¿Cómo se les llama a los gemelos niño y niña?

El Encanto Único de los Gemelos Niño y Niña: Más allá de la Simple Etiqueta

Cuando la naturaleza decide regalarnos la doble alegría de unos gemelos, la expectación y la curiosidad se multiplican. Y si, además, la suerte nos sonríe con un niño y una niña, la magia parece intensificarse. Pero, ¿cómo se les llama técnicamente a estos hermanos tan especiales?

Si bien coloquialmente podríamos referirnos a ellos como “la parejita” o usar descripciones similares que enfatizan su dualidad de género, el término científico y más preciso para estos gemelos es gemelos fraternos.

Pero, ¿qué implica ser “fraterno” en este contexto? La clave reside en su origen genético. A diferencia de los gemelos idénticos (también llamados monocigóticos), que provienen de un único óvulo fecundado que se divide, los gemelos fraternos (o dicigóticos) se originan cuando dos óvulos diferentes son fecundados por dos espermatozoides diferentes.

Esto significa que, genéticamente, son tan similares como cualquier par de hermanos que nazcan en embarazos separados. No comparten el mismo ADN. Y esta diferencia genética es precisamente la que permite la posibilidad de tener un niño y una niña.

La explicación científica es sencilla y fascinante. Los hombres poseen cromosomas XY, mientras que las mujeres tienen cromosomas XX. En el caso de los gemelos fraternos niño y niña, cada espermatozoide llevaba un cromosoma sexual diferente (uno X y otro Y), que al fecundar los dos óvulos, cada uno con cromosoma X, dio como resultado un bebé con combinación XY (el niño) y otro con combinación XX (la niña).

Por lo tanto, mientras que los gemelos idénticos comparten prácticamente el mismo mapa genético, los gemelos fraternos son simplemente hermanos nacidos al mismo tiempo, cada uno con su propia individualidad genética y, en este caso, un género diferente.

En resumen, la próxima vez que te encuentres con la encantadora visión de unos gemelos niño y niña, recuerda que la ciencia los define como gemelos fraternos. Más allá de la etiqueta, recuerda celebrar la individualidad y la conexión especial que une a estos hermanos únicos desde el principio. Son un testimonio maravilloso de la diversidad y la complejidad de la vida.