¿Qué telas no comprar?

¡Alerta de armario! Telas que deberías evitar (y por qué tu bolsillo te lo agradecerá)

En la búsqueda incesante de prendas que nos hagan sentir bien y que, además, resistan el paso del tiempo, a menudo nos dejamos llevar por la moda rápida y sus precios atractivos. Sin embargo, esta tentación puede salirnos cara a la larga, tanto en términos económicos como de comodidad. ¿La clave? Prestar atención a las telas. Algunas, aunque parecen una ganga en el momento de la compra, terminan siendo una decepción, deformándose, perdiendo color o simplemente resultando incómodas.

Este artículo te servirá como guía para navegar el confuso mundo de las telas y te alertará sobre aquellas que, en general, conviene evitar si buscas calidad y durabilidad. No se trata de demonizar todas las fibras sintéticas, sino de ser conscientes de sus limitaciones y optar por alternativas más inteligentes.

El enemigo número uno: Poliéster de baja calidad

El poliéster es omnipresente en la industria textil, y no siempre es malo. Un poliéster de alta calidad puede ser resistente, duradero y fácil de mantener. Sin embargo, la versión barata de esta fibra sintética es, a menudo, una trampa.

• Poca transpirabilidad: El poliéster de baja calidad tiende a ser poco transpirable, atrapando el sudor y generando una sensación incómoda, especialmente en climas cálidos o durante actividades físicas.
• Tendencia al peeling: Es propenso a la formación de bolitas (peeling), arruinando la apariencia de la prenda en poco tiempo.
• Poca durabilidad: Se desgasta rápidamente, perdiendo su forma y color tras unos pocos lavados.

En lugar de un poliéster barato, busca mezclas de poliéster con fibras naturales como el algodón, que pueden mejorar la transpirabilidad y la comodidad, o invierte en prendas de poliéster de alta calidad, a menudo más costosas, pero considerablemente más duraderas.

Viscosa y Elastano/Spandex: El peligro del precio bajo

Similar al caso del poliéster, la viscosa y el elastano (también conocido como spandex o lycra) pueden ser excelentes adiciones a las telas, siempre y cuando sean de buena calidad. Sin embargo, las versiones baratas suelen presentar problemas:

• Viscosa barata: La viscosa de baja calidad tiende a encogerse y deformarse con facilidad. Además, su proceso de producción puede ser poco sostenible y contaminante.
• Elastano/Spandex barato: El elastano o spandex de baja calidad pierde su elasticidad rápidamente, haciendo que las prendas se deformen y pierdan su ajuste original. Suele ser evidente en pantalones, faldas y tops que pierden su forma y se vuelven holgados con el uso.

La solución: Invertir en calidad y optar por alternativas

La clave para un guardarropa duradero y cómodo reside en la elección de materiales de calidad. Siempre que sea posible, prioriza:

• Fibras naturales: Algodón orgánico, lino, lana, seda, etc. Suelen ser más transpirables, cómodas y duraderas, aunque requieren un cuidado más específico.
• Sintéticos de alta calidad: Si optas por sintéticos, investiga sobre las marcas y la calidad de las fibras. Algunos sintéticos, como el Tencel o el Modal, son opciones más sostenibles y cómodas que el poliéster barato.
• Mezclas inteligentes: Busca mezclas de fibras naturales y sintéticas que combinen las ventajas de ambas, por ejemplo, algodón con un porcentaje pequeño de elastano de alta calidad para mayor elasticidad y confort.

En resumen:

Al elegir ropa, no te dejes cegar solo por el precio. Presta atención a las etiquetas, investiga sobre las telas y prioriza la calidad sobre la cantidad. A la larga, tu bolsillo y tu guardarropa te lo agradecerán. Invierte en prendas bien hechas con materiales duraderos y disfruta de la comodidad y la confianza que te brinda una ropa que te hace sentir bien de verdad.