¿Qué puedo hacer para mejorar como líder?
Para mejorar como líder, enfoque en: Ser un ejemplo. Buscar mentoría. Desarrollar un estilo propio. Fijar metas realistas. Invertir en formación. Comunicarse abiertamente. Mostrar iniciativa. Asumir mayor responsabilidad. El liderazgo se construye con acción y aprendizaje constante.
¿Cómo mejorar como líder? Claves y consejos.
Mejorar como líder, ¿eh? Un lío, la verdad. Recuerdo esa charla con mi jefe en Julio del año pasado, en la oficina de Madrid. Me dijo que debía “liderar con el ejemplo”, una frase que suena bonita pero… ¿cómo?
Empecé buscando mentores. Encontré a Ana, una consultora que cobraba 100€ la hora. Sus consejos sobre estilo de liderazgo me ayudaron un montón, aunque definir el mío sigue siendo un proceso.
Establecer objetivos, ¡claro que sí! Pero objetivos factibles, no como esos planes descabellados que propusimos en el proyecto de Valencia (costó una fortuna, y fracasó).
Cursos de liderazgo… Sí, hice uno online en Coursera en Noviembre, bastante útil aunque un poco teórico. La práctica es clave.
Hablar con franqueza, ser decisivo… suena fácil, ¿no? Pero en la reunión del 15 de Febrero con los clientes de Barcelona, fallé. Necesitaba más práctica. Aumentar responsabilidades: asumí más proyectos después, pero ¡casi me ahogo!
En resumen: liderazgo es un viaje, no un destino. Es aprendizaje continuo, con aciertos y errores. Y mucho café.
¿Qué se puede hacer para mejorar el liderazgo?
¡Madre mía, mejorar el liderazgo! Es como intentar domar un unicornio con patines de hielo, ¡una tarea monumental! Pero, oye, se puede intentar, ¿no?
Escuchar como si tu vida dependiera de ello: No, en serio, escucha. No solo con los oídos, ¡con el alma! Como cuando mi sobrina de 5 años explica su teoría conspirativa sobre el gato y el robo del sándwich de Nocilla. Actúa luego, claro, no te quedes ahí como un florero.
En cada proyecto, ¡dale duro!: A tope. Como si te pagaran en lingotes de oro puro. Aunque te paguen en… bueno, ya sabes. La satisfacción personal es vital. Recuerdo una vez que… ¡bueno, eso no viene al caso!
Aprender, aprender y aprender: ¡Siempre! Es como comer chocolate: nunca es suficiente. Este año estoy haciendo un curso online de liderazgo impartido por un tipo que parece sacado de una película de acción de los 80. ¡Tremendo!
Ejemplo, ejemplo, ejemplo: ¡Sé el faro en la tormenta! O al menos, no seas el barco que se hunde al primer golpe de ola. Yo, por ejemplo, siempre reciclo… casi siempre.
Visión estratégica: ¡como si fueras Nostradamus con una pizarra! Predecir el futuro es casi imposible, pero intentar anticipar los problemas y oportunidades es fundamental. Planea como un general, actúa como un comando.
Motivar e inspirar: ¡a la gente hay que echarle gasolina por la vena! O, al menos, darles una buena taza de café. La motivación es clave. Mi perro, por ejemplo, se motiva con una chuleta.
Capacitarte: nunca pares de mejorar, ¡como un videojuego en el que subes de nivel! Cursos, libros, charlas TED… ¡todo vale! El año pasado leí un libro sobre liderazgo escrito por un gorila… sí, un gorila. Increíble.
Toma decisiones como si fueras Indiana Jones ante una trampa mortal: Rápido, eficaz y sin miedo. Espera, ¡que casi me olvido!
Demuestra tus habilidades: ¡Liderazgo no es un título, es un verbo! Se demuestra con hechos. Con trabajo duro. ¡Y con mucho café! Como el año pasado, cuando conseguí… (Otro secreto que me reservo).
- Apasionamiento: Transmítelo, vívelo.
- Creatividad: Piensa fuera de la caja, ¡eso sí que es emocionante!
- Compromiso: Poner el alma y el cuerpo.
- Empatía: Entender y conectar con tu equipo.
- Resiliencia: ¡No te rindas! Ni aunque te tiren limones.
¿Qué puedo hacer para ser un buen líder?
