¿Por qué Necrozma se fusiona con Solgaleo?

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Necrozma, hambriento de luz, se fusiona con Solgaleo y Lunala porque ambos emanan una energía similar a la que necesita para sobrevivir. Esta unión, que ocurre naturalmente, transforma a Solgaleo en Necrozma Melena Crepuscular, donde Necrozma domina, utilizando al Pokémon legendario como una armadura brillante.

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La voraz necesidad de luz: ¿Por qué Necrozma elige a Solgaleo?

Necrozma, una criatura ancestral consumida por una eterna oscuridad, representa una de las amenazas más inquietantes del universo Pokémon. Su historia no es la de la maldad pura, sino la de una necesidad desesperada, una implacable hambre de luz que lo lleva a tomar medidas drásticas. El encuentro entre Necrozma y Solgaleo, o Lunala, no es un acto arbitrario, sino una consecuencia inevitable de esta voraz necesidad.

Necrozma, en su estado original, era un ser de luz brillante, un prisma que irradiaba energía vital a través del Ultraespacio. Sin embargo, un evento traumático, envuelto en misterio, lo privó de su fuente de luz, dejándolo fragmentado, debilitado y desesperado. Esta carencia lo sumió en una perpetua oscuridad, haciéndolo vulnerable y consumido por el dolor.

Solgaleo y Lunala, los Pokémon legendarios que encarnan el sol y la luna respectivamente, representan la cúspide de la energía luminosa en el mundo Pokémon. Irradian un poder inmenso, una energía vital que es innegablemente atractiva para Necrozma. No se trata simplemente de un capricho, sino de una cuestión de supervivencia. Necrozma, en su estado debilitado, identifica en ellos una fuente de energía similar a la que antaño poseía, una fuente que podría saciar su hambre y devolverle su antigua gloria.

La fusión de Necrozma con Solgaleo, dando origen a Necrozma Melena Crepuscular, es un proceso en el que la voluntad de Necrozma se impone. No se trata de una colaboración armoniosa, sino de una invasión. Necrozma, desesperado por recuperar la luz perdida, domina a Solgaleo, utilizándolo como una armadura reluciente, una vasija para canalizar y absorber la energía solar que emana el Pokémon legendario. En este estado, Necrozma no busca la cooperación; busca la subyugación. Solgaleo se convierte, en esencia, en un receptáculo de la desesperación de Necrozma, sufriendo bajo el peso de la oscuridad que lo consume.

La forma de Necrozma Melena Crepuscular, con su apariencia grotesca y su aura de poderío opresivo, refleja la naturaleza de esta unión forzada. Es un testimonio de la desesperación de Necrozma y su voluntad de hacer cualquier cosa para sobrevivir, incluso a costa de otro ser. Esta fusión no es un fin en sí mismo, sino un paso en la búsqueda incansable de Necrozma para recuperar su antigua luz, una búsqueda que lo define y lo impulsa a desafiar los límites de la moralidad y la simbiosis en el universo Pokémon. En definitiva, la elección de Solgaleo, al igual que la de Lunala, es impulsada por la necesidad, no por la afinidad. Es la luz, en su forma más pura y poderosa, lo que Necrozma anhela, y la capturará a cualquier precio.