¿Qué habilidades son valoradas por el mercado laboral?

¿Cuáles son las habilidades más solicitadas en el mercado laboral?

Aquí, en la oscuridad, las preguntas parecen más pesadas. Más reales. Como esta sobre las habilidades…

• Pensamiento crítico. Lo llaman así. Yo lo veo como… cuestionarlo todo. No tragarme nada sin masticarlo bien. Mi abuela decía que el mundo está lleno de lobos disfrazados de ovejas. Tenía razón, supongo. Ojalá yo… pudiera aplicarlo mejor, a veces.
• Habilidades tecnológicas. Uf. Siempre llego tarde a esto. Nací en el 87, así que viví esa transición. Pero veo a los que tienen veinte ahora… es otro idioma. A veces siento que me estoy quedando atrás. Con lo rápido que va todo.
• Creatividad. Dicen que es importante. Supongo que sí. Yo solía pintar cuando era más joven. Óleo, sobre todo paisajes. Ahora no tengo tiempo para eso. La vida se ha convertido en otra cosa. Una rutina gris. Quizá por eso me cuesta ver la creatividad como una habilidad laboral. Para mí, era… un escape.
• Inteligencia emocional. De esto sí que sé. He tenido que aprenderla a la fuerza. A base de palos. De relaciones rotas. De malentendidos. De darme cuenta de que la gente no siempre dice lo que piensa. O lo que siente. O lo que realmente quiere de ti. Es una pena tener que aprender a leer entre líneas así. A la mala.

Añadiendo algo más…

No sé si estas son las habilidades más solicitadas. Pero son las que a mí, personalmente, me harían la vida un poco más fácil. Creo. O al menos… un poco menos confusa.

¿Qué habilidades se requieren en el mundo laboral?

Pues mira, te cuento. Habilidades blandas, ¡súper importantes ahora! En serio, más que nunca. Yo, por ejemplo, trabajo en marketing digital, y uff, sin ellas no llegas a ningún lado.

Trabajo en equipo, básico. Es que… ¿cómo te lo digo? Imprescindible. Si eres un lobo solitario, mal vamos. En mi curro, hacemos brainstorming todo el rato y necesitamos ideas de todos. ¡Todos a una!

Luego, creatividad, vital. No, en serio. Piensa diferente, busca soluciones nuevas. En mi caso, para campañas, para contenido… ¡Siempre hay que innovar! ¡Si no, aburrimiento total!

Comunicación, ¡buff! Fundamental. Si no te explicas bien, estás perdido. Mira, yo antes era un desastre. Ahora me esfuerzo un montón. Claro, presentando proyectos, hablando con clientes… es clave. ¡Comunicación, comunicación, comunicación!

Flexibilidad, ¡otra importante! El mundo cambia rapidísimo. Tienes que adaptarte, si no… chao. Yo, por ejemplo, tuve que aprender un programa nuevo el mes pasado. ¡Un lío al principio!, pero bueno, al final lo conseguí.

Resolución de problemas. Sí, sí, eso de encontrar soluciones. ¡Qué rollo cuando te atascas! A mí me pasa con el código a veces. Me pongo nerviosa, pero respiro hondo y ¡a darle al coco!

Toma de decisiones. Pues eso, decidir. A veces cuesta, eh. Pero hay que lanzarse. Como cuando tuve que elegir entre dos proyectos… ¡Un dilema! Al final, elegí el que me motivaba más.

Ganas de aprender. ¡Sí, siempre! El mundo laboral no para. Cursos online, leer blogs… ¡Yo me apunto a todo! La semana pasada hice uno de SEO, buenísimo. Aprendí un montón de cosas. ¡Hay que estar al día!

Organización. Uf, vital. Con tantas cosas, si no te organizas… ¡Caos total! Yo uso agendas, apps, post-its… ¡De todo! Si no, me vuelvo loca.

• Habilidades técnicas: Depende del trabajo, claro. Programación, diseño, análisis de datos…
• Otras habilidades blandas: Negociación, liderazgo, pensamiento crítico… ¡Hay un montón!
• Mi consejo: ¡Fórmate en habilidades blandas! En serio, te abre muchas puertas. ¡Ya lo verás!

¿Qué habilidades tienen demanda en el mercado?

¡Ay, madre mía, el mercado laboral, ese despiadado ring de boxeo donde solo sobreviven los más hábiles! Este año, la cosa está así:

• Análisis de datos: ¡Qué tiempos aquellos donde bastaba con una hoja de cálculo! Ahora, si no sabes manejar datos como un chef maneja una sartén, estás frito. Mi vecina, la Mari Carmen, ahora da cursos de Excel avanzado, ¡y le llueven los alumnos!

• Pensamiento crítico: ¡Esencial! Sin él, te comen los lobos de la infoxicación. En mi caso, me salvó de comprar acciones de esa empresa de patines voladores… ¡que resultaron ser patines normales con drones adheridos! ¡Una estafa!