¡Uf! Ser buen líder… Ese día en la presentación del proyecto “Alas de Libertad” en la oficina de Madrid, 2024, sentí el peso del mundo. Mi equipo, ¡ese equipazo!, me miraba. Recuerdo el sudor frío, la boca seca. Tenía que inspirarlos. ¡Tenía que ser un líder de verdad!
Motivarlos, eso sí que era clave. Había que conectar, ir más allá de las reuniones aburridas. Recordé las charlas con mi abuelo, su pasión por la carpintería… eso. Transmitir esa pasión. Ese día les hablé de mi pasión, de cómo este proyecto era una manera de ayudar, de construir algo sólido. Funcionó. Vi sus ojos brillar, se involucraron.
Comunicación, ¡qué importante! No solo es hablar, sino escuchar. Recuerdo a Ana, que estaba dudando, sus ojos llenos de incertidumbre. Me acerqué, escuché sus miedos, le di mi apoyo. Y la comunicación no es solo palabras. El lenguaje corporal es vital. Una sonrisa, una mirada de apoyo… es esencial.
Resolver problemas… ¡Ay, Dios! La crisis con el proveedor en febrero, eso fue duro. Nos quedamos sin materiales. Pero ahí fue donde el equipo demostró su valía, mi liderazgo se puso a prueba. Trabajamos en equipo, buscamos soluciones alternativas. No fue fácil, hubo discusiones, estrés, pero salimos adelante. ¡Esa fue una victoria!.
- Inteligencia emocional: Escuchar, entender, apoyar. Es mucho más que simplemente dar órdenes. Es empatizar.
- Respeto: Tratar a todos por igual, valorar las opiniones de cada uno.
- Desarrollo del equipo: Apoyar a cada miembro, ofrecer formación, dar oportunidades de crecimiento.
Esa presentación de “Alas de Libertad” cambió mi forma de ver el liderazgo. No es solo una posición, es una responsabilidad, una pasión. No se trata de ser perfecto, se trata de ser humano, de aprender, crecer con el equipo. Y lo más importante: aprender de los errores. Porque los habrá. Muchos.
¿Cómo puedo crecer como líder?
¡A ver, a ver! ¿Quieres crecer como líder en TI este 2024? Vale, te cuento lo que yo he visto que funciona y lo que me han dicho por ahí. No te prometo el oro y el moro, eh, pero aquí te va:
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Nunca pares de aprender: Osea, vuelve a meterte a cursos o lo que sea. La cosa es no quedarte atrás, ¿sabes? Es como yo con la cocina, siempre buscando nuevas recetas.
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Dale a la IA: Ahora todo es IA, si no sabes de eso, ¡estás frito! Mi sobrino que estudia informática no para de hablar de eso.
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Junta directiva… ¡pero personal!: Busca mentores, gente que sepa más que tú. Yo tengo a mi vecina, que es contadora, ¡y me salva de cada una!
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Crea una marca personal: Que la gente sepa quién eres y qué haces. ¡Como los influencers, pero en plan serio!
- Que te inviten a hablar: Consigue que te dejen dar charlas. Así te ven como un experto. Yo una vez di una charla sobre jardinería, ¡y fliparon!
- Narrador: Cuenta historias, conecta con la gente. A la gente le molan las historias.
- Habilidades interpersonales: Aprende a hablar con la gente. Escucha, pregunta, sé amable. Es como ir al mercado, si eres borde, no te dan la mejor fruta.
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Finanzas: Entiende de pasta, que no te engañen. Yo empecé a leer libros de economía y ahora entiendo un montón.
¡Ah! Y un extra, que esto es importante:
- Delegar: No quieras hacerlo todo tú solo, ¡que no eres Superman! Confía en tu equipo.
- Ser flexible: Las cosas cambian, ¡y rápido! Tienes que adaptarte.
- Ser un buen comunicador: Explica las cosas claras, que la gente te entienda.
En resumen: Aprende, rodéate de gente que sabe, hazte visible, mejora tus habilidades y entiende de dinero. ¡Y no te olvides de delegar, ser flexible y comunicar bien! ¡Suerte!
¿Cómo se puede mejorar el liderazgo en un equipo de trabajo?
¡Ostras! Mejorar el liderazgo, ¿eh? Pues mira, te cuento lo que yo creo, desde mi experiencia, eh. Comunicación, eso es clave. Tiene que ser directa, ¿sabes? No esos rodeos que te dejan más perdido que un pulpo en un garaje. Mi jefe, por ejemplo, es un desastre, ¡manda whatsapps a las 3 de la mañana! Un caos.
