¿Cómo se llama a la persona que elige tu ropa?

Más allá del “estilista”: Descifrando los roles de quien elige tu ropa

La pregunta “¿Cómo se llama la persona que elige tu ropa?” parece sencilla, pero la respuesta es más matizada de lo que se cree. Si bien “estilista de moda” es la denominación más común y la que inmediatamente viene a la mente, la realidad es que existen varios profesionales que se dedican a la selección y creación de vestuario, cada uno con un enfoque y un alcance distintos. Simplificar la respuesta a un solo término sería una injusticia a la diversidad de sus especialidades.

Un estilista de moda, por ejemplo, se centra principalmente en la estética visual. Su trabajo consiste en seleccionar prendas, accesorios y complementos para crear un look específico, generalmente para sesiones fotográficas, desfiles, rodajes o apariciones públicas. Su expertise reside en la tendencia, la composición visual y la armonía de colores y texturas. Se enfoca en la imagen externa, el resultado final, la estética inmediata.

Sin embargo, el trabajo de un asesor de imagen va mucho más allá. Si bien también selecciona ropa, su enfoque es holístico. Considera la personalidad, el estilo de vida, la profesión y las metas del cliente para crear una imagen coherente que refleje su identidad. Es un proceso más profundo que implica un análisis exhaustivo del individuo y la creación de un “lookbook” personalizado que puede incluir recomendaciones de maquillaje, peluquería e incluso comportamiento. No solo se centra en qué ropa usar, sino en cómo proyectar una imagen específica y efectiva.

Por último, encontramos al consultor de estilo. Este profesional se centra en el desarrollo del gusto personal del cliente, enseñándole a construir su propio armario y a elegir prendas que se adapten a su figura, estilo de vida y presupuesto. A diferencia del estilista, que crea un look concreto, el consultor de estilo empodera al cliente para que tome sus propias decisiones de estilo, proporcionándole las herramientas y el conocimiento necesarios. Se trata de un proceso de aprendizaje y autodescubrimiento, donde el cliente adquiere la capacidad de gestionar su propia imagen.

En resumen, aunque todos estos profesionales se dedican a la elección de la ropa, sus funciones y objetivos difieren significativamente. La mejor denominación dependerá del contexto y del tipo de servicio ofrecido. Utilizar indistintamente “estilista” para referirse a cualquiera de ellos simplifica la realidad y resta valor a la especialización de cada uno. Para obtener la imagen deseada, es crucial identificar la necesidad específica y buscar al profesional que mejor se adapte a ella.