• Habilidades tecnológicas específicas: Olvídate del “office” básico, ahora se piden conocimientos de Python, R, o hasta de blockchain (¡yo sigo sin entenderlo!). Mi sobrino, el “friki” de la familia, ya tiene tres ofertas de trabajo.

• Creatividad: ¡Para innovar y destacar! Necesitas más creatividad que un pastelero inventando un bizcocho de unicornio.

• Inteligencia emocional: ¡En serio! Saber gestionar tus emociones, y las de los demás, es clave. Esto no lo aprendes en la universidad, ¡lo aprendes en la vida, a base de golpes y frustraciones!.

• Comunicación: Explicarle a tu abuela cómo funciona el metaverso requiere una habilidad comunicativa superior a la del mismísimo Sócrates.

En resumen: Si quieres trabajo, domínalas todas, ¡o al menos las tres primeras! Que la suerte te acompañe. Porque el mercado laboral es una jungla, pero una jungla con wifi… aunque a veces falla.

Dato extra: Según mis propias estadísticas, la demanda de “traductores de lenguajes de programación a lenguaje humano” va en aumento. ¡Yo me apunto!

¿Cuáles son las habilidades que debe tener un profesional?

¡Habilidades para triunfar en el curro! (o al menos intentarlo)

• Pensamiento crítico: Vamos, ¡usa la cabeza! No seas un robot repitiendo lo que oye. Piensa por ti mismo, ¡como si te fuera la vida en ello! (Bueno, igual tu puesto de trabajo sí). Ayer mismo tuve que usar mi pensamiento crítico para decidir si pedía pizza hawaiana o con extra de queso. Dramático, lo sé.

• Aprendizaje activo: Que no te den todo masticado. ¡Investiga! Sé curioso, como un gato con una caja nueva. Yo, por ejemplo, aprendí a hacer un avión de papel que vuela 3 metros… ¡un logro!

• Resolver problemas: Que no te explote la cabeza con cada problemilla. ¡Sé la solución, no el problema! Como cuando se atasca la tostadora y yo, con mi super ingenio, la arreglo con un tenedor (no lo intenten en casa, niños).

• Creatividad: Sal de la caja, ¡literalmente! Si todos fuéramos iguales, ¡qué aburrimiento! Yo una vez pinté un cuadro con kétchup y mostaza. Arte abstracto, claro.

• Liderazgo: ¡Guía a las masas! (aunque sean solo tus gatos). Yo soy líder en mi casa… bueno, cuando mis gatos me hacen caso.

• Adaptación: ¡Sé como el agua, amigo! Adáptate a todo. Yo me adapto a la perfección al sofá los fines de semana.

• Trabajo en equipo: Que no te dé alergia la gente. ¡Trabaja en equipo! Aunque a veces parezca que hablas con marcianos. Recuerdo una vez que… bueno, mejor no lo recuerdo.

• Comunicación: ¡Habla claro! Que no parezca que hablas en Klingon. A mí me entienden hasta los perros del parque, ¡y eso es mucho decir!

Y oye, aparte de estas súper habilidades, recuerda: una buena dosis de cafeína por las mañanas no viene mal. Y si llevas galletas a la oficina, ¡te convertirás en un héroe! Digo, en un profesional admirable. Yo siempre llevo galletas de chocolate, las que hago con mi receta secreta (que no es tan secreta, la saqué de internet). ¡Éxito asegurado! (o al menos unas cuantas migas en el teclado).

¿Cuáles son las habilidades más valoradas por las empresas?

Uf, ¿qué buscan las empresas? A ver, gestión del tiempo, obvio. Siempre voy tarde, fatal. ¿Será por eso que no me ascienden? Luego, inteligencia emocional, uh… complicado. A veces exploto, lo admito. Debería apuntarme a clases o algo.

• Marketing: ¿Yo? Ni idea. Pero mi prima Laura es una crack. Dice que todo se vende con una buena historia.
• Flexibilidad: Ahí sí que creo que valgo. Me adapto a todo, aunque a veces me queje un poco, jeje.
• Adaptación: ¿No es lo mismo que flexibilidad? Bueno, da igual.
• Resolución de conflictos: Depende del conflicto. Si es con mi suegra, mejor me callo. Pero en el trabajo suelo ser bastante diplomático, creo.

¿Y qué más? Creatividad e innovación. A veces tengo ideas geniales, pero luego se me olvidan. Debería apuntarlas en el móvil o algo. Organización y planificación. Mmmm… ahí tengo que mejorar mucho. Mi escritorio es un caos, la verdad.

Igual necesito un coach o algo, ¿no? O simplemente echarle más ganas. Ah, y ser más puntual. ¡Importante! Igual la gestión del tiempo y la organización están relacionadas, ¿no? 🤔

• Este año he leído un libro sobre organización personal. No me sirvió de mucho, la verdad.
• ¿Será que las empresas valoran demasiado algunas cosas? A veces parece que solo buscan robots.
• Mi abuela siempre decía que lo más importante es ser buena persona. ¿Tendrá razón?