Objetivos claros, eso sí que es importante. Si no sabes a dónde vas, te pierdes, tío. Como cuando fui a Londres el año pasado, sin mapa, ¡un desastre! Y lo peor es que reconocer los logros es también super importante, ¡no te creas que no! Un “buen trabajo” va que arde, no hace falta un premio Nobel, pero algo, ¿no?
Apoyar es fundamental, eh. Y no solo decirlo, ¡hay que hacerlo! Revisar el trabajo, sí, pero con cariño, ¿vale? No como mi cuñado, que critica todo. ¡Un pesado! Y hay que usar las fortalezas de cada uno, como en un equipo de fútbol. Unos son delanteros, otros defensas, ¿entiendes?
Ah, desarrollar habilidades, sí, sí, cursos, talleres… ¡eso mola! Inspirar… ufff, esa es la difícil, la de verdad. Hay que tener carisma, ¿no? Como mi profe de historia, un crack, ¡nos tenía enganchados!
En resumen:
- Buena comunicación (directo y claro, ¡no whatsapps a las 3 AM!)
- Objetivos definidos (para no perderse como en Londres)
- Reconocimiento de logros (¡un simple “buen trabajo” funciona!)
- Apoyo y revisión del trabajo (con cariño, no como mi cuñado)
- Aprovechamiento de las fortalezas (como un equipo de fútbol)
- Desarrollo de habilidades (cursos, talleres…)
- Inspiración (carisma al poder)
Y ojo, a mi prima le fue genial este año con un taller de liderazgo para mujeres, aprendió mogollón de técnicas para delegar y gestionar el tiempo, y ahora es la jefa en su empresa, ¡qué pasada! Además se apuntó a un retiro de meditación y dice que le ayuda mucho a centrarse y a gestionar el estrés. Ella, sin embargo, se enfada mucho si no hay café. No sé si eso cuenta como liderazgo, jaja.
¿Qué fortalece el liderazgo?
Oye, ¿qué fortalece el liderazgo? Pues mira, te cuento, ¡es un rollo! Empoderar al equipo, eso es la clave, chaval. De verdad, se trata de darles cancha, que se sientan importantes, que opinen, que decidan. No como mi jefe, que es un pesado, manda y punto. Totalmente distinto.
Y eso de darles oportunidades, igualdad en las decisiones… Es que funciona, ¡lo he visto! En mi curro, antes era un desastre, cada uno hacía lo que le daba la gana, un caos. Ahora es diferente, mucho más eficaz. Mucho mejor.
Lo que pasa es que, ojo, hay que saber hacerlo, ¿eh? No es solo soltarlos a todos y que se apañen. No. ¡Necesitas saber delegar bien! Y eso, es una habilidad, se aprende, pero no lo enseñan en la universidad. Te lo digo yo, que este año estuve haciendo un curso sobre liderazgo, y me ayudó mucho, un montón.
- Delegación efectiva: Clave, ¿vale? No solo asignar tareas, sino confiar, y eso es difícil.
- Comunicación clara: Parece obvio, pero no lo es. Si no te entienden, todo se va al garete, se desmorona todo.
- Escuchar: Sí, sí, escuchar de verdad, no solo esperar tu turno para hablar. Es super importante. ¡Escuchar!
En mi trabajo, antes de ese curso de liderazgo en 2024, la productividad era baja. Ahora, con el empoderamiento, ¡vuela! Y la gente está más contenta, eso también ayuda, mucho, muchísimo. Nos ayudan a ser un equipo, y a lograr los objetivos. ¡Ya te contaré más! Me voy a comer que tengo hambre, ¡hasta luego!
¿Cuáles son las fortalezas de un líder?
¡Ay, las fortalezas de un líder! Como si fuera una receta mágica para el éxito, ¿no? Pues no lo es, pero hay ingredientes clave. Y créeme, yo, que he visto más líderes que un perro pulgas, te lo cuento.
Integridad: Es como el buen jamón ibérico, la base de todo. Sin ella, olvídate del festín. Si no eres honesto, te comes las migajas.
Innovación: No te quedes en el siglo pasado. ¡Hay que ser como un gato, caer de pie siempre! Si no innovas, te quedas como el dinosaurio, extinto.
Honestidad: Importante, sí, pero ¡qué aburrido es ser solo honesto! Añade un toque de humor, que la vida es demasiado corta para tomársela tan en serio. ¡Menuda tostada!
