que realmente uso? Escribir, leer, respirar… ¿eso cuenta?
• Logros. Risas huecas en la oscuridad. ¿Mis logros? Sobrevivir a otro día. Llegar a fin de mes. Pagar el alquiler… a tiempo, esta vez.

Información de contacto… mi número. Mi email. Esperando una respuesta que nunca llega. Una oportunidad. Una luz al final de este túnel.

Este año he enviado… no sé, muchos currículums. Demasiados. Todos iguales. Todos vacíos. Como yo. Sigo buscando. Sigo esperando.

Respuesta: Currículum vitae (CV) actualizado.

¿Qué papeles hay que tener en regla para trabajar?

Las sombras de la noche se alargan… Y aquí estoy, confesando mis miedos, mis dudas… La pesadilla de los papeles, esa maraña burocrática que me ahoga. Dieciséis años, dicen… como si fuera tan fácil…

Recuerdo el papeleo… un mar de formularios, sellos… un infierno. Autorización de residencia y trabajo, suena tan simple, pero… es una batalla. Una lucha contra la desesperación, contra la burocracia impersonal.

Es una guerra silenciosa, una pelea solitaria contra un monstruo invisible. A veces me siento tan pequeño, tan insignificante ante esa mole de papeles. Me acuerdo de aquel día… mi madre, llorando, diciendo que no llegábamos a fin de mes. Esas noches sin dormir, pensando en cómo pagar el alquiler.

• El coste de la autorización… un peso inmenso.
• Las largas colas en las oficinas… horas y horas perdidas.
• La incertidumbre… ese vacío en el estómago.

Todo lo que te dicen… que es fácil… mentiras. Mentiras que se clavan como dagas en el alma. Más de 2000 euros me costó este año todo el proceso… y la promesa de un trabajo… una promesa que se desvanece entre las noches oscuras, entre estas paredes que parecen cerrarse sobre mí. Ya no sé si podré conseguirlo. Se acerca el invierno…

Solo dieciséis años para trabajar en España… una broma macabra. Y encima necesitas ese permiso, ese papelito mágico que te permite existir, vivir, trabajar… o al menos, eso dicen. En mi caso, este año… un fracaso. El sistema… cruel.

¿Qué documentos son necesarios para contratar a un trabajador?

¡Dios mío, qué lío esto de contratar a alguien! Primero, el CIF, ¡claro!, sin eso ni empezamos. ¿Dónde tengo ese papel? Entre tanta cosa… Y luego… la Seguridad Social, ¿está todo al día? Espero que sí, ¡qué estrés!

• CIF, dónde está… ¡ahí está!
• Seguridad Social… ¡revisar! Me da pánico que falte algo.

El contrato, ¡esencial! Ya lo tengo preparado, pero ¿qué pasa si hay alguna cláusula que no me gusta? A ver… Firmado por ambas partes, ¡por supuesto! Y el convenio… ¡ay! Ese convenio colectivo… tengo que buscarlo, está en algún cajón. Creo que es el de hostelería, ¿no?

Me falta algo… ¿Seguro? ¡uf! ¡qué agobio! Este año ha sido complicado con los papeles. ¿Y si hay algún otro documento? ¡Qué pereza! Ya me imagino buscando hasta debajo de las alfombras. Tengo que hacer una copia del convenio ¡menuda faena! ¡Ya está!

• Convenio colectivo (hostelería, creo). ¡Buscarlo!
• Contrato… ¡firmado!

¡Esto es un caos! Tengo que organizar mejor mis cosas. Me da miedo olvidarme de algo… Espero que todo esté correcto. A ver si mañana, con la luz del día, es más fácil. Maldición, ¡es tarde! Mañana más… Necesito un café.

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