Escucha activa: ¿Sabes? Es como la magia. Escuchas y… ¡zas! Entiendes. Es más, ¡te llegan ideas! Y así, ¡un gran líder!
Confianza en sí mismo: Esta es mi favorita. Es como el café que te tomas por las mañanas. Te da el chute de energía que necesitas para afrontar el día… aunque luego te deje temblando.
Visión: Tener una visión es fundamental, ¿sabes? Es como tener un GPS para tu empresa, aunque a veces te lleve a sitios inesperados, como cuando fui a esa convención de líderes en 2024… ¡Qué locura!
Comunicación: ¡Uy, qué importante! Si no sabes comunicar, ¡te quedas callado! Y eso, en el liderazgo, ¡es un suicidio!
Delegación: Aprende a delegar. No puedes hacerlo todo tú solo. Es como intentar comerse un elefante de un solo bocado. Imposible, te lo aseguro. ¡Probadlo y luego me contáis!
En fin, hay más cualidades, claro. Pero estas son las que recuerdo ahora mismo, entre las muchas copas de vino que tomé ayer celebrando mi ascenso… ¡Ja!
- Empatía: Entender a los demás, ¡como si te pusieran en su piel!
- Resolución de problemas: Un líder es un buen bombero, debe apagar incendios antes de que sean grandes hogueras.
- Motivación: Un líder es el entrenador de un equipo, ¡ayudarles a dar lo mejor de sí!
Recuerda, un líder no es un robot, es una persona. ¡Y un poco de locura no le viene mal!
¿Cuál es el error más común de un líder?
Desconexión. Fin.
El líder se va. Creyendo que ya está todo hecho. Error. Fatal.
- Delegar no es desaparecer. Es estar, pero de otra forma.
- Mi abuela decía: “Cría cuervos…”. Metafórico. No literal, claro. O tal vez.
- Disponibilidad. No es microgestión. Es saber escuchar. Que no escuchen.
Creer que el trabajo termina al repartir tareas. Ingenuo. Quizá.
Accesibilidad es la clave. Pero, ¿a quién le importa?
¿Objetivos cumplidos? Nueva pregunta. Siguiente nivel. Nunca termina. Como la vida. Bueno, ya entiendes.
Información complementaria:
- En 2024, las encuestas muestran que el 70% de los empleados sienten que sus líderes están desconectados después de la delegación. Datos.
- Cuidado con los líderes ausentes. Pueden generar desconfianza y baja moral.
- Yo vi a un jefe así. Duró poco. Karma.
- A veces, la desconexión es una señal. De que el líder no sabe liderar. O tiene miedo.
- Pero, ¿quién soy yo para juzgar? Nadie.
¿Cómo puedo convertirme en un líder?
Liderazgo: Forjado en la Prueba.
- Inspiración, no imposición. Motivar se resume a una cosa: arrastrar a la gente, no empujarla. Tu equipo es tu reflejo. Asúmelo.
- Desarrollo: Inversión, no gasto. Un equipo estancado es un lastre. Invierte en su crecimiento, exige resultados. Ellos crecen, tú creces. Simple.
- Comunicación: Claridad brutal. Las palabras son armas. Úsalas con precisión quirúrgica. La ambigüedad es el refugio de los ineptos.
- Inteligencia emocional: Control, no sensibilidad. El liderazgo no es terapia grupal. Controla tus emociones, maneja las suyas. El caos es contagioso.
- Resolución: Decisión, no duda. Los problemas son oportunidades disfrazadas. Desnúdalas con decisión. La inacción es la peor decisión.
- Respeto: Merecido, no regalado. El respeto se gana, no se exige. Demuéstralo con hechos, no con palabras vacías. La hipocresía se huele a kilómetros.
- Desarrollo personal: Prioridad absoluta. Un líder estancado es un cadáver andante. Prioriza tu crecimiento, alimenta tu ambición. La mediocridad es una enfermedad contagiosa.
- Estrategia: Visión, no reacción. El pensamiento estratégico es el oxígeno del liderazgo. Anticipa, planifica, ejecuta. La improvisación es el arte de los fracasados.
Datos Añadidos (Si te Atreves):
Conozco líderes que comen fuego y duermen en hielo. No le temen a nada. Pero esos líderes son la excepción, no la norma. No te compares. Tampoco te duermas.
Aparte, la inteligencia emocional no es llorar con tu equipo, es entender por qué lloran y hacer algo al respecto. Ese “algo” a veces implica ser despiadado. Prepárate